El Libro de la Tragicomedia, presenta...
"Vínculos de alma y sangre"
La silueta que lo acechaba emergió de entre la niebla como un espectro, su rostro velado por una sombra imposible de captar. Cada golpe que recibió era más brutal que el anterior, hasta que su cuerpo no pudo más. Con cada paso, sentía la tierra ceder bajo sus pies, como si el mundo mismo intentara arrastrarlo hacia un abismo del que no podría escapar. Desesperado, corrió sin rumbo, con la respiración entrecortada y la sangre pulsando en sus oídos. Solo quedaba una súplica, un ruego que brotaba de lo más profundo de su ser. No quería morir ahí, no así.
En su mente, las ruinas de la catedral aparecían una vez más. Su madre, atrapada bajo los escombros, con la vida desvaneciéndose lentamente de su cuerpo. Había corrido hacia ella, pero sus manos no pudieron salvarla, y ahora, ese mismo terror lo envolvía. La visión de su madre, cubierta en su propio sufrimiento. Mientras corría, un eco susurrante le seguía, una voz apagada por el viento. Tarde o temprano... te alcanzará. El frío le calaba los huesos, y con cada paso que daba, el paisaje a su alrededor parecía distorsionarse, volviéndose cada vez más irreal, como una pesadilla de la que no podía despertar.
Al llegar a un claro, frenó en seco, jadeando. Frente a él, entre los árboles retorcidos, una figura se erguía, inmóvil. Parecía humana, pero había algo torcido, algo incorrecto. Los ojos de esa figura brillaban con un odio que le heló la sangre. Sin poder resistir más, cayó de rodillas al suelo. La oración que había gritado tantas veces en su cabeza se escapó de sus labio. Ya no tenía ninguna explicación menos una salvación. Porque en el mundo donde su madre había perecido, donde las ruinas de su vida se desmoronaban. El horror no era un error, no era una coincidencia. Había sido marcado desde el principio, y esa figura que lo acechaba, ese hombre sin rostro que lo había golpeado sin piedad, no era otro que el reflejo del mismo odio de la sociedad, el rechazo y la repugnancia de una organización.
La sombra avanzó hacia él, sus pasos resonando como el juicio final, y en el último segundo, justo antes de que la oscuridad lo envolviera por completo, pensó en las ruinas... en su madre y en ese grito suplicante...
—¡CORRE! —el grito resonó, de nuevo esa esencia, ese pavor, ese horror. Despertó de golpe, bañado en sudor, con el corazón latiéndole descontrolado, se tomo la mano en el pecho. El niño que alguna vez fue, ahora había crecido, se encontró nuevamente atrapado en esa mezcla inquietante de sueño y realidad. La tarde se le había hecho eterna, cada minuto arrastrándose con una agonía silenciosa. Era la misma pesadilla, la misma figura, los mismos ojos llenos de desdén.
El oxigeno era pesado debido a su ubicación, a veces era natural y otras no. Su pesadez sea obra de lo antinatural lo hace respirar con dificultad y el lugar en donde está, complica su manera de pensar.
A unos metros sobre el nivel del mar, en una isla que parece paradójicamente cercana a la civilización, pero al mismo tiempo distante de su alcance, él se encuentra perdido, desorientado, sin saber cuál es su verdadero centro. El horizonte no es una línea reconfortante entre el cielo y el mar; es un límite que lo mantiene cautivo, un recordatorio del vasto desconocido que se extiende más allá.
Esta isla, con su engañosa serenidad, aparenta ser un santuario a primera vista. Pero bajo su exuberante follaje y sus suaves olas se esconde una verdad que carcome los bordes de su cordura. Las personas a su alrededor, aquellas con quienes supuestamente comparte lazos de sangre, más que naturales son artificiales. Es un infierno disfrazado de paraíso, un lugar donde la crueldad se administra con la fría precisión de unas manos en las que no puede confiar. Le prometen protección, pero sus ojos traicionan una intención distinta, una que le hiela hasta los huesos.
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El Libro de la Tragicomedia
Mystery / ThrillerUn mundo ficticio la cual la felicidad no será una opción, un mundo donde existen los demonios, los ángeles pero sobre todo las maldiciones, en esta historia nos centraremos en un juego de mentiras y conflictos personales donde no existira la palabr...