Capítulo 4

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Otro Pacífico día en la casa de los Argento, bueno eso me gustaría decir.

Cuando fui a negociar la prestación de la patente y receta Maria Elena tuvo un brote psicótico porque el padre de la chica, de 97 años, era un misógino ex-militar que empezó a hacer comentarios fuera de lugar. Tuve que encerrar a María Elena en su auto y disculparme con la chica ya que la cara de torta casi golpea al viejo con una silla.

Ella también se disculpó por los comentarios de su padre aunque le dije que no debía porque después de todo es un anciano ¡por favor! Tiene un pie ya del otro lado, es un milagro que siga vivo. En fin, los negocios fueron fructíferos y teníamos que firmar el contrato frente a un notario. Por suerte María Elena conoce a uno que le debe un favor.

En casa ya arreglaron el techo, tuvimos que cambiar la membrana y arreglar las tejas. Todo esto lo hice a escondidas de Pepe porque el decía que podía arreglarlo él y que no hacía falta llamar a alguien... Pepe siendo Pepe.

Solo falta pintar y cambiar un par de cosas más para que todo el living quedará perfecto.

Me encontraba en la mesa de la cocina rodeada de retazos de tela y en mi manos tenía una remera blanca dada vuelta mientras cosia un parche en el frente, más que nada reforzando el parche. En eso entra Pepe exaltado.

-¿Que pasa en esta casa? ¿Donde esta mi remera preferida?-me pregunto en todo demandante

-¿Cual?-

-No te hagás la tonta, Moni-me advirtió muy enojado-Mi remera ¿donde esta?-

-Bueno bueno, a mi me bajas el tonito Argento- se disculpó por lo bajo, últimamente se esta portando tan bien aunque me preocupa que se vuelva muy sumiso -Describímela, Pepe-

-Es blanca, tiene un gauchito en el medio, dibujado, jugando a la pelota y unas letras que dicen...

-¿"Argentina 78"?-

-Ves que sabes perfectamente de cual te estoy hablando-

-¿Era es remera que usabas desde hace rato que estaba hecha pelota?-

-Dijiste dos palabras graves y letales: "usabas" y "estaba". No la habras tirado, Moni ¿no?-

-Pepe, por favor, me extraña araña, soy yo, sería incapaz- Aunque la verdadera Moni seguro lo haría.

-Bueno, es verdad, haz tenido muchos cambios Moni-me miro con una sonrirsa- Ahora lavas, cocinas, trabajas, coses, haces manualidades... -se quedó pensando- ¿Vos estas segura de que no te abduccieron los aliens? -

-¡Pepe!- le reclamó para después poner cara pensante-Aunque si lo pienso mejor...-empezamos a reír suavemente- bueno, volviendo con la remera, ganas de tirarla no me faltaron- le declaré.

-¡Moni!- me dijo un poco indignado

-Bueno Corazón tenes que entender que remeras como esas suelo tirarlas, literalmente esa remera era un colador.-se tapó la boca con la mano- tenias un hueco en la espalda del tamaño de una sandía-

-Seguís hablando en pasado Moni, no me asustes-

-Tranquilo Amor, acá esta- señale un pequeña montaña de tiras de tela de algodón blanco, Pepe jaleo de terror y se tapó la boca para después enterrar ambas manos en la montaña. Se llevó dos puñados a la nariz y las olio, mientras yo daba las últimas puntadas.

-Monstruo-me fulminó con la mirada parece que reconoció su remera por el olor. Yo solo le di una mirada divertida y cortaba el hilo, terminando con mi trabajo.

-Mira lo que hizo este Monstruo- di vuelta la remera y se la mostré. El parche que estaba cosiendo era la mascota del Mundial del 78', Pepe se volvió a tapar la boca, solo que esta vez estaba conmovido- Si, corte tu remera pero conserve el logo y lo puse en una remera nueva, así parece que es nueva-

Transmigre a Casados con hijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora