Capítulo 9

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-Bueno, Mónica, su analítico debería estar listo en unos meses. Por el momento si lleva esto a la Universidad debería solucionar de manera transitoria el problema-

-Se lo agradezco mucho, me salvó. Desde que tuve el accidente me siento diferente y quería iniciar una carrera... Jamás pensé que no había terminado el secundario- le dije a la directora del colegio al cual fue Moni en su juventud.

-Bueno, solo le faltaba una materia. Vamos a hacer el pedido y cuando lo tenga listo le llamo.-

-Gracias, muy amable- me acompaño hasta la puerta.

-No, por favor, gracias a usted y a su donación. Con ese dinero vamos a poder mejorar esta institución.-

-Por favor no se preocupe, después de todo mi chiquita también asiste acá-

Quise inscribirme en la Facultad de la UBA pero me encontré con el pequeño inconveniente de que Moni no había terminado sus estudios secundarios. Así que conversé con la profesora y, luego de una semana de estudios, presente el examen de Biología. Oficialmente estoy graduada de la secundaria... Por segunda vez. Aunque bueno, me resultó mucho más fácil que en mi anterior colegio.

Me dieron un documento constando que tenía mi analítico en trámite... Me muero de vergüenza en presentar esto con la edad que tengo pero espero que, si quieren burlarse de esto, tengan la decencia de no hacerlo frente a mi persona.

Voy directo a la Universidad, presentó mi documentación y me inscribo en el turnó mañana. Se me da una guía de estudios para el curso de ingresó y los horarios, esta convocatoria es más temprana que otras por lo que se esperan alumnos de edades más avanzadas. Ahora sólo se hace el curso de ingreso eliminatorio, las clases presenciales empiezan el año que viene. Pero nada impide que empiece a rendir libre.

Pase por la librería más cercana de la facu y compró tres libros, uno de historia Argentina, el otro con toda la teoría básica del derecho y, el último, trata de la historia de la Facultad junto al funcionamiento de la misma.

Empece a conducir rumbo a casa, antes de llegar compro en una fábrica de pastas Sorrentinos de mozzarella y jamón.

Llegó a casa a eso de las 20:00, el cielo se nubla, dentro de nada se larga a llover.

Subo por las escaleras del sótano, mismo que tengo que ordenar, y el primero en recibirme es Aarón quien ya no era tan pequeño como antes.

-Hola mi vida-acaricio su cabeza, dejó mi abrigo en el perchero y guardo mis libro en mi cajón. Voy directo a la cocina para empezar la salsa roja para la pasta aunque también podría hacer una salsa blanca con champiñones.

-Hola Amor, por fin llegaste- Pepe llega a mi lado y besa mi mejilla.

-Hola Pepe, tuve que hacer algunos trámites, por eso se me hizo tarde. Pase por una fábrica de pasta y compre estos sorrentinos, los queres con ¿salsa roja o salsa blanca?-

-Roja mejor-

Empecé a hacer la salsa a la boloñesa y pronto ya estabamos comiendo.

Llovía afuera, Fatiga se acostó en la cama que le construí en una esquina del living, consistía en un triángulo de madera y unos almohadones. Los tapó con una manta y tomó mis nuevos libros para subir al cuarto siendo seguida por Aarón.

Pepe estaba en el baño y Aarón se acostó en su cama, la cual era una red elástica en un marco de metal cuadrado, junto a un almohadón grande, y hago lo mismo que con Fatiga, lo arropó. Pepe sale del baño con su pijama y es mi turno de prepararme.

Luego de hacer mis necesidades, asearme y ponerme el pijama, este era un fino camisón lencero con copa semibralette y escote profundo en tejido combinado con la seda de color champán. Me puse una bata de seda del mismo color en mis hombros sin cerrarla fuí al cuarto.

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