XVII

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Cuando desperté en la mañana siguiente, me encontraba sola en la cama, el sol entraba por la ventana demostrándome que ya era tarde, lo que significaba que había dormido muchísimo tiempo

Me senté haciendo una mueca al sentir dolor en mi entrepierna, un dolor que se intensificó al intentar ponerme de pie, por lo que me aferré con fuerza al borde de la cama, sabía que eso ya no era normal, anoche cuando casi había caído en medio de nuestro momento intimo había sentido un gran dolor, pero había creído que se me pasaría al otro día, algo que claramente no había sucedido

Caminé como pude hacia el baño para darme una ducha e higienizarme bien antes de volver a mi habitación donde me vestí con un pantalón suelto y una blusa también de ese estilo

No me sentía bien como para vestirme como solía hacerlo, sinceramente si a alguien no le gustaba como me veía que directamente no me mirara, eso haría mi caminara menos vergonzosa mientras iba hacia el pequeño hospital que estaba en el pueblo

Salí poco después de mi habitación rogando no encontrarme con nadie hasta que llegara a la camioneta y por suerte así fue, apenas me senté en el vehículo suspiré aliviada al notar que mi madre no estaba e Izana seguía seguramente dormido

Comencé a manejar moviéndome incomoda en el asiento y diez minutos después me detuve frente a la puerta del hospital, al cual entré rogando no cruzarme a nadie conocido, no tenía ganas de pasar vergüenza, y los chismes en el pueblo se expandían muy rápidos

Me acerqué a la recepcionista pidiendo ver a un ginecólogo y luego de tomar mis datos me enviaron a una pequeña sala de espera en la cual permanecí menos de diez minutos antes que un hombre me llamara hacia su oficina

Si hubiera sido por mí, me hubiera ido a la ciudad a atenderme con mi ginecóloga de siempre, pero no estaba segura poder manejar tantas horas o siquiera permanecer sentada en un auto ese tiempo, al menos tenía la seguridad de que el doctor no diría nada a nadie gracias a la confidencialidad, lo que sucediera y me dijera dentro de ese consultorio se quedaría allí o él perdería la licencia

Señorita Sano- me señaló una silla frente a su escritorio- tome asiento y dígame en que puedo ayudarla

Me gustaría realizarme un chequeo, tengo dolor y no puedo casi sentarme o caminar- dije un poco avergonzada

¿Ha tenido sexo recientemente?- preguntó

Si...- susurré

De acuerdo, necesitaré que se quite la ropa de la cintura hacia abajo y que se siente en la camilla, por favor- pidió poniéndose de pie

Lo obedecí incomoda y vi cómo se colocaba unos guantes antes de comenzar a revisarme hasta que solo unos segundos después me dijo que podía vestirme y volver a mi lugar

Te recetaré una crema y te daré un antibiótico para el dolor- dijo escribiendo en una hoja- no podrás tener sexo por dos semanas ni realizar ninguna actividad que requiera esfuerzo físico

¿Que tengo?- pregunté preocupado

Es un desgarro- levantó su mirada hacia mí, quedándose mirándome durante unos segundos- necesito hacerte unas preguntas antes de que te vayas y sobre todo necesito que seas sincera conmigo

¿Uhm?- incliné mi cabeza- de acuerdo

¿Te atacaron?- fruncí el ceño confundida- Suyen, ¿Te violaron?

¿¡Que!? ¡No!- negué rápidamente- ¡Claro que no!

Puedes confiar en mí y contármelo si fue así- afirmó- si sucedió, no es tu culpa y...

Nadie me violó ni me atacó- lo interrumpí

Suyen, tienes las mismas heridas que las últimas cinco víctimas de violación- comentó

Dark paradise | Rindou Haitani | +18 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora