Ya había pasado una semana desde que Smoke desde una celda separada hacia que Nicolás entrenará físicamente para preparar su cuerpo, pues para acumular un gran poder tenía que tener un cuerpo óptimo para mantenerlo acorde y no sufrir desgastes o desmayarse como la primera vez que había pasado, aunque Nicolás no recordara absolutamente haberlo hecho, no había sido llamado a pelear de nuevo pues habían oído a los Guardias que se estaba reparando el coliseo por los desastres hechos por Nicolás. Smoke quedaba impresionado con la rapidez que había sanado el cuerpo de Nicolás y el como recuperaba fuerzas igual de rápido, parecía haber hecho una buena elección pues cada vez parecía más claro que se podría convertir verdaderamente en un peleador extraordinario.
– ¿Cuándo me enseñarás a usar algo? Quiero aprender antes que vuelvan a llamarme a pelear, no quiero volver a desmayarme por el dolor - Decía Nicolás parado de manos viendo a Smoke de cabeza, su cuerpo ya estaba empezando a mostrar marcas en su cuerpo por estar ejercitando su cuerpo constantemente.
– Ciertamente hemos tenido suerte ya que no han terminado, así que creó que sería bueno que al menos supieras que puedes hacer - Al igual que Nicolás, estaba parado de manos, pues su mejor forma de explicar cómo entrenar su cuerpo era demostrandolo.
Pasando un par de lo que pensaban habían sido horas, Smoke había pensado cuál sería un poder tan destacable y ventajoso, veía detenidamente al niño buscando que sería lo más ideal pero era complicado al conocer tantos que era complicado saberlo, hasta que volvió a verlo a la cara, la respuesta ahora estaba más que clara en cuanto lo que debía usar, y era hacer que se pusiera en igualdad de condiciones.
– Le fuego... Tienes un cierto parecido con los Demonios, quién sabe, podrías ser el descendiente de alguno y este en tu sangre, así que usar el fuego te pondrá en el mismo terreno de pelea contra ellos - Una sonrisa se dibujaba en su cara mirándolo, era la mejor opción para que se pusiera en el mismo plano.
– Lo dudo, tal vez sea una coincidencia, pero está bien ¿Cómo hago fuego? No tengo madera - Dudoso de lo que le decía Smoke, se trataba de imaginar el hecho de que usará el fuego o también que fuera pariente de los Demonios.
– Acerca tus manos no las juntes, cierra los ojos y deja que tú energía fluya por tus manos y choque entre ambas, imagina una flama que se va encendiendo entre tus manos - Dijo volteando a verse las manos, indicando como debía hacerlo pues estaba consciente de que así como era bastante efectivo en combate, también era bastante peligroso.
Nicolás se quedó viendo sus manos unos instantes, dudoso y aterrado pues sabía que el fuego solo servía para destruir, pero ¿Qué tal que le podía dar un mejor uso? Entonces acerco sus manos dejando un espacio entre ambas a la par que respiraba profundamente, aún con sus ojos cerrados, visualizo sus propias manos dentro de su cabeza, así poco a poco fue viendo algo. Una pequeña luz que se empezaba a formar entre sus manos que iba creciendo lentamente hasta formar una flam, sonrío pues aunque solo lo veía en su mente podía sentir el calor en sus manos y el como iba creciendo, hasta que al abrir los ojos se impresionaba a si mismo pues entre sus manos tenía una flama bastante grande flotando.
– Eso es, muchacho, ya lo tienes, procura hacer eso cuando pelees pero más rápido, ellos no te darán tiempo de concentrarte, deberás verlo primero en tu cabeza que es lo que harás con el fuego y luego hacerlo - se recargaba en la pared aún viendo como ese chico veía maravillado el fuego en sus manos - Tuve un amigo, más o menos cuando tenía tu edad... Igual era un señor, me entrego un libro que explicaba como poder convocar un poder dependiendo de la persona... Él usaba flamas oscuras, era impresionante.
– ¿Hay más de un tipo de fuego? Yo quiero aprenderlos todos, quiero conocer todo, también quiero conocer la Tierra que tú conoces - Dijo con emoción parándose dejando que desapareciera la flama que sostenía viendo a Smoke, que solo soltaba una carcajada.
Le parecía gracioso el como se emocionaba tanto por algo así, ¿Cómo conocería la Tierra que le tocó conocer? Nadie escapaba del Infierno, pero su cara de emoción parecía que tenía una nueva motivación, después de todo aún seguía siendo un niño, ¿Por qué no dejar que siga así?
Las sonrisas de ambos no durarían mucho, pues había entrado un Guardia que volteaba a verlos a ambos para terminar viendo a Nicolás con la misma expresión sería, ambos tenían claro para que venía mientras abría la celda de Nicolás y tomarlo del brazo para llevarlo casi a rastras mientras Smoke se recargaba en los barrotes hasta que lo perdía de vista, deseando que no le pasará algo desastroso.
– Tú puedes, Nicolás, se que volverás - Recargaba su cabeza entre los barrotes, tratando de creer en sus propias palabras.
Así como la primera vez, Nicolás había sido lanzado a la arena de combate de nuevo viendo cómo había Demonios por todos lados, pero ahora era diferente, por su sola entrada solo oía abucheos y gritos de desprecio ¿Así es cómo sería tratado? Así como se levantaba también volvía a voltear a aquel balcón, donde de nuevo estaban esos tres Demonios que parecían ser más importantes que todos los demás, solo que ahora no estaban solos pues habían un par de niños con ellos, vestidos con galantes ropas dignas de la realeza, un niño y una niña que parecían ser incluso más jóvenes que él, como era de esperarse sería enfrentado nuevamente ante un enorme Demonio, solo que esté parecía más bien musculoso, joven y más temible, aunque compartía similitud en la ropa con Glorkton, quién había sido el primero contra el que había peleado al llegar.
– Concentralo, visualizalo y hazlo - Susurraba para sus adentros al ver como el Demonio sacaba un mazo de gran tamaño y se prendía en llamas - Y no mueras.
La emoción lo empezaba a invadir, ¿Acaso le habrá gustado la idea de pelear con las mismas condiciones? Apenas lo había aprendido y sería su primer combate en usarlo, sin dudas era esa emoción lo que lo llenaba y lo hacía sentir un calor abrazador en su pecho, como si su corazón ahora fuera una enorme flama que lo impulsa a pelear para sobrevivir.
– Smoke... ¡Va por ti! ¡Qué se encienda esa flama en mi corazón y un día volver a la Tierra juntos! - Sus gritos fueron oídos por todo el coliseo, alzando sus manos dejando que estás se encendieran en llamas que aunque sentía el calor, no lo quemaba y así se lanzaba en contra de su nuevo contrincante - ¡A pelear!
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El Caballero de la Rosa Negra
RandomAmor, odio, orgullo, ambición, poder, tantas son las emociones y anhelos que trastornan a cada persona en camino de sus propios ideales, el bien y el mal siendo tan distintos y conflictivos, más no pueden existir por separado ¿La familia son aquello...