Había un dolor punzante en su cabeza, pesadamente Nicolás abría sus ojos con una mirada difusa y desorientada, ¿Había sobrevivido? Lo último que recordaba fue haber sido arrojado por segunda vez contra en muro del coliseo y de ahí hasta ese momento en el que despertaba. Se sentaba con pesadez viendo como su cuerpo estaba vendado en torso y un brazo, ¿Qué sucedió después de desmayarse?
– Vaya niño, haz sobrevivido y ganado... Bien por ti - De un sobresalto se volteaba para ver en una celda de enfrente.
Un hombre de oscuros cabellos, un ojo café y el otro grisáceo sin pupila con una cicatriz que le atravesaba el lado izquierdo de la cara donde estaba ese ojo pálido, una vestimenta oscura y algo en su boca que despedía humo. Ese aspecto era bastante distinto, no parecía ser uno de esos Demonios que habitaban en el Infierno, y aún así daba miedo.
– ¿Quién eres tú? No te pareces a ninguno de ellos... ¿Estás... Muerto? - dijo Nicolás apegándose a la pared alejándose de los barrotes.
– Así es niño, estoy muerto y encerrado aquí por matar a gente... Soy Smoke, Azem Smoke - Dijo con una sonrisa dejando salir humo de su boca quitando aquella cosa de su boca con la que despedía ese humo.
– ¿Qué es eso? ¿Cómo haces para sacar humo de eso? ¿Acaso es... Magia? - Estaba confundido, aún estaba incrédulo que realmente existieran esas cosas de la Magia, Demonios y por consecuente... De seguro igual existían los Ángeles.
– No, niño, esto es un puro... Es para fumar, nada del otro mundo - Dijo un poco extrañado por sus preguntas ¿Acaso nunca había visto ese niño un puro antes? - Dime niño... ¿Tú eres uno de ellos? ¿Qué hiciste para terminar encerrado?
¿Qué clase de preguntas eran esas? ¿Un Demonio? Aunque igual hacia una muy buena pregunta ¿Por qué estaba encerrado? Así recordando nuevamente lo que decían los clérigos, los niños son puros y por eso van al Cielo, entonces ¿Qué hacia ahí?
– Yo... No lo sé, pero no soy un Demonio - Dijo con algo de molestia, aún le parecía ridícula la simple idea
– No me mientas, mocoso, tu cabello y ojos son iguales a las de todos ellos... Excepto por esas extrañas líneas rosadas apenas notables en tu cabello, pero te vez igual a esos infames Demonios - En eso tenía razón, era parecido a ellos por su cabello y ojos, ¿Acaso habrá sido convertido en uno o siempre lo habrá sido?
El silencio se apoderó del lugar, Nicolás se mantenía en posición fetal en una esquina de su celda hasta que de curiosidad volvió a voltear hacia la celda frente a él, donde se encontraba ese extraño hombre, no vestía como alguien de dónde conociera, ¿Será algún tipo de extranjero? Las dudas lo carcomían pues no sabía de dónde provenía o si era igual tratado como un gladiador.
– Oye este... - Callo un instante, ya se le había olvidado el nombre, habían pasado tantas cosas.
– Solo dime Smoke, así me conocían en la Tierra, ¿Y tú eres? - ¿Leía la mente? O simplemente adivino que se le había olvidado, parecía estar acostumbrado.
– Soy Nicolás, Nicolás Rose y tengo 7 años - Decía levantandose y agarrando los barrotes, si se iba a quedar encerrado, por lo menos fraternizar con otro prisionero.
– Ten cuidado con lo que revelas de ti, niño, cualquiera podría usarlo en tu contra... Será mejor que siempre digas lo necesario o simplemente nada, por como te ves... Pareces Ingles de por... El siglo cinco, tal vez - Mantenía una sonrisa burlona, pero no sé parecía a la de aquel enorme Demonio, era más como ¿Una broma?
– ¿Siglo Cinco? ¿A qué te refieres? Llegué aquí ayer - La insertidumbre invadió la mirada de Nicolás ¿Acaso él venía de otro año?
El silencio volvió a invadir las celdas, la sonrisa de Smoke se había borrado dejando caer lo que fumaba y miro un tanto desorientado al niño, ¿Cómo no sabía de qué año era? Para el parecía imposible.
– Estás bromeando ¿Verdad? La Tierra actualmente está en el año 2023 después de Cristo... Tú deberías tener muerto alrededor de 1,400 años - Decía con algo de asombro al ver la cara del niño como con cada palabra se palidecia más al revelarle más cosas.
– Pero... ¿Cómo es posible? Ayer todavía vivía en Northumbria, aún había caballeros de armadura y caballos - La desesperación empezaba a invadirlo, 1,400 años muerto, si no llevaba en el Infierno más de un día.
Dos personas de dos épocas distintas en el mismo lugar, extrañamente Smoke parecía estar más tiempo ahí pero ¿Acaso habrá un error en el tiempo? No era lógico que un niño de la Edad Media apenas llegará al Infierno y un hombre de una era distinta no tuvieran el mismo tiempo encerrados.
– Northumbria ¿Eh? Una vez viaje a Inglaterra por trabajo, hay una zona turística en donde existe un cráter gigantesco... Tal vez unos 50 kilómetros de distancia y muy profundo, dónde existió un Reino llamado Northumbria... Hace más o menos 1,400 años - Volvía a sonreír pero afora con una risa, parecía comprender lo que pasaba.
Un cráter enorme, no quedaba nada del Reino en el que vivió, parecía algo que jamás pasaría, pero entonces ¿El mismo lo había provocado? ¿Por eso estaba ahí? Eso significaba que nadie sobrevivió, por lo que entonces también habían muerto su madre, el Capitán August y todos en Northumbria, y todo era su culpa. El impacto de saber cómo había terminado su hogar fue desolador, Nicolás se dejó caer de rodillas con la mirada perdida, aún no podía creer que había provocado algo así y que por ello ahora estaba en el Infierno.
– Si tú hiciste eso, déjame decirte niño que eres increíble, en cientos de años alguien había tenido el poder para hacer algo así sin un arma nuclear - Dijo con algo de emoción, sin duda parecía que el niño no estaba consciente de lo que había pasado y había sido choqueante saberlo.
– ¿Po... Der? ¿A qué te refieres? - Parecía que había picado su curiosidad, lo que le saco otra sonrisa a Smoke.
– En mi época, el Siglo Veintiuno, la gente con poderes y sin poderes son tan normales de ver cómo cualquier cosa, algunos dicen que desde la Edad Media se empezaron a ver y hasta mi época, y si estás aquí... Vivo, quiere decir que tienes poderes enormes, chico, podrías ser reconocido por todos estos malditos y hacerte el más fuerte de todo el Infierno - Sonriente veía como con la misma motivación que sentía, Nicolás sonreía y se levantaba casi pareciendo que había olvidado lo de hace un momento - Y yo voy a enseñarte como ser el más poderoso, ¿Te animas?
Y así, la motivación invadió a ambos, Nicolás tendría un maestro que le enseñe a usar algún poder y dominarlo, en vida había deseado tanto ser el mejor Caballero, pero ahora debía adaptarse a ser un Gladiador, así que sería el más fuerte de todos y el mejor para enseñarle sería alguien que una época más avanzada a la suya, quién sabría cómo hacerlo correctamente.
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El Caballero de la Rosa Negra
De TodoAmor, odio, orgullo, ambición, poder, tantas son las emociones y anhelos que trastornan a cada persona en camino de sus propios ideales, el bien y el mal siendo tan distintos y conflictivos, más no pueden existir por separado ¿La familia son aquello...