Capítulo VIII

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"Tarta de Manzana."

ELIZABETH CARTER

Estaba durmiendo tranquilamente, abro los ojos de a poco.

Anoche no pasó nada más, luego de que Eddie me hiciera llegar a mi primer orgasmo, dije que no estaba lista para lo siguiente y solo dormimos.

Me un poco decepcionada, quería más, quería hacerlo con el, quería sentirlo dentro de mi y gemir su nombre toda la noche, pero solo no me sentía preparada.

Siento unos brazos abrazando mi cintura, volteo lentamente y veo a Eddie durmiendo, se veía muy hermoso, parecía un ángel pero no lo era ni en chiste.

Me puse a pensar, ¿habrá significado algo de lo anoche?

Me lo pregunte varias veces, odiaba admitirlo pero quería a Eddie, no solo por sexo, sino por algo más.

Siento como Eddie se mueve y abre sus ojos lentamente para mirarme.

-Mm...Hola niña. -dice eddie, con un tono de dormido.

-Hola Friki. -viéndolo.

Nos quedamos unos minutos en silencio viendo al techo, de pronto el habla.

-¿Te llevo a casa?

-Si por favor, Iré a ponerme el vestido así te doy la ropa. -le digo, para levantarme de la cama.

-Mejor quédate con la ropa. -también levantándose.

-No, estaré bien...-volteándolo a ver.

-No Lizzie, ese vestido te queda sexy, pero en las mañanas ya hace frío, aparte tu padre se enojará si te ve con un vestido tan corto. -me dice Eddie, acercándose.

-Esta bien, enserió gracias Eddie por esto. -quedándome quieta.

-No es nada, mocosa. -dice eddie.

Me miraba como si quisiera decirme algo pero algo lo detiene, también lo miro de esa manera, quiero decirle tantas cosas, pero no quiero arruinarlo, apenas nos conocemos.

-¿Vamos? -me pregunta Eddie sacándome
de mis pensamientos.

-Si, vamos... -digo, para caminar fuera de su habitación.

Agarre el vestido y los tacones, antes de salir Eddie me presto un abrigo porqué hacia demasiado frío afuera. Salimos y mis pies descalzos tocaban el césped frío, no digo nada y subimos a la camioneta, Eddie empieza a conducir, todo el camino fue silencio, estaba muy nerviosa, solo pensaba en lo de anoche...Eddie munson me vio desnuda, al recordar eso, sentí raro mi estomago como si una mariposa revoloteara por doquier .

Mire el camino y note que la ubicación no daba a mi hogar.

-Eddie, ¿dónde estamos yendo? -mirándolo.

-Como no se cocinar, iremos a desayunar. -digo, viendo hacia el frente.

-¿Que? No.

-¿Por qué no?- me pregunta.

-No tengo dinero, aparte no tengo zapatos...- le respondo.

Voltea a verme un segundo y sigue viendo al frente.

-No te preocupes por el dinero, vender droga tiene sus beneficios, aparte no bajaremos, comeremos en la camioneta.

-Esta bien, tu ganas risitos de oro. -en modo burla.

Noto que sonrie, su sonrisa me dejó inoptizada, como si estuviese usando un hechizo para enamorarme, pero no lo estoy, o ¿tal vez me esté enamorado de él?

Una oportunidad para amarte. (Eddie Munson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora