— ¡Vas a causar mi muerte un día de estos! — respondió mi madre con gran preocupación —. Agradece que el príncipe fue indulgente contigo, sino te hubieran cortado la cabeza ¡¿Cómo se te ocurre haberle hablado de esa forma!?
— Si hubiera sabido, no lo hubiera hecho. Pero no importa — negué con la cabeza — dudo que nos volvamos a ver — respondí desviando la mirada muy lejos de los ojos de mi madre.
Y era cierto, sería absurdo que nos cruzáramos. Él pertenecía a un mundo; yo, a otro. Era ridículo siquiera pensarlo. Solo nos cruzamos por error. Me lastimé, entonces él se ofreció a llevarme a curar mi herida y traerme a casa. Después de eso, jamás nos volveríamos a cruzar; lo sabía bien, pero en el fondo no quería que fuera así.
«Verte de nuevo» era un pensamiento que me hizo sonreír, y en cuanto mi madre se percató de ella, me dijo.
— Ni siquiera lo pienses Hoshie.
— Pensar qué — le respondí viéndola directo a los ojos.
— Te conozco — dijo mi madre apoyando su mano sobre la cama —. Tú ya tenías un compromiso.
— Tu misma lo haz dicho, "tenía" — sonreí —. Por cierto, qué fue de mi futuro marido — sonreí con un poco de burla.
— Como si no lo supieras — respondió molesta — en cuanto supo que huiste de casa se enojó y rompió el compromiso.
— Entonces no era el indicado — respondí con la mayor firmeza posible.
— ¿Importa? — lo dijo mientras arqueaba una ceja.
— Mucho — asentí con la cabeza — si desistió antes de conocerme entonces de qué serviría todo esto — encogí los hombros —. Si su interés era bueno, me hubiera buscado, o al menos... hubiera esperado.
— ¿Por qué tendría que cumplir tus caprichos? — me miró desconcertada.
— Es lo mínimo que espero de alguien a quien voy a soportar el resto de mi vida.
— No digas eso — suspiró — si le dieras la oportunidad...
— ¡Ni pensarlo! — respondí exaltada — sé que mi padre y tú se conocieron por un compromiso arreglado, pero yo no quiero eso — la miré a los ojos —. Yo quiero amarlo primero. Quiero que él cautive mi corazón como yo el suyo — sonreí levemente —. Es lo que quiero y no voy a cambiar de opinión nunca.
— ¿Qué voy a hacer contigo? — suspiró cansada.
— Acéptalo, así es como quiero hacerlo — respondí con más decisión que nunca.
— Lo pensaré — dijo poco antes de salir de mi habitación.
Sentí alivio al oír eso. No tendría que verle la cara nunca ni habría tantas discusiones en casa por ese tema. Probablemente terminaría siendo una solterona, pero eso no era importante. En ese momento solo quería ver de nuevo los ojos azules de Hansel. Claro, eso no pasó.
No volví a verlo. Mi vida se tranquilizó después de haber convencido a mi padre de no imponerme un compromiso; era tranquila, pero no podía olvidarme de Hansel. Quería verlo y, muy en el fondo, quería buscarlo.
Pero no lo hice, no lo busqué, así que no lo vi. No pude volver a verlo hasta que cierto día, después de un par de meses, crucé con él. No me vio, ni yo a él, pero sentí una conexión que me hizo mirar atrás. Algo me obligaba a mirar a aquella persona con la que crucé, era él.
No podía perderlo, no sabía porque, así que lo seguí esa tarde cerca del bosque. Traté que no me notara, así que me oculté lo más que pude. Se adentraba cada vez más, yo lo seguía intentado pasar desapercibida, pero no lo logré. Hansel se detuvo por un momento y hablo con una voz gruesa y desconfiada.
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Te Espero en mi Próxima Vida (Editando)
Romance"¿Tú crees en las vidas pasadas?" la mujer justo enfrente de mí me lo decía con esa mirada que te hace saber que pronto comenzará una historia. "Vamos a empezar desde mucho tiempo atrás..." lo decía como una cuenta cuentos. Me pregunto si su histor...