Noche Estrellada

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Estuve un par de horas con Hoshie debajo de lo que recuerdo era un kiosco. No puedo decirlo con certeza ya que lo único que recuerdo es que sentía como si el corazón se me fuera a salir del pecho. No quería ni hablar, pues estaba seguro de que de mi boca saldría algo que tal vez no debería de salir.

Sentí como si Hoshie se aferrara más a mi cuello, pero lo más probable, era que solo fuera una ilusión mía. La miré de reojo, realmente no pude voltear mucho, como nunca antes, sentía miedo de voltear a verla, absurdamente, pero, aun así, lo hice.

Sonreía dulcemente, parecía que estaba pensando en algo, y puedo deducir que era algo agradable por como sonreía. Quería preguntarle, pero no lo hice, solo me di la vuelta y seguí fingiendo ver la lluvia caer, cuando en realidad lo único que trataba de hacer era calmar mi corazón que sentía que latía tan fuerte como para que todos lo escucharan.

Estuvimos de esa forma por un rato, hasta que acabo la lluvia.

— Bájame — dijo Hoshie — de seguro debe de ser cansado cargarme tanto tiempo.

— No lo es, creo que ha dejado de llover — dije repentinamente — ¿Nos vamos ya? ¿o quieres quedarte otro rato?

— No, ya es tarde, creo que mejor voy a casa.

— Te llevo — dije al instante.

— Estoy bien, no es necesario.

— Me sentiría mejor si...

— De acuerdo — interrumpió — Pero será una ruta larga, me dieron ánimos de demorarme un poco.

— Entonces hay que hacerlo así.

— ¿De verdad? — parecía sorprendida.

— Sí, yo también quiero estar un poco más contigo.

— Yo también... es agradable.

La miré y seguía con esa radiante sonrisa en el rostro, no quería dejar de verla de ese modo. Tal vez es demasiado comparar su sonrisa con la luna, así como el destello de sus ojos grises como las estrellas.

Quizá era porque ya había pasado un largo tiempo, ya estábamos cerca de su casa, según me había dicho ella. Ya era de noche, y era una noche realmente despejada, se podían ver las estrellas y la luna, quizá por eso lo comparé así.

La mayoría del tiempo estábamos callados, era un silencio que más que incómodo, se sentía agradable. Es cierto que intercambiamos palabras, pero no eran en realidad muchas. Solo eran una o dos palabras y/o frases, unas cuantas risas y después volvíamos a estar en silencio, esa fue la dinámica durante todo el camino.

Y tal vez, lo que más salía a la platica era que la dejara caminar, pues durante todo el camino la llevé en mi espalda, y en todas y cada una de las veces en las que me lo pedía yo me negaba.

— Bájame — decía entre risas —. ¿Qué no te has cansado todo este tiempo?

— No, no me he cansado — dije con una gran sonrisa.

— Pero debo de pesar mucho.

— No en realidad, ha sido muy fácil llevarte así todo el tiempo.

— No sé que tan cierto sea, pero ya ni siquiera me duele el pie.

— No importa — sonreí aún más —. Quiero llevarte así todo el tiempo que pueda.

— No digas eso, o harás que mi corazón se ilusione.

Lo dijo de una forma muy bromista, pero, ¿y si lo decía en serio? No puedo saberlo ciencia cierta, pero me gustaría que fuera el caso. Mi corazón dio un vuelco cuando la escuchó.

Siempre dice cosas repentinas, pero ahora no podía verle el rostro para saber si lo decía enserio o si solo lo dijo por decir. Esto provocó un silencio largo, solo escuchaba los latidos de mi corazón, y como para callarlo, dije.

— Entonces hazlo, déjalo que se ilusione, yo estaría más que feliz.

Nos volvimos a quedar en silencio enseguida, y fue un silencio tan largo que llegó hasta el apartamento en el que ella residía. Estaba frente a su puerta, no quería soltarla, a mi corazón le gustaba tenerla cerca, pero ya era el momento de hacerlo.

— ¿No te duele? — dije ayudándola a bajarse de mi espalda con cuidado.

— No, ya estoy bien — dijo con una sonrisa una vez que ya estaba tocando el piso.

Nos volvimos a quedar en silencio un rato mirándonos el uno al otro. Quería decir algo, pero no tenía palabras, quería besarla, pero me contuve.

Hoshie soltó un suspiro y tocó la puerta, casi enseguida salió una mujer de cabello castaño y ojos grises, misma que tenía una cara de sorpresa.

— Buenas noches — respondí por costumbre.

— Buenas noches — me miró con una expresión de sorpresa aún más grande.

Hoshie estaba ingresando al apartamento cuando de repente se detuvo, luego dio la vuelta y me abrazó. En ese instante sentí como si me fuera a dar un infarto, empecé a escuchar su risita en mi oído.

— Gracias por todo.

— No es nada, gracias a ti.

— Hablo enserio, gracias, me la pasé increíble hoy.

Sentí un beso en la mejilla, y estoy seguro de que puse la misma cara de sorpresa que aquella chica que nos estaba viendo. Después de eso se alejó de mí y con esa radiante sonrisa me dijo.

— Buenas noches.

— Buenas noches — dije mientras se me salía el corazón por la garganta.

Hoshie volvió a soltar una ligera risita y entró al apartamento, enseguida lo hizo aquella chica cerrando la puerta.

Recuerdo que ella había dicho que no quería que ilusionara a su corazón, no sé con que tono lo dijo. Pero de lo que estoy seguro, es de que el mío ya estaba más que ilusionado con esto,  el mío ya había caído por completo. Era una noche estrellada, incluso la luna se veía más brillante que de costumbre, era un hermoso paisaje. Mis ojos y mi corazón estaban totalmente de acuerdo con esto.

Te Espero en mi Próxima Vida (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora