Te Espero en mi Próxima Vida

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Miré al niño y a la niña frente a mí. El niño era igual a ella, el cabello, las facciones, eran las mismas, solo tenía los mismos ojos azules del padre, luego miré a la pequeña niña, la cual era idéntica a él, a excepción de los ojos grises de su madre.

— Esa es el final que querías escuchar ¿cierto? — dijo con una sonrisa.

— Es mejor que el anterior — le respondí.

— Espero que te haya ayudado escuchar esa historia — se levantó de su asiento y cargó a la niña —. Tal vez con ella entiendas un poco más sobre la pintura.

— Creo que lo haré — le dije con una sonrisa.

— Entonces... supongo que esto es un "hasta que nos volvamos a encontrar" — sonrió amablemente.

— Al parecer lo es — me levanté de mi asiento —. Gracias por quererme contar tu historia — le dije amablemente.

— Gracias por quererla escuchar — dijo con una sonrisa —. Y espero que tal vez te haga cambiar de opinión si no crees en las vidas pasadas.

Asentí con la cabeza y me despedí de ella. La miré irse con su esposo y sus hijos del café, pero antes de cruzar la puerta ella regresó a donde yo estaba.

— Se había olvidado — me dijo mirándome directo a los ojos —. No sé si suceda, pero quizá en algún punto te encuentres con Ren.

Antes de siquiera contestarle "¿Quién era Ren?" se alejó nuevamente y se fue del café tomada de la mano de aquel hombre a quien tanto ama.

No puedo negar que sus últimas palabras antes de irse aún resuenan en mi cabeza, de vez en cuando vuelven a aparecer por mi mente preguntándome qué es lo que quiso decir con ello, o por qué había dicho eso. Sin embargo, no he vuelto a encontrarme con ella para que responda mi pregunta.

De alguna manera por eso escribí esto para no olvidarme de aquella historia que alguna vez contó ella, o esas cuantas palabras que dijo él cuando se sentó a su lado por unos instantes. A veces me hace pensar que una parte de la historia solo es un invento de ella, aunque por otro lado creo que es real.

Pero eso, nunca lo sabré, lo único que sé, es que, al menos, en esta vida, ellos se aman por mucho tiempo, y tal vez lo sigan haciendo por mucho más tiempo, tal vez más tiempo que vida. Ya que, según lo que dijo aquella niña, Hannah, de vez en cuando aún se recuerdan la promesa que ellos hicieron.

Pude ver cuánto se aman en solo unas cuantas horas, quizá por eso quise escribir aquella historia que contó Hoshie, la mujer que dijo la historia, quizá de esa manera pueda recordar que alguna vez alguien amó tanto como para prometerse amor eterno aún en una segunda vida y tal vez en alguna tercera. Quizá solo escribí esta historia para plasmar el amor de dos personas, que, aunque la historia no pueda ser cierta, de lo único que estoy seguro es de que su amor lo es, y existe, estoy tan seguro como el hecho de que recuerdo sus últimas palabras hasta el día de hoy.

Fin.

Te Espero en mi Próxima Vida (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora