Historias

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Habían pasado sólo unos instantes ante aquella escena. El ambiente se volvió pesado de golpe. Todo parecía ir en cámara lenta.

Las emociones de Andrés se arremolinaron dentro de su mente. Vin intentaba calmarlas, Venom quería intensificar. Aplacar e incrementar emociones era nuevo para ambos, pero lo hacían por instinto. Era la primera vez que las experimentaban; podían sentirlas, comprenderlas, reconocerlas, apreciarlas e inclusive manejarlas.

- Es extraño -pensaba Vin mientras luchaba con Venom por el control de las emociones-. Realmente eres increíble ¿No es así? Venom.

Ambos sentían el avance y el retroceso de sus acciones. Unas acciones que no eran opuestas, sino complementarias. Inexplicablemente diferentes en el acto, pero idénticas en la intención.

- !Déjalas fluir¡ -reclamaba Venom-. Déjame salir.

Vin le negó aquel gusto.

- Todavía no, mi panita líquido -susurró Vin-. Ya tendrás tu momento, pero ahorita prefiero que dejes en paz a nuestro niño.

Venom cedió ante las ordenes de Vin luego de unos momentos. Dejando todo en las patas de la araña.

En el mundo exterior la cosa no iba tan bien.

Andrés seguía parado al frente de su casa, sin poder canalizar ninguna emoción concreta debido a la pelea de sus compañeros.

La tierra desprendía un sutil olor a pólvora. La puerta de la casa estaba rota; el piso manchado de sangre, las ventanas rotas; las paredes agujereadas. Todo era demasiado violento hasta para alguien con estómago.

Andrés no era, ni de cerca, ese alguien.

- ¡Buagh! -Andrés dejo salir todo su desayuno de golpe mientras caía de rodillas al suelo tapándose la boca con la mano en un inútil gesto por reducir el impacto de las náuseas. 

- ¡VENOM QUE SE NOS MUERE! -Vin revisó rápidamente lo que sabia Andrés sobre medicina-. Ah no espera, vomitar es una reacción irregular pero poco dañina para los humanos... que asco.

Andrés se limpió el vómito de la boca con la mano, y posteriormente hizo lo mismo con la mano usando el pantalón. Intento ponerse de pie, balanceándose de un lado a otro todavía mareado por las náuseas, pero tenía que verlos. Tenía que confirmar de quienes eran los cuerpos. 

Ambos cadáveres estaban en la entrada; cada uno en un lado de la pared. Uno era un chico casi de su edad... tenía que tener unos 21. La otra persona era una mujer, no necesito verle la cara. La blusa que usaba ya era suficiente información. Su madre había muerto.

Andrés decidió centrarse en el chico, quizás porque le era más fácil, quizás porque no estaba listo para saber que había perdido a alguien más. El joven llevaba una chaqueta amarilla, unos jeans sin correa y unas zapatillas baratas; su estado era como el de un colador. Volteó para ver el cuerpo de su madre... mismas condiciones. Ambos murieron entre disparos, pero ¿por qué?

Había un detalle que resaltaba en el chico: Una mancha de sangre muy grande en área del brazo. Andrés no tuvo que indagar demasiado el asunto, puesto que, con un rápido vistazo debajo de las rasgaduras de la chaqueta; se notaba como le habían lacerado y revuelto la piel junto con los músculos del antebrazo. 

- Probablemente un cuchillo -añadió Vin analizando la escena. 

- Mordidas, puñaladas, mucha desesperación - interrumpió Venom también curiosamente interesado. 

- Oye Andrés, sé que no quieres voltear... pero creo que tú madre sostiene algo. 

Era cierto. Tras darse la vuelta, Andrés recogió un pequeño grueso de papeles cuidadosamente colocados en la mano de su madre. Notoriamente colocados allí después del tiroteo, pues no tenían ni una gota de sangre. 

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