Andrés se encontraba paseando con Juan muy temprano en la mañana. Tras el susto que les había ocasionado Vin y Venom a sus amigos, ellos decidieron que lo mejor era probar que seguía siendo el mismo.
Juan caminaba de forma calmada a una distancia prudencial de Andrés. Aunque era una mañana bastante fría, Juan llevaba una camiseta y unos jeans, puede que se lo pasara muy mal las primeras horas del día, pero al final seria recompensado cuando el clima volviera a cambiar. Andrés se concentraba, muy cuidadosamente, en los ladrillos de piedra que cubrían todo el suelo de la plaza. Vestía el mismo suéter y pantalón del día anterior. Debido al pésimo mantenimiento y a muchos años de uso, los ladrillos se alzaban y creaban distintas profundidades o pequeñas charcas. Esto normalmente acababa con destruir a los pobres ladrillos y con su posterior eliminación por considerarse escombros, pero aun así, para Andrés era divertido saltar sobre los diversos ladrillos levantados. Podías crear un camino de saltos si sabias donde saltar.
Juan miraba a Andrés como quien mira receloso a alguien que tiene, justamente, el helado del sabor que te quieres comer, pero que ahora mismo no puedes permitirte. Juan también quería dar saltitos, pero el costo riesgo-recompensa era demasiado elevado y ese posible dolor de espalda producto de una muy probable caída, lo habría molestado durante semanas.
Finalmente llegaron a un pequeño banco de piedra apartado de las pequeñas multitudes que empezaban a vagar cansadamente por las calles. Juan se sentó tranquilamente a esperar a que Andrés llegaran saltando... o que por fin se cayera de culo para reírse de él. Afortunadamente para su disfrute, paso lo segundo.
Andrés salto sobre una piedra en lugar de un ladrillo y la piedra rodo bruscamente hacia la izquierda. En la cara de Juan se esbozaba el primer rastro de una sonrisa burlona, cuando de repente, cinco tentáculos negros salieron de la espalda de Andrés para detener su caída. Juan casi había olvidado la razón de por qué estaban allí hasta que vio a Andrés volver a retraer los tentáculos como si no fuera la gran cosa.
- No me gustan las historias donde el héroe tiene plot armor ¿sabes? -dijo Juan, mofándose de las convenientes habilidades de Andrés.
- No es plot armor, digamos que es ayuda extra.
- Técnicamente mientras que estemos unidos ni siquiera las balas podrían herirnos... Si es plot armor -contestó Vin, de manera distraída en el fondo de su mente.
- Ni hablar de la auto regeneración y la resistencia del traje simbiótico que te hace casi invulnerable -replicó Venom desde otra parte de su consciencia-. Eso es mejor que el plot armor, es como si estuvieras con un personaje de Diablo II a su máximo nivel, pero regresas a la primera zona del juego para descubrir que eres prácticamente intocable.
- Muchas gracias por el apoyo muchachos -respondió Andrés en voz alta dejándose caer en el banco justo al lado de Juan.
- ¿Tus amigos te dieron la razón o me la dieron a mí? -preguntó Juan, sacando una carpeta llena de papeles.
- A ti... y uno de ellos me comunica que tus zapatos están muy bonitos.
- Pues gracias, supongo. Hay que ponernos a revisar los papeles que encontraste en tu casa -ordenó Juan, entregándole la mitad de los papeles a Andrés esperando para que los revisara.
- Repíteme por qué no hacemos esto en tu casa -preguntó Andrés de forma sincera.
- ¿No es obvio? Desde el espectáculo de anoche, Carolina no confía en tus amigos.
Juan se había pasado todo el camino ensayando su respuesta de forma que no lastimara a su amigo. Quería algo directo, pero entendible y divertido para que se pudiera sobrellevar bien.
