Un viejo reloj de aguja puesto sobre la librería de la sala marcaba las 9:45. Andrés no sabía si fiarse puesto que, ese reloj, llevaba ahí desde antes de que sus amigos se mudaran.
Todo el departamento olía al delicioso aroma, aunque algo picante, de la carne mechada que preparaba Carolina. El aroma era muy fuerte; no sabía si era porque la comida de verdad desprendía tal fuerza o porque el departamento era pequeño y eso hacía que el olor se arremolinase en el aire y se terminara intensificando.
Andrés estaba sentado en el viejo sofá de sus amigos, viendo como ellos se movían de un lado a otro terminando de preparar la cena. Desde ahí podía verlo todo; el departamento eran 5 habitaciones interconectadas. Desde la sala se podía sentir el calor de la cocina, el hedor a humedad del baño, el frio del balcón y el perfume que carolina echaba en su cuarto para combatir al resto de fragancias que luchaban ferozmente por dominar el ambiente del departamento.
Todo aquello se sentía como un hogar. Una bonita muestra de la vida y la estancia de aquellos individuos quienes eran sus amigos.
- Te caen bien ¿No? -la pregunta resonó tímidamente en la mente de Andrés.
- Han sido mis amigos casi toda la vida -contesto Andrés dentro de su mente... Ya se estaba acostumbrando.
-Carolina lleva conmigo desde el primer año del liceo -siguió Andrés-. Juan vino después, concretamente, lo conocí en el cine donde vi Rise Of Skywalker. Estábamos sentados uno al lado del otro y sus reacciones viendo la película eran las mismas que las mías; absoluto asco. Fueron las peores 2 horas con 22 minutos más insufribles que he vivido, pero ese día gane un amigo. Salimos del cine quejándonos como si nos pagaran por eso y, cuando lo notamos, estábamos tomando ron barato, borrachos hasta las cejas enfrente del mismo centro comercial... quejándonos de la misma película... por casi 3 horas... enserio, el episodio 9 es horrible.
- Hmmm es un recuerdo que no he revisado todavía.
La voz de Vin sonaba ausente; como de quien responde en automático. Pero Andrés estaba demasiado perdido en sus recuerdos como para darse cuenta.
- ¡Yo los presente y todo! -proclamó Andrés en sus pensamientos mientras ponía cierta cara de felicidad-. Lo recuerdo bien. Durante la pandemia del Covid los presente en una llamada de Discord. Juan me había metido en el LOL (ya no lo juego, por el bien de mi salud) y resulta que Carolina era buena Top Laner, Juan se manejaba bien Mid y yo era main Nautiluss.
- ¡CARIÑO CALLATE! -gritó Vin alterado-. ¡No sé de qué coño me estás hablando! ¡Estas inundando tú mente con un recuerdo que parece febril y no me dejas revisar! Todavía no he visto... ¿de dónde viene?... la parte de tu memoria donde tienes... ¡¿PERO QUÉ?! ¿POR QUÉ TIENES 500 HORAS EN UN JUEGO QUE NO TE GUSTA? ENCIMA... ¡NO RESCUERDAS NADA! TODO ES MEMORIA MUSCULAR.
- Por eso lo deje -explicó comprensivamente Andrés-. El LOL es una pérdida de tiempo. Pero esa vez, solo es vez, sirvieron de algo tantas horas. Juan y Carolina se la pasaban hablando todas las noches, pasado el mes eran pareja; pasada la pandemia empezaron a organizar la boda, era un poco pronto, pero nada les impidió organizarla un año después. Luego la parte donde llego tarde a la boda ya te la sabes. Me imagino que solo Dios puede ver tranquilamente el milagro de su creación.
Andrés miro al pasillo. Sus amigos preparaban la mesa en el balcón mientras, en ese instante, él se pregunta por qué no le habían dicho para ayudar. Seguramente por sufrir heridas graves en la mañana... o quizás Carolina no quería que le tocaran su cocina... todo era una posibilidad valida.
Hubo un pequeño silencio, lo suficiente para ser incomodo, pero todavía quedaba algo de tiempo. Así que Andrés decidió preguntar.
- Vin ¿Qué parte de mi vida estabas revisando antes?
