17 - 'Por favor, bonita... Por favor, no mires'.

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Aviso: Escenas de abuso sexual, tortura, y asesinato explícito.

Aquí lloramos todos.

. . . . .

/ Momo (Prt. 1)

Myoui Mina tan solo tenía quince años cuando su madre acabó muriendo en su cama por una enfermedad pulmonar no tratada.

La vió morir, llorando y rogando porque se quedase. Ella sabía bien que, sin su madre, ella dejaría de tener una familia, y también terminaría en la misma calle.

Myoui Sachiko siempre fue tan buena, una persona amable y bastante compresiva. Una prostituta, trabajó en eso para tener que comer ella y su hija. Mina siempre supo que era la persona que más amaba, no tenía a nadie más que la amara tanto tampoco.

Poco tiempo después de que su madre muriera, ella fue echada a la calle por no tener cómo pagar la renta del pequeño lugar.

Pero la esperanza es lo último que se pierde, ¿no? Ella escuchó de su madre que podría buscar a su desconocido padre, pues quería que pudiera hacerse una vida.

Mina solo congeló sus estudios, y hizo algunos trabajos de limpieza para tener que comer, hasta dar con él.

Hirai Hinata, un japonés viviendo en un pequeño pueblo de Corea, detective y su vida bastante estable. Era esposo de una buena mujer, y era padre de una hermosa hija de dos años

Lo que Mina temió fue lo que ocurrió; el hombre tan solo le cerró las puertas de su hogar, diciéndole que desaparezca y que se olvide de que se hará cargo de ella. Mina solo quería una familia, podría trabajar, podría alimentarse ella misma, no necesitaba alguien que la mantenga. Quería amor.

Mina no era alguien que hablara mucho, por lo tanto no muy social, pero pudo hacerse amiga de una chica llamada Yuqi, proveniente de China y también desamparada en la vida, sin familia porque estos la abandonaron al no tener para alimentar una boca más.

Yuqi y ella rápidamente se unieron para trabajar juntas, logrando hacer dinero suficiente para un departamento, pero no era suficiente. Fue cuando Yuqi se fue de su hogar y regresó con otra chica que vagaba por la cuidad, Seulgi, una que vivía en calles desde que nació.

Su grupo de tres viviendo juntas se volvió cuatro cuando ayudaron a Lalisa a establecerse, pues viniendo de una familia pobre y adicta, huyó y terminó perdida entre pueblos.

Se volvieron cercanas con el paso del tiempo, tenían similitudes, se complementaban, llegaron a quererse como una familia, pues entre ellas eran las únicas en las que podían confiar para todo.

Al parecer, Mina había logrado tener una familia, aún si no compartía sangre con ellas. En un año, las cuatro eran inseparables, trabajaban y mantenían el departamento bastante bien para todas.

Tenían sus peleas, sus discusiones, sus días malos, pero terminaban resolviendolos y volviendo a la amistad solida que tenían.

A sus dieciséis, fue cuando Mina salió por sí sola al parque, solo yendo a caminar ya que le habían dejado un día libre en su trabajo. Con su celular en mano -el cual apenas pudo comprar a precio barato- , vagaba.

¿A dónde se dirigía? Ni siquiera lo sabía, solo estaba perdida en su mente.

Mina se volteó cuando escuchó unas risas y estaba una bonita niña, su cabello negro meciéndose y sus saltos eufóricos iban por todo el piso, persiguiendo las palomas que se paraban a comer las migajas tiradas.

Mina frunció el ceño, viendo que aparentemente las migajas de pan fueron tiradas por la misma niña solo para divertirse con las palomas que bajaban. Sonrió, reconociendo quién era.

GRUPO LGBT+  ❄︎  DAHMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora