15 - El color favorito de Momo es el rosa.

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Dahyun se recostó en el colchón de la habitación de Momo, viendo a su alrededor. La habitación de Momo no era muy diferente a ella, había rosa, rosa y más rosa. 

Las cortinas, las sabanas, las almohadas, los peluches, la mayoría de objetos también lo eran. Momo vestía de unos pantalones chándal rosas, con un estampado de caricatura en el muslo, una camisa de tirantes blanca, y solo pantuflas.

Dahyun estaba aburrida. Mayormente cuando iba a casa de Momo era para tener relaciones sexuales, pero esta vez habían decidido pasarla juntas de otra manera.

La cosa es; ¿y ahora qué se hace?

No es que su relación se basara en acostarse a follar cada que pueden, pero es que ese día parecían no tener nada más qué hacer. Momo se distraía escribiendo algo, y Dahyun se había recostado en total aburrimiento.

— ¿Y si hacemos otro graffiti? — Dahyun sugirió distraída, viendo a Momo girarse sobre la silla para verla.

— No me quedó mucha pintura — Momo dirigió su vista hacia una esquina de su habitación, donde la mochila con latas de pintura descansaba desde hace muchos días.

— ¿Vemos una película? — Dahyun ideó otra cosa. No era de ver películas, era más de siempre estarse moviendo, pero esa podría ser una buena opción.

— No tengo televisión — Momo hizo una mueca cuando lo comentó, recordando a su madre aventar la televisión al suelo cuando le hartó el ruido que hacía. Otro de sus ataques de ira desde que era viuda. Lo peor, es que a Momo le había lastimado los pies, pues la televisión cayó cerca de ella y los trozos la hicieron cortarse.

— ¿Celular? — Dahyun preguntó como última opción.

— Cargando — Momo apuntó a la mesita de noche, donde aquel celular de funda rosa descansaba, cargando del conector de la pared.

Ambas volvieron al silencio. Momo antes siempre salía de compras como entretenimiento, saliendo con amigos, durmiendo. Ahora estaba con Dahyun, no tenía sueño, no tenía dinero para ir de compras, y sus amigos estaban ocupados.

— ¿Si me follas? — Dahyun sugirió después de un minuto de silencio.

A Momo le brillaron los ojos, encontrando eso como una gran opción para pasar el rato, pero luego recordó algo y se expresión decayó.

— Mi madre está en la habitación de al lado — su madre ni siquiera salía de casa. Momo se arriesgó a invitar a Dahyun porque sabe que su madre no saldría de su habitación. Pero tampoco puede darse el lujo de hacer ruido y luego que ella le cuestione.

— ¿Juego de mesa? — Dahyun no estaba segura de aquello, pues nunca había visto a Momo tener juegos de mesa.

— Solo tengo unas cartas, y están incompletas — Momo sabía que siempre perdería aquellos. Por más que se compraba, inexplicablemente las perdía, aún si se dedicaba a cuidarlas bien.

— ¿Salir afuera? — Dayun volteó hacia la ventana, que a los costados tenía esas cortinas rosas.

— Está lloviendo — Momo también miró hacia la ventana. Las gotas de lluvia caían por la cuidad, lo habían hecho hace ya como una hora. Las calles ya estaban empapadas y la gente en sus casas.

— ¿Bañarnos en la lluvia? — Dahyun se inclinó para ver de forma interesada hacia la hermosa lluvia de afuera.

— Vamos a enfermar — Momo por ningún motivo quería ver a su novia pasarla mal.

— ¿Y eso qué? — Dahyun preguntó en un tono despreocupado, volteando a ver a su novia para sonreírle y querer convencerla.

— ... Vamos — Dahyun dió un salto, levantándose de la cama más animada que antes. Su sonrisa extensa hizo a Momo copiarla y levantarse de la silla, para así salir de la habitacion en un silencio, para no alertar a la señora Hirai.

GRUPO LGBT+  ❄︎  DAHMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora