23 - ¿A dónde nos vamos cuando morimos? [final]

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Su cabello era ondeado por el poco viento que hacía allí, tenía esa expresión tranquila y las veía con una indiferencia poco común en ella. Momo estaba pensando en cómo es que Dahyun todavía tiene fuerzas para seguir llorando, si toda la noche lo estuvo haciendo.

Ella sabía de ese dolor, ella dejó que lo pasara, nunca lo detuvo, tampoco lo redujo.

¿Era una mala novia? Muy probablemente. Había pensando en la felicidad, estando consciente que este momento llegaría y la más afectada sería Dahyun. Se sentía una idiota, pero pronto no iba a sentir nada.

Como Sana y Dahyun se quedaban en silencio, Momo alzó su mano y el arma fue a apuntar a la sien del director Yang, quien intentó gritar pero demasiado tarde; Momo apretó le gatillo hasta el fondo, viendo como aquel cuerpo perdía la vida.

Sana y Dahyun dieron un salto hacia el pequeño sonido, vieron lo que acababa de suceder. Sana se volteó, teniendo arcadas, mientras Dahyun desvió la vista, teniendo una especie de necesidad por ignorar lo que ocurría... de nuevo.

— Mi propósito terminó — Momo sonrió feliz. entre un suspiro. Su pecho se llenó de felicidad. Por lo que había luchado, lo había logrado.

Se giró con el arma en mano, caminó hasta el borde para querer terminar con todo, pero Dahyun no quería dejar todo esto así, no podía soportar verla y no hacer nada.

— Momo... por favor — Momo se detuvo al escucharla, volteando su cuerpo para ver a su novia cerca de ella, suplicando por que no lo hiciera, por que se quedara más tiempo con ella — Por favor... — su voz era tan débil, estaba a punto de llorar. No sabía exactamente qué pedía, si más tiempo o que simplemente le quitara el dolor.

Tal vez si nunca se hubiera enamorado, si nunca esperara como un perrito en la ventana para ver a su hermosa vecina, si nunca sus ojos se iluminarán cuando admiraban su cuerpo de vestimenta rosa, si nunca la hubiera conocido, Kim Dahyun no estuviera sintiendo tanto dolor.

Pero tampoco hubiera sentido la correspondencia de un amor de adolescente muy fuerte y dedicado.

— Te amo tanto, Dae... — Momo confesó, haciendo a Dahyun apretar los labios y sentir su garganta tensarse por el llanto que la quería atacar — Mi destino siempre fue morir por decisión, cuando acabara con todo, pero fuiste quien me hizo desear quedarme — Momo también quería estallar en llanto, pero lo controlaba mejor.

Nunca tuvo otro propósito para vivir, lo único que la motivaba era que haría hacer que Mina descanse, que su hermana lograra tener la venganza en compensa por no tener justicia. A Momo la movía el odio en la vida, el odio hacia la religión, que pronto se había vuelto más un odio contra sus fanáticos hipócritas.

Dahyun le había enseñado que no todos en la religión eran malos, no todos te destruían, no todos te despreciaban, no siempre la religión era lo malvado.

Se supone que su progenitor Hinata hizo todo aquello para crearle odio, la hizo ver a su hermana en lamentable estado, para que vea lo que se "merecían" los homosexuales, para que les tome un odio a estos, para que pueda ver que eso debía ser normal.

A Hinata le salió muy mal, pues cavó su propia tumba y la de los demás, creó a un ser lleno de rencor y vengativo, hizo a una persona llena de amor a una llena de odio. Su propia hija le había dado lo que ella consideraba necesario para que su hermana descansara. Momo lo había acabado a él y a todos los iguales o parecidos que encontrara.

Pero antes, ellos la habían acabado a ella.

— No puedo quedarme, porque hice la promesa de volver con Minari, reencontrarme con ella para descansar — Momo tragó saliva, sintiendo cómo el dolor se propagaba en su cuerpo como una enfermedad. No creyó que le iba a doler tanto irse, porque no tendría razones para quedarse.

GRUPO LGBT+  ❄︎  DAHMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora