◖Capítulo 13◗

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¡Wolas!
Perdónenme, perdónenme ;________; Muchas cosas pasaron por mi vida este último mes más nunca dejé de escribir.
Me divorcié, empecé a salir con otra persona, mis gatos se pelearon sobre mi pc y la rompieron, la mandé a reparar, se volvieron a pelear, me la volvieron a romper :'D , el técnico no creyó la historia de los gatos (tengo 4) pero aceptó volverla a reparar, me incrementaron el trabajo, ha habido mucho calor (casi 53°) entre otras cosas xD Debería hacer un fanfic de mí misma, considero mi mala suerte muy interesante (?
Estuve escribiendo desde la tablet pero que desgastante es, la buena noticia es que ya terminé el fic pero la mala es que la emoción me dominó y bueno, será una historia un poquito más larga de lo que había pensado pero emocionante y dramática.
Muchas gracias por la espera y ahora sí estaré más activa -perdón si hay alguna falta ortográfica, algunas teclas no funcionan del todo bien- D:

Pd. Wattpad me había impedido volver pero hierba mala nunca muere ewe

◖Capítulo 13◗

Una fuerte risa burlona, sarcástica y nada adecuada para el momento salía de los labios del rey consorte Daemon quien no podía ocultar (a su parecer) lo graciosa que era la situación de ambas familias. Delante suyo se encontraba: su esposa Rhaenyra y a un costado la madrastra de esta, Alicent Hightower, ambas mujeres miraban con total desapruebo la manera tan poco seria en que tomaba asuntos de importancia, especialmente aquellos que involucraban a sus propios vástagos. La más afectada emocionalmente era la reina verde quien sentía una mofa hacia sus preocupaciones, a sus hijos, y a ella misma, lo único que podía hacer en esos momentos era dirigir un vistazo de reproche, frívola y condescendiente al esposo de su hijastra.

—¿Ya ha terminado con la risa, rey Daemon? —cuestionó con la voz ronca. La dama mantenía las manos al frente unidas como si en sus adentros estuviese pronunciando la más firme de sus plegarias —Creo que no he mencionado nada que sea considerado gracioso o ¿sí? —el tono pacífico de su voz era mucho más de temer que sus propios ojos enfurecidos.

—Lo lamento, esta situación de verdad me es graciosa. Primero Jacaerys, luego Lucerys y ahora ¿Joffrey? ¿Con Daeron? De haber sabido que nuestros hijos iban a emparentarse nos hubiésemos vuelto polígamos ¿no lo creen? Podríamos abarcar más aliados —sus comentarios fuera de tono ya estaban enervando a ambas mujeres. Incluso la reina sentía que su marido veía a sus hijos con Laenor como productos a cambio de otros.

—Basta de burlas, Daemon. Daeron ha venido aquí por la mano de Joffrey, creo que lo más justo es que lo escuchemos. Si he hecho una excepción, puedo con otra —Rhaenyra ya daba por hecho el compromiso ¿Qué más daba? Para ella valía más que estuviesen enamorados, al menos tuvieron el valor para encarar la situación y afrontarla de manera madura, eso ya era mucho decir a diferencia de sus otros hijos.

Daemon hizo un gesto desinteresado encogiendo los hombros. Las puertas se abrieron dando el paso al menor de los hermanastros Targaryen.

Daeron entró a paso lento sin bajar el semblante, no tenía nada porque avergonzarse sino todo lo contrario, buscó por todos lados a su amado, una sensación pesada se apoderó de él cuando no le vio entre los presentes. La situación les incumbía a los dos, no solo a una parte.

—Mis reyes—el muchacho apoyó una rodilla sobre el piso reverenciando para después ponerse de pie —Me postro ante ustedes humildemente para pedir la mano, el permiso de poder unirme a Joffrey, no deseo hacerles perder el tiempo así que mi petición es clara y directa. Los rodeos no son lo mío, sé que mis bienes no son tan abundantes como los de cualquier aliado, pero él y yo podemos construir nuestro propio imperio —En ningún momento titubeó, no había persona más elocuente que el tercer varón de Alicent, era mucho más centrado y decidido que sus hermanos mayores. En Daeron la intensidad de sus emociones no opacaba la coherencia de sus acciones.

[Alma de dragón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora