𝙃𝙚𝙖𝙧𝙩𝙡𝙚𝙨𝙨 © [1]

【𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙄𝙑: 𝓢𝓪𝓻𝓬𝓪𝓼𝓶 】

"𝒀 𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒎𝒖𝒏𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅, 𝒅𝒆 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒑𝒓𝒐𝒗𝒊𝒆𝒏𝒆𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒛𝒂𝒔 𝒎𝒂𝒍𝒊𝒈𝒏𝒂𝒔 𝒚 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒓𝒖𝒄𝒕𝒊𝒗𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒏𝒂𝒕𝒖𝒓𝒂𝒍𝒆𝒛𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒉𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆".
—𝗚𝗲𝘁 𝗦𝗰𝗮𝗿𝗲𝗱.

Advertencia🔞: Mención de abuso físico, mental y escenas violentas. Favor de retirarse si eres menor de edad o si tienes una fuerte sensibilidad.

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Un adolescente de trece años corre en brazos a los sacrificios de un pueblo japonés, tenía fuerzas desgastadas por la carrera pero se negaba a rendirse. Ambos menores tenían características idénticas en los rasgos faciales que fácilmente podrían ser confundidos por mellizos sino fuese de una diferencia en sus edades.

Detrás del mayor había una turba furiosa cargando cualquier arma, desde lanzas hasta arco y flecha. El chico le daba órdenes a sus subordinados a gritos para que se apresuraran en tener el objetivo listo, una indirecta hacia la ruta de escape perfecta ya que en japón existen muchos navíos militares y buques de carga encargados de transportar los suministros a otras partes del mundo.

Sin tiempo para pensar, tomó una ruta diferente del que iría para evitar estar rodeado por la multitud. Era un callejón sin salida y estaba desesperado, quería perderlos de vista ya que estaba en una zona boscosa cerca de la prefectura del antiguo Kioto.

Un territorio asentado de monumentos vacíos en donde veneraban a sus dioses, las cartas jugaban a favor de Tobe pues el distrito tenía acceso al mar. Conocía las culturas y la historia de su país bastante para acordarse en qué dirección colindaba los barcos pesqueros.

—¡Estamos perdidos, Tobe!— Gritó la pequeña Pucca cubierta con un vestido blanco. —Nos atraparán y nos quemarán, no quiero morir.— Se aferra a las vestimentas del mayor.

—Tranquila niña, todo tiene una solución. Sólo unos metros más y ya estaremos a salvo.— El muchacho tranquilizó en voz baja a la niña.

Garu tenía un semblante preocupado pues no quería pensar en ser atrapado y atado, tenía fé en que su amigo los sacará del país. Mantenía la cabeza fría para tener el control de sus emociones, esto no era una excepción pues cerró el corazón en el momento en que su propia familia lo vendió como sacrificio.

Él lo había salvado, le debe la vida.

Un discípulo que nunca cuestionaría cualquier orden de su amo.

Vivió toda una vida para él, queriendo amor a cambio.

Ilusiones marchitas desde el primer golpe, luego fueron consecutivos.