𝙃𝙚𝙖𝙧𝙩𝙡𝙚𝙨𝙨 © [1]

【𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙑𝙄: 𝓓𝓲𝓮 𝓯𝓸𝓻 𝔂𝓸𝓾】

"𝑺𝒊 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒏𝒖𝒍𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒐 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒓𝒖𝒊𝒓𝒕𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖 𝒑𝒂𝒓𝒆𝒋𝒂 𝒔𝒆𝒂 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒛, 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂 𝒆𝒒𝒖𝒊𝒗𝒐𝒄𝒂𝒅𝒂."
—𝗪𝗮𝗹𝘁𝗲𝗿 𝗥𝗶𝘀𝗼.

Conforme pasaba el tiempo los corazones de ambos chicos estaban a nada de quebrarse más. Sentían el dolor del otro, cargando con sus propios lamentos y problemas; Pucca con el constante acoso, mientras que Garu lidiaba con controlar sus emociones, impulsos y no podía mantener la boca cerrada por mucho tiempo.

El ninja de coletas se acostumbró a no mostrar alguna expresión facial e incluso sentimientos que no fueran miedo, coraje y molestia.

Tuvo que acudir a su ex-compañera Chief para descargar todo lo que tenía por dentro, porque ya no podía aguantar el peso de su corazón, se supone que el camino del rencor lo mantendría satisfecho pero cada vez le carcomía el remordimiento, pues los abrazos y las muestras de afecto escalaron a niveles en donde su alma podía mantenerse tranquila, todo el dolor que ocultó amenazaba con salir al igual que su amor y confianza.

No se sentía listo para enfrentar este nuevo reto, él lo abandonó, lo aisló y también persiguió su cabeza, todo esto lo hacía cuestionar acerca de qué desea Tobe de él, le había dado una razón para seguir viviendo a través de la venganza hacia ese monstruo, se sintió tan bien a pesar de matar a un sinfín de personas que jamás lo apoyaron y se burlaban de él a pesar de ser una figura importante.

Su amiga le había auxiliado con alejarlo de su cabaña y del pueblo aunque estuviese bajo las órdenes del villano, se sentía sin salida pues no quería mostrar ni corresponder a los sentimientos de ese hombre, tanto fué lo que comentó a Jing Jing que estuvo hasta el punto de llorar en sus brazos. También le comentó su secreto minutos atrás de haber recuperado la voz, consiguió ese honor perdido y su entrenamiento había finalizado antes de cumplir 19 años.

La mujer a su lado sabía todo acerca de sus problemas, estaba allí para escucharlo y animarlo, estuvo siempre en comunicación con su amigo a escondidas, era tan difícil pasar desapercibida pero sus hermanos colaboraron para enviarle lo necesario ya sea comida, agua, materiales. Pero desde hace tres meses perdió el contacto con el ninja porque su jefe ya andaba sospechando acerca de un soplón quién le había mandado información a través de cartas anónimas.

Ella siempre tuvo una manera para que su querido amigo identificara quién mandaba los sobres, falsificaba su letra por otra distinta pero dejaba pequeñas pistas para darle su emisor un nombre.

Y ahora se daba cuenta de los logros de Garu que se sintió feliz, también aliviada de que se encontrara bien. Para ella, el chico era uno de los suyos quién aspiraba ser una leyenda más de la historia del pueblo, pero temía que se convirtiera en un lunático intentando alcanzar la grandeza.