𝙃𝙚𝙖𝙧𝙩𝙡𝙚𝙨𝙨 © [1]

【𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙑𝙄𝙄: 𝓓𝓪𝔂𝓵𝓲𝓰𝓱𝓽】

"𝑫𝒊𝒐𝒔 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒂𝒔 𝒐𝒅𝒊𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒑𝒆𝒄𝒂𝒅𝒐 𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒕𝒓𝒊𝒔𝒕𝒆𝒛𝒂, 𝒑𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐𝒔 𝒑𝒓𝒆𝒅𝒊𝒔𝒑𝒐𝒏𝒆 𝒂𝒍 𝒑𝒆𝒄𝒂𝒅𝒐".
—𝙎𝙖𝙣 𝘼𝙜𝙪𝙨𝙩𝙞𝙣.

Advertencia 🔞: Menciones de pensamientos suicidas y posible contenido sangriento/explícito. Favor de retirarse si eres menor de edad o si tienes una fuerte sensibilidad.

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"El heroísmo puede salvar a un pueblo en las circunstancias difíciles; más aquello que lo hace grande, es la acumulación diaria de pequeñas virtudes".

Esta es una de las frases que Garu siempre seguía como regla propia. Una que la llevaría a extender por todo el territorio de Sooga, nunca fué un chico sabio, paciente y muchas veces se irritaba ante situaciones que no supo prevenir. Sin embargo, poseía unas cuantas cualidades que lo hacía el mismo.

El maestro celestial tenía como idea en qué Garu sea el guía para los elegidos a ser líderes para sus pueblos, los cuales no eran muchos. Los demás dioses estuvieron encantados con esas ideas, que solicitaron al maestro de ese ninja para ser él quien avise y le dé las órdenes a su pupilo estrella y más para que entrenaran en su dojo.

El adolescente por un momento dudó en tomar las recomendaciones del maestro Chang en ser una figura de autoridad para ciertos candidatos que vinieron al pueblo desde distintos sectores del mundo debido a su mala experiencia siendo el discípulo de Tobe, no recibió un buen guía que no fuese el padre de su mejor amiga, apenas y sabe dar buenas lecciones que no fuesen de artes marciales.

Pero acepta al escuchar a Chang decirle que si logra completar con los entrenamientos de cada uno de estos jovencitos, no sólo su honor va a crecer sino su crecimiento como persona. Algo que funcionó pues a Garu le encantan los retos y más si implican que le subiesen el rango de autoridad.

A pesar del voto de silencio logró instruir y ser el maestro de unos jovencitos quienes realmente quieren seguir sus pasos para convertirse en verdaderos ninjas, descubrió que enseñar al igual que alimentar los espíritus guerreros de esos niños parecía la contraparte de sembrar y cultivar muchos árboles de distintas especies, colores y brindarles un brillo único. Se encariñó rápidamente con sus alumnos, que siempre se comunicaba a través de una pizarra para transmitir sus consejos que fueron de lo más obvio hasta lo complejo.

No pensó que tendría un aura paternalista ante esos niños y jovencitos, era el padre que siempre deseó en un pasado. Romper el ciclo del abuso era complicado pero tuvo que mostrar una mente fría para no dejarse llevar demasiado por sus emociones.