Capitulo 32. Rose enferma.

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Theo Knight.

Rose enferma.

Hoy particularmente me tomé un día de descanso para pasar tiempo con mi linda esposa e hijo.

Los amores de mi vida estaban en el piso jugando tranquilamente, rose se levantó y se sentó a mi lado en el sofá.

– Cariño...puedo hacerte una pregunta?–preguntó ella y asentí para que la hiciera.

– Porque nunca me dijiste de tus sentimientos hacia mi en la universidad?–dijo ella, yo suspire dispuesto a responderle.

– Bueno, como sabes yo era popular por así decirlo pero eso no era lo que me impedía confesarte mis sentimientos, si no el hecho de que creía que no era suficiente para ti o que tu me rechazarás y arruinara nuestra amistad.–respondí acercándome a ella y puse mi mano en su mejilla para acariciarla.

– Desde el primer momento en que te vi, deje de verte como una amiga, porque si se que nuestra amistad fue duradera al ser mejores amigos pero yo te veía como una mujer.–admití con un sonrojo leve.

– Si estabas enamorado de mi, porque te acostaste con tantas chicas?–preguntó confundida.

– Es que...quería olvidarte, admito que intenté hacerlo y por eso me acosté con varias chicas o tuve relaciones cortas pero...nunca funcionaba y aparecías una, y otra vez en mi cabeza.–declaré avergonzado de mis acciones.

Ella sonrió y se subió a mi regazo para enredar sus brazos en mi cuello y besarme.

– Yo siempre estuve enamorada de ti theo pero como sabes gregory se encargó de manipularme entonces decidí ocultar mis sentimientos, los cuales pensé haber apagado pero tú los encendiste como un fénix volviendo a renacer.–dijo ella acariciando mi pelo.

– Como te enamoraste de leo?–pregunté precavido, sabía que esto tal vez podría afectarle.

– Yo era una de las personas que quería que por lo menos alguien la amara, no ame a leo, nunca logré hacerlo, solo me atrajo su físico y estaba con él porque me hacía sentir bien o al menos hasta que cambio, no lo detuve por esa razón, porque pensé que él sería el único que me amaría.–respondió para luego suspirar.

– Si que ambos fuimos cabeza cueca, no cielo?–bromeé y ambos nos reímos, pasamos el día jugando en el patio con calix e incluso nadamos en la piscina.

También intentamos que calix caminara o dijera algunas otras palabras fáciles, cuando ya era de tarde decidimos entrar adentro porque se estaba poniendo frío y en eso entraron mis hermanos.

– Llegué a casa familia! Cómo esta mi linda esposa e hijo?–exclamó sam contento para venir a besar a rose y luego a calix en la frente.

– Bien, calix ya sabe decir Pá, creo que será un niño inteligente cuando crezca.–respondió rose sonriendo.

Luego de aquella charla nos dispusimos a hacer la cena y comimos con algunas charlas y risas, para después lavar los trastes que fue michael.

Subimos a nuestra habitación pero primero dejamos a calix en su cuna para después nosotros acostarnos a dormir.

(.....)

Me desperté al sentir varios movimientos por mi lado y abriendo mis ojos me encontré a rose que estaba inquieta, yo la mire extrañado, levanté mi brazo apoyándome de costado para verla porque estaba a espaldas de mi, dándome cuenta que estaba dormida.

– Cielo...estás bien, oye despierta.–dije moviendo la y en eso se despertó sam que estaba e frente de ella y la miro igual que yo.

– Que ocurre? Porque está inquieta?–preguntó él y yo me encogí de hombros sin saber que responder.

– Flor, cariño despierta.–dijo él apoyando una mano en su mejilla pero se alarmó por algo.

– Que pasa?–pregunté preocupado.

– J*der! Esta hirviendo en fiebre! Michael despierta!–exclamó alarmado levantándose, haciendo que nuestro hermano también se despierte desorientado.

– Me duele mi cabeza...–murmuró rose quien estaba recostada aún sobre la cama con un pequeño paño en la frente con agua fría para bajarle la fiebre.

– Lo sé cielo, ya michael dijo que iba a traerte algo para que se te pasará.–dije mirándola apenado, esto era mi culpa, ayer tomo mucho sol y además de eso el agua fría también le afecto.

– Theo, amor, deja ya de culparte, solo nos estábamos divirtiendo en familia, esto no es nada grave.–dijo ella mirándome.

– Si, no lo creo, tienes un resfriado y la fiebre está que sube cada minuto.–dijo michael entrando para sentarse en la cama.

– Tienes que tomarte un jarabe y sin quejas.–anunció y rose abrió los ojos.

– Noooo...odio los jarabes, sabes horribles.–dijo negando insistivamente.

– Y no me interesa, solo me importa tu salud.–demandó y sin vernoslo venir, rápidamente se levantó de la cama para salir corriendo.

– ROSE ANNALISE KNIGHT! VUELVE AQUÍ AHORA!–gruñó michael saliendo rápidamente de la habitación.

Sam y yo rápidamente lo seguimos, intenté ocultar mi sonrisa divertida por la situación, aveces mi mujer podía comportarse como una niña.

– En dónde se metió?! Sam busca arriba, yo buscaré aquí y theo veo al patio ya!–demandó y nosotros asentimos para buscarla.

Salí por la puerta que daba al gran patio, mucho ella no podía esconderse allí pero sabiendo lo astuta que era, es capaz de esconderse hasta debajo de una piedra.

Yo miré detenidamente el patio mientras caminaba, sonríe cuando ví unos mechones rubios arriba de un árbol y como si no supiera que estaba allí me acerque fingiendo.

– Oh...dónde se habrá metido el amor de mi vida, me preguntó si luego no querrá que le regale chocolates.–dije mientras estaba debajo del árbol.

Y sin que ella lo viera venir le agarre del tobillo bajandola con cuidando y la coloque en mi hombro.

– Te tengo pequeña astuta, quieras o no, vas a tomarte ese jarabe.–dije mientras caminaba hacia dentro.

– THEO KNIGHT! BÁJAME AHORA O JURO QUE TE DEJARÉ SIN DESCENDENCIA!–gruñó ella intentando zafarse de mi agarre sin lograrlo al yo tener más fuerza.

Cuando entramos a la casa, justo aparecían sam y michael quienes miraron reprobatoriamente a nuestra esposa.

– Vamos, vas a tomar ese jarabe aún así tenga que meter la cuchara hasta el fondo de tu garganta.–demandó enojado michael yendo arriba a buscar el jarabe y yo coloque a rose arriba del sofá pero tomando sus manos para que no escapara.

Cuando volvió ya tenía una cuchara en mano y sam rápidamente agarró sus piernas con sus manos manteniéndola en el sofá, cuando rose vio que él se acercaba con la cuchara que tenía jarabe empezó a moverse como una lombriz.

– Sueltenme! No pueden obligarme! Os acusaré con sus padres y les diré que sus hijos son unos bárbaros!! LES DIRÉ QUE LOS DEJE SIN HERENCIA!–exclamó rose enojada.

Michael la tomo de la mandíbula para que no se moviera, ejerciendo presión para que después darle la cuchara con jarabe.

– Traga o juro que voy a taparte la nariz hasta que te quedes sin aire.–demandó michael y con asco ella lo trago.

– Sabe horrible...me quedo el feo sabor en mi boca.–dijo ella haciendo un puchero.

– Me vengare! Les juro que lo haré.–declaró ella enojada y nosotros nos reímos.

Que podría hacernos ella? Era demasiado indefensa para creer que en esa cabecita había algo macabro.

Que equivocado estaba...ojalá y no haber despertado la furia de mi amada esposa.

•Conquistando a Rose• [Terminada] Libro #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora