If you're excited to think about it, imagine doing it

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Esa era su primera cita desde que dejó Ira. Su primera cita en la que no era la hija de..., ni la hermana de..., ni la pequeña Millie que se rompió el brazo jugando en el tejado del granero. Era su primera cita siendo simplemente ella misma. O lo más cercano que podía ser sin que Moxxie saliera corriendo en dirección contraria. No quería mentirle, eso jamás había estado en sus planes. Pero agradecía que Mox aún no supiera que era la compañera del Demonio de la Radio, la imp que Alastor alababa en su programa por la forma en que dejaba un reguero de muerte y sangre. No es que estuviera avergonzada de esa parte suya, pero temía que Moxxie lo encontrara aterrador. Maldita sea, Mox disfrutaba de las artes y de los cafés con complicados nombres y sabores dulces. Obviamente no encontraría agradable saber que Millie se adentraba en las entrañas de monstruos demoníacos y los despedazaba desde adentro ¿verdad? Moxxie tenía clase, un corazón sincero y lo llevaba a la vista de todos. Él debería querer estar con alguien que pudiese ofrecerle su brazo y ponerle flores en el cabello.

Millie quería eso.

Ella quería ser un tesoro para alguien, ser tratada con delicadeza y dulzura. Millie quería bajar la guardia y poder abrazar a alguien con fuerza y sentir su aroma como algo reconfortante. Porque a besar de su pasión por la destrucción y el caos... ella no quería estar sola.

Y a veces, Millie se preguntaba si Alastor se sentía de la misma forma.

Si él también quería pertenecer y tener a un lugar al que volver después de sus incontables caminatas por la ciudad.

Porque desde que Millie conoció a Moxxie, ella había tenido esa terrible y aterradora idea de que él podía ser ese lugar para ella. Le gustaba cómo él la trataba con ternura, y lo adorable que sonaba cuando suplicaba. Blitzø podía ser cruel a su manera, y estaba claro que eso atraía a Moxxie, pero cuando Mox la llamaba, nervioso y sonrojado, lo que buscaba de ella era su aprobación.

Eso hacía cosas en Millie, no solo en su cuerpo, sino que...

...en serio, le gustaba Moxxie.

Le gustaba cómo la trataba como una dama, la respetaba y la miraba con admiración, sin esperar nada más allá de lo que ella quisiera ofrecer. Con Blitzø era diferente, porque sentía que lo conocía desde siempre y podían ser un desastre juntos; él aligeraría el ambiente con sus bromas y luego la besaría, porque juntos eran imperfectos. Le gustaba ser peligrosa con Blitzø.

Pero ¿con Moxxie? Con él se sentía tranquila.

Por eso quería que esa cita saliera bien. Moxxie era tan diferente a lo que estaba acostumbrada, pero esa diferencia era tan buena que quería aferrarse desesperadamente a esas emociones.

Y la cita estaba yendo bien, considerando sus apretadas agendas. Moxxie parecía haber planeado todo y estaba tan nervioso como ella. Lo que hacía que Millie se sintiera más tranquila, porque significaba que él también sentía que eso era importante. Él ofreció su brazo y habló durante todo el camino al teatro, explicándole por qué creía que ella disfrutaría de la obra. Millie lo encontraba simplemente adorable. Alastor definitivamente se llevaría bien con Mox. Millie contuvo una risa por su peculiar pensamiento. En circunstancias así ¿ella no debería estar pensando eso, pero con sus padres en lugar de la aprobación del aterrador Demonio de la Radio? Tal vez era porque Alastor... él entendía.

Y sí, tal vez era un poco como una figura paternal, pero ¿se daba cuenta Alastor de que tendía a hacer eso con mujeres jóvenes en su vida? Millie estaba segura de que Niffty sentía lo mismo cuando Alastor le daba largas charlas antes de cualquier cita que ella tuviera o la manera en que se tomaba su tiempo para explicarle a Crymini cualquier cosa que ella le preguntase.

El teatro era pequeño, uno de esos lugares construidos por artistas y para artistas. También hacía las veces de cafetería, y cada mesa tenía un toque de privacidad gracias a las plantas decorativas a los costados y los largos manteles que cubrían las mesas. Ellos se sentaron uno junto al otro para poder contemplar el escenario y conversar cómodamente en voz baja.

Virtue and ViceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora