Lo que había comenzado como un retiro sorprendentemente compartido con su rival se había convertido en una situación bizarra en la que no había una excusa clara para la presencia de Alastor. Aun así, Vox había disfrutado de esos momentos y detestaba lo que eso significaba después de tantas décadas. Porque, a pesar de todo, Angel estaba con Vox, no en el sentido de ser pareja, al menos aún no, pero había algo en ello que aspiraba a merecer y no deseaba echarlo a perder debido a que Alastor. Después de tantas décadas, decidiera cambiar el compás de su pequeña danza perpetua.
Sin embargo, no podía negar lo que Alastor despertaba en él, la conexión que compartían como rivales que daban tumbos en esa ciudad. Pero en los últimos días, mientras Alastor se retiraba al bosque a cazar, Vox se encontraba reviviendo la última reunión de Overlords en su mente. Recordaba cómo Angel y Alastor habían intercambiado palabras, risas y miradas solo comparables a viejos amigos. No le sorprendió en absoluto que Angel, el maestro de la manipulación pudiera sacar una risa genuina a uno de los pecadores más temibles del Infierno. Ese era Angel, la forma en que conseguía lo que quería o se enredaba en problemas con la misma facilidad era admirable. Esa misma actitud había sido la que lo había llevado a entrar a la vida de Vox, deslizándose sin ceremonias y exigiendo atención, incluso derribando la puerta de su oficina en su búsqueda.
Era curiosamente cautivador.
¿Alastor pensaría lo mismo...?
Porque lo que Vox no había anticipado era ver al mismísimo Demonio de la Radio disfrutando de la compañía de Angel, hablando con familiaridad y riéndose auténticamente por el aparente tormento que sus palabras causaban en la coqueta araña. Vox había sentido una extraña mezcla de admiración y sorpresa durante toda esa velada. Era la primera vez, aparte de Rosie, que alguien trataba a Alastor en igualdad de condiciones y disfrutaba de su compañía sin miedo a ser asesinado por decir la palabra equivocada.
Sin embargo, a pesar de esos momentos de reflexión, Vox rara vez sentía que tenía tiempo para analizar sus asuntos personales. Y como prueba de ello, cuando abandonaron la cabaña y se dirigieron hacia el automóvil de Blitzø, Vox asumió que Alastor y él tomarían caminos separados y que lo que había sucedido en los últimos días quedaría como una anomalía.
Lo que no había esperado era que después de la llamada de Moxxie y la explicación de Blitzø, Alastor se movilizara sin solicitudes ni sugerencias para usar sus poderes y aparecer dentro del departamento de Angel. Pero era algo grave por la forma en que habían encontrado a Moxxie. La única adicción que entendía era al trabajo o las veces en que Angel le pedía tomar el control por unos momentos. Solo podía esperar que pudiera aplicar algo similar.
Sin embargo, cuando finalmente pudo entrar a la habitación de Angel, se dio cuenta de que ya no estaba lidiando con un simple pecador sino un poderoso Overlord. Y lo que no había anticipado fue que Alastor lo siguiera al interior del dormitorio y susurrase francamente asombrado algo en ese francés criollo que rara vez dejaba deslizar por su lengua.
Frente a ellos la araña gigante gruñó, ocupando un rincón de la habitación, y Vox entendió que algo no estaba bien con él. Porque la presencia de un predador gigante no debería ocasionarle una reacción de profundo asombro y la carencia de verdadero miedo. Definitivamente había algo mal en él. Era difícil de explicar, pero en ese momento, frente a la posibilidad de morir, Vox se sintió extrañamente afortunado de presenciar una imagen tan colosal.
No había duda de que Angel se veía como una criatura monstruosa en ese instante. Desde la cintura hacia abajo, su cuerpo se había transformado en el de una araña. Lo que antes eran sus brazos inferiores, ahora eran patas largas levantadas en amenaza, y otras cuatro más sostenían el cuerpo de una tarántula peluda, con una marca rosa en forma de corazón en su parte trasera. El resto de su cuerpo se había vuelto más voluptuoso, el pelaje que cubría su pecho, y rostro estaba elevado. De su boca sobresalían grandes colmillos, y ocho ojos se agrandaron al fijarse en ellos desde el otro lado de la habitación.
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Virtue and Vice
FanfictionCuando Lucifer otorgó la posibilidad de pactos entre demonios y pecadores, obligó a los Overlords a servir como ejemplo. Desde entonces las mareas de cambio se extendieron. Y de repente, la hostilidad de la ciudad comenzó a disminuir. Pero la redenc...