𝗕𝗔𝗕𝗬 - 𝘚𝘵𝘪𝘭𝘦𝘴 𝘚𝘵𝘪𝘭𝘪𝘯𝘴𝘬𝘪

04

Scott, Derek y Stiles estaban en la clínica veterinaria. Habían venido a Deaton en busca de ayuda y él había encontrado una manera de encontrar a Erica y Boyd. Después de casi ahogar a Issac en agua helada y descubrir que estaban siendo mantenidos en una bóveda en el primer banco de Beacon Hills, Stiles se sentía cansado. Fue emocionante, pero mentalmente agotador. Pero todavía tenía una pregunta más que hacer.

"Deaton", comenzó Stiles. El Dr. dio un zumbido en respuesta. "¿Conoces algún tipo de criatura sobrenatural con ojos plateados?" Preguntó, probando la reacción de Deaton.

El Dr. Deaton, que estaba limpiando el agua que se había derramado en el suelo, se detuvo. "Ojos plateados", repitió, con el lenguaje corporal tenso. "¿Tienes algo más específico?"

"Bueno, no", admitió Stiles torpemente. Ahora se sentía estúpido. Pero todavía no lo reveló todo. "Hay un tipo nuevo en la escuela con ojos plateados brillantes y creo que tal vez algo".

Deaton volvió a limpiar el agua. "No creo que sea una molestia. Deberías dejarlo ser por ahora".

"Eso es lo que dijo Scott", se quejó Stiles. "Pero este chico es importante de alguna manera. Puedo sentirlo". Era cierto. Cada vez que Stiles pensaba en el niño de pelo rojizo con los ojos plateados, se sentía raro. Simplemente no podía sacarse esos dos ojos de la cabeza. Ahora que pensó en el niño, se dio cuenta de que el pelo del niño era el tono exacto de Sam como el de Lydia. Era el mismo pelo de jengibre y fresa que le había llegado a encantar.

"Bueno, Scott y tú tenéis cosas más grandes de las que preocuparos que ese niño. Mientras no haya hecho nada, entonces no es un problema. Hay un montón de especies sobrenaturales en las colinas de los faros que viven en paz. Solo los molestan si te molestan a ti". Deaton recogió la fregona y el cubo del suelo y los volvió a colocar en la esquina. Él saludó a Stiles. "Corre a lo largo de Stiles. Tienes otras cosas de las que preocuparte".

Stiles le eche un vistazo más al veterinario antes de salir de la habitación, siguiendo a Scott hasta su camión. Deaton tenía razón. Primero tuvo que ayudar a Scott a salvar a Erica y Boyd.

Baby estaba aburrido. Estaba en casa y acostado en su cama. Su casa era un edificio antiguo, de alrededor del siglo XVIII, situado a las afueras de la ciudad. Era un hermoso edificio de madera vieja y piedra blanca. Tenía dos dormitorios, dos baños, una cocina, una sala de estar y un gran jardín trasero. A Baby le encantó. Los edificios antiguos tenían un cierto encanto. Le recordó a Baby su infancia.

Como estaba planeando estar aquí un tiempo, Baby había decorado el lugar. Había dejado las vigas visibles en las paredes y el techo, de pie contra el yeso pintado como una caja torácica. Las fotos decoraban las paredes de color azul oscuro de su habitación. Docenas de ellos cubriendo las paredes, intercalados con la imagen ocasional dibujada a mano. Cada imagen contenía a diferentes personas, algunas incluyendo a Baby, otras sin él. Eran recuerdos de diferentes épocas.

Los muebles habituales ocupaban el espacio del suelo. Un armario de roble, una cómoda a juego, un escritorio negro en el que se sentaba un ordenador portátil, combinado con una cómoda silla giratoria; en total, parecía una habitación normal para adolescentes. Eso fue, aparte de las viejas fotos y la caja llena de armas debajo de la cama doble.

Un zumbido rompió el silencio. Volve la cuenta, Baby respondió a la llamada y se llevó el teléfono a la oreja. "¿Hola?"

La voz de Danny se filró. "Oye, cariño, ¿has oído?"

"¿Oye qué?"

"Esa chica a cuya fiesta fuimos, Heather. Ella ha desaparecido".

"¿Entonces?" El bebé puso los ojos en blanco. Llámalo insensible, pero la gente se pierde todo el tiempo. No es como si tuviera nada que hacer al respecto.

"Al parecer, el último en verla fue Stiles Stilinsky Y él y Scott siempre están mezclados en algún problema sobrenatural". Sí, Danny sabía de los sobrenaturales de Beacon Hills. No era tonto. Lo había descubierto. También sabía lo de Baby y no guardaba rencor. Baby deseaba que más gente fuera como él.

"Interesante", tarareaba el bebé, en realidad no estaba interesado.

"No te mezcles con ellos, cariño", advirtió Danny. "Las cosas extrañas, más allá de lo sobrenatural, siempre les pasan a las personas conectadas a esos dos".

"Estaré bien", Baby saludó las preocupaciones de Danny. "Me mantendré alejado de ellos. No te preocupes". Colgó.

Baby pensó por un momento. Luego su estómago se queró y suspiró. De pie, arrancó su sudadera con capucha roja de la parte posterior de su silla de escritorio y se adeó hacia la puerta. Iba a cazar.