𝗕𝗔𝗕𝗬 - 𝘚𝘵𝘪𝘭𝘦𝘴 𝘚𝘵𝘪𝘭𝘪𝘯𝘴𝘬𝘪

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"Va a dormir un rato", anunció Deaton una vez que terminó de revisar a Baby. El hombre no mencionó el símbolo detrás de la oreja de Baby y nadie quiso mencionarlo. Deaton suspiró y se frotó los ojos con cansancio. "Solo necesitas mantenerlo caliente. Le he dado una infusión, pero tendrá mucha hambre cuando se despierte, así que ten a mano algunas bolsas de sangre tibia".

Stiles asintió y se acercó a la cabeza de Baby. El chico de cabello rojizo estaba acostado en una de las mesas de metal de Deaton. Todavía estaba frío al tacto, pero las infusiones de sangre debieron haber ayudado, ya que cuando Stiles buscó el pulso, sintió un ligero aleteo en la garganta de Baby. "Gracias", asintió. "Voy a llevarlo a mi casa. No quiero que se despierte solo y mi papá me quiere en la casa esta noche". Scott asintió mientras Stiles tomaba a Baby en sus brazos y lo levantaba de la mesa.

- ¿Quieres que vaya contigo? - preguntó.

Stiles negó con la cabeza. "No. Puedo hacerlo". La cabeza del bebé se apoyó en su hombro. La piel del vampiro estaba un poco más cálida ahora y su respiración se había acelerado.

"¿Por qué es tan liviano?", preguntó Scott mientras Stiles cambiaba de posición con facilidad.

Deaton estaba tirando las bolsas de sangre vacías. "Los vampiros tienen huesos huecos. Cuando te transformas en vampiro, literalmente te mata. Destruye las células y luego las reconstruye, a diferencia de un mordisco de hombre lobo que mejora las células. El cambio para los vampiros literalmente los destruye y luego los reconstruye. Sus huesos se vuelven huecos y reforzados, como tubos de metal. Los hace rápidos y ágiles, pero también fuertes. El cambio también causa una gran cantidad de pérdida de sangre, por lo que a menudo falla. Los vampiros tienen menos de la mitad de la sangre de un humano normal, lo que explica la necesidad de alimentarse. La sangre transporta hierro y oxígeno que no pueden obtener de la misma manera que nosotros. Los huesos huecos y la falta de circulación sanguínea significa que no pesan tanto".

"Huh", Scott tuvo que admitir que Allison tenía razón acerca de que lo de los vampiros era interesante.

—Dijiste que el cambio muchas veces termina en fracaso —afirmó Stiles—. ¿Con qué frecuencia?

Deaton se apoyó en la mesa en la que estaba acostado Baby. "Convertirse en vampiro implica que te drenen hasta que tu corazón se ralentiza hasta casi detenerse por completo. Luego, el vampiro reemplaza parte de la sangre con la suya propia. Requiere aproximadamente un litro. Como los vampiros tienen poca sangre para empezar, a menudo esto hace que se apaguen", señaló a Baby como ejemplo. "El proceso es peligroso tanto para el padre como para la nueva sangre. Si la sangre del vampiro se arraiga y el cuerpo no ofrece mucha resistencia, en tres días el mundo le da la bienvenida al nuevo vampiro".

—El bebé dijo que lo transformaron cuando tenía cinco años. Por lo que describiste, ¿es eso posible para un niño de cinco años? Scott parpadeó sorprendido ante la información que Stiles acababa de ofrecer. ¿El bebé se transformó cuando tenía cinco años? No parecía posible.

Deaton suspiró. "No suele ser así. El cambio es de cincuenta y cincuenta en un adulto. El cambio que le ocurre a un niño es tan raro como que exista un verdadero alfa". Hizo un gesto con la mano hacia Scott. "Ahora, por favor, vete. Estoy seguro de que todos necesitamos dormir". Scott y Stiles asintieron y se dirigieron a la puerta.

"Gracias Deaton", gritó Stiles mientras las puertas de la clínica se cerraban.

——

Baby se despertó con el calor y el familiar sonido de un latido en sus oídos. Había una mano en su cabeza, el pulgar frotando círculos en su pómulo y los dedos en su cabello. "Romeo. Babes. ¿Ya te estás despertando?" Baby gimió e inhaló. Tenía la garganta seca y los dientes afilados por el hambre. Sus ojos se abrieron y miró vagamente a Stiles. El otro chico lo acunaba contra su pecho. Al ver los ojos abiertos de Baby, sonrió. "Hola Babes". Baby parpadeó y le devolvió la sonrisa levemente. Todo se sentía letárgico y pesado.

Intentó sentarse, pero unas manos lo empujaban suavemente hacia abajo. Stiles se apartó de él y le entregó su termo con una pajita que sobresalía de él. Baby lo tomó y atrapó con avidez la pajita entre sus dientes. Una vez que el termo se vació, se sintió mejor. Sin embargo, todavía tenía sueño, su cuerpo todavía quería dormir para conservar el calor corporal. Al notar que el vaso estaba vacío, Stiles lo tomó y lo reemplazó por otro. Baby parpadeó y observó a su novio mientras bebía. Había algo extraño con Stiles. Su corazón latía a un ritmo lento y su rostro estaba relajado. El olor a humo había cambiado su aroma original. Era fuerte y le hizo pensar a Baby en madera quemada y productos químicos. ¿Químicos?

"Me atacaron", recuerda Baby. "¿Qué eran unos ninjas con máscaras?"

"Aparentemente se llaman oni", respondió Stiles. "Pero está bien. Se han ido". La mente del bebé estaba caótica, pero aún estaba pesada por el sueño. Algo estaba mal. Algo estaba mal definitivamente. Este no era Stiles.

"Stiles, ¿estás bien? Estás tranquilo".

Stiles le sonrió y volvió a acariciar su cabello con la mano. "Estoy bien. Solo estaba preocupado por ti". Sus ojos cuando miró a Baby eran oscuros e ilegibles. No había emociones en su aroma y Stiles siempre tenía algún tipo de emoción burbujeando con su aroma. Lo hacía legible y él mismo. Este cambio fue un poco aterrador.

Baby miró alrededor de la habitación. Estaban en el dormitorio de Stiles. Las paredes estaban cubiertas de hilo rojo y cuadros. Baby intentó sentarse de nuevo, pero Stiles lo empujó hacia abajo. "Deberías dormir", la voz de Stiles era una instrucción. Baby quería dormir. Dormir era bueno, pero no podía. Había algo mal con Stiles y le hacía rechinar los dientes. Por primera vez desde que había llegado a Beacon Hills, Baby tenía miedo. Se había asustado cuando le habían dado agua bendita, pero esto era diferente. El agua bendita le había dado miedo del dolor. Pero esto, esto era un terror que se acumulaba lentamente y que surgía de una creciente inquietud.

—No eres Stiles —dijo en voz baja y silenciosamente. Stiles se quedó paralizado y algo brilló en sus ojos: estrés, ansiedad, preocupación. Luego, sus ojos se quedaron en blanco otra vez. El rostro sonrió y se inclinó para besar la frente de Baby. Baby cerró los ojos por instinto hasta que el rostro se apartó.

—Por supuesto que soy Stiles. Todo ese asunto de apagarse el cuerpo realmente te dio sueño. —La mano tocó suavemente su cabeza. Un toque suave y reconfortante. Era difícil no escucharlo. El estómago lleno no ayudaba. Baby sintió que sus ojos se cerraban nuevamente mientras el pulgar alisaba las líneas de su pómulo.

—Pero ¿dónde está Stiles? —dijo arrastrando las palabras, soñoliento—. Quiero a Stiles. Era vagamente consciente de que la figura se detenía.

—Romeo, no te preocupes. Stiles está aquí —había un tono humorístico en su voz. No era una mentira, sino una broma. Baby no entendió y emitió un leve ruido. Una respiración entrecortada que sonó en lo alto de su garganta. Stiles lo hizo callar suavemente—. Todo esto es solo una pesadilla. Te encerraste en una situación estresante. Estoy seguro de que esto es solo una pesadilla aterradora. Debe haber sido mucho. Pero no te preocupes, Romeo. Ya puedes dormir.

—Stiles solo me llama Romeo cuando tiene miedo —murmuró Baby. Era cierto. Stiles solo lo había llamado Romeo cuando le asustaba que Barrow anduviera por la escuela. Eso no estaba bien. No estaba bien. Intentó abrir los ojos de nuevo, pero dos dedos los deslizaron suavemente hacia abajo.

—Calla, nena. —Se puso un dedo sobre los labios—. Duerme un poco. Estoy aquí. —Con esas palabras todavía resonando en su cabeza, Baby se sintió arrastrado hacia los brazos frescos del sueño. Su respiración se hizo más lenta y su cuerpo se relajó.

El chico que se inclinó sobre él, fuera Stiles o no, apartó suavemente el pelo de la frente de Baby y luego tomó el hilo del suelo. Recogió dos colores, azul y rojo. Fue Stiles quien movió el hilo rojo. Sin darse cuenta de lo que estaba haciendo mientras ataba el hilo a las tijeras. Cuando clavó las hojas en el colchón, tuvo cuidado de evitar al chico dormido. Fue la otra persona, el interruptor y los ojos oscuros e ilegibles, quien recogió el hilo azul. No Stiles. Fue él quien se volvió hacia el chico dormido con intención.