𝗕𝗔𝗕𝗬 - 𝘚𝘵𝘪𝘭𝘦𝘴 𝘚𝘵𝘪𝘭𝘪𝘯𝘴𝘬𝘪

27

Cali, por supuesto, atacó primero. Se lanzó contra Jennifer con sus garras. El Darach esquivó como si fuera un baile, tejiendo y agachando alrededor de los columpios de Cali. Cali se lanzó con el pie y Jennifer sonrió mientras retrocedió. Su sonrisa es una de andrenalina y disfrute, no de alguien que tenía miedo de ser asesinado. El impulso de la patada de Cali la envió a caer hacia adelante y Jennifer golpeó. Una especie de fuerza mágica explotó mientras ella le dio un golpe. Cali fue enviado dando vueltas por el aire para aterrizar fuertemente en el suelo. Ella estaba quieta.

Aidan gruñó y entró con sus garras. Jennifer lo derribó y cayó de rodillas. Al ver a su hermano abajo, Ethan se puso de pie y rugió. Baby observó cómo se quitó la chaqueta y la atropelló. Aidan se sentó y se arrancó la camisa. Ambos gemelos gruñendo a Jennifer mientras se enfrentaban a ella. Baby observó con los ojos bien abiertos mientras cerraban los brazos y su piel comenzaba a fusionarse. "Whoa", comentó, "así que ese es Voltron Wolf. Es un poco asqueroso". Lydia le acodó y se calló.

Sus cabezas habían estado para fusionarse cuando Jennifer pisoteó hacia adelante y los agarró a ambos por los hombros. Ella los separó, arrancándolos con fuerza el uno del otro antes de que la fusión pudiera completarse. Ethan y Aidan golpearon diferentes paredes y se deslizaron al suelo, ambos inconscientes. Lydia se disparó a los pies. Baby de pie y con un brazo delante de ella para protegerse. Pero antes de que Jennifer pudiera recurrir a ellos, Cali estaba de vuelta. Ella flipó con una patada y Jennifer se volvió hacia ella.

"Así es, Cali", habló con ira reprimida. "Mírame". Cali estaba jadeando, con los ojos puestos en ella. "Mira mi cara". Jennifer sonrió. "¿Sabes lo que se necesita para poder verse así? ¿Sa ser capaz de lucir normal?"

Cali negó con la cabeza. "No me importa".

La sonrisa de Jennifer se volvió aguda y desagradable. "Se necesita poder. Poder como este". Había una vibración en el aire. Un estruendo mientras Jennifer levantaba las manos. Todo el vidrio roto en el suelo comenzó a temblar. Los ojos de Baby se abrieron y él agarró a Lydia, obligándola a agacharse y cubrándola con su cuerpo mientras todos los fragmentos comenzaban a levantarse en el aire. A su alrededor, el aire se convirtió en un viento. Jennifer sonriendo mientras su cabello se movía y el vidrio colgaba a sus lados. Por encima de ellos, truenos y relámpagos crepitaron en el cielo.

"Yo", tartamudeó Cali. La vibración de la magia en el aire la hace vacilar. "¡Debería haberte quitado la cabeza!" El último de sus gritos fue eclipsado por el furioso chirrido de Jennifer. A la vez, todo el vidrio se dispara hacia adelante. Cali ni siquiera tuvo tiempo de jadear antes de quedarse atascada. El vidrio sobresalía de ella como miles de dagas mientras se hundiba al suelo. Baby escuchando a su corazón mientras se detenía. Lydia jadeando la cabeza temblando en sus brazos.

Jennifer se volvió hacia Lydia y Baby, con la cara retorcida con una sonrisa triunfal. Baby dejó ir a Lydia y se paró frente a ella, con los brazos a la defensiva mientras Jennifer se acercaba un paso más. Sonó un gruñido. Ethan y Aidan acecharon. Sus cuerpos se fusionaron completamente en una figura enorme y deforme. Se lanzaron contra Jennifer. Pero toda su nueva fuerza combinada no pudo compensar la velocidad de Jennifer. Ella se retorció alrededor de ellos y les agarró el cuello. El chasquido de la rotura hizo que Lydia lloriqueó mientras Ethan y Aidan caían al suelo, derramando sangre de sus bocas. Todavía estaban vivos, el bebé podía oír sus corazones, pero no se levantarían pronto.

Jennifer se volvió hacia ellos y se quito el pelo de la cara con calma. "¿Qué es lo que le gusta decir al entrenador?" Ella preguntó. "Cuanto más grandes son. ¿Los más duros se caen?" Ella sonrió y no fue una sonrisa agradable. "¿Quieres intentarlo, cariño?" Ella dibujó su nombre a medida que se acercaba. Baby y Lydia están dando un paso atrás constantemente en un esfuerzo por mantener cierta distancia entre ellos.

Jennifer se rió. "Cariño. Baby Spencer. Pero ese no es tu nombre real, ¿verdad?" Su tono era deliberadamente ligero, pero pesado por su ira e intención maliciosa. "Te conocí una vez. Cuando eras niño, antes de que Cali me arruinara. Debe haber sido hace casi doce años. Eras un chico tan precioso. Recién girada y tan vulnerable", sonrió a la memoria. El aliento de Baby se volvió tembloroso. "Tu padre se estaba reuniendo con Cali y te dejaron para mantenerte ocupado. Te di una piruleta. ¿Cuántos años tienes entonces? ¿Cinco o seis? Qué chico tan mono".

"Cállate", siseó Baby. La espalda de Lydia chocó contra una pared y se detuvo. No podían ir más lejos. Sus dedos se aferraron a la parte posterior de su sudadera con capucha y él podía sentirla temblar.

Jennifer lo ignoró, con una sonrisa en su cara. "¿Cómo te llamabas de nuevo? Todo el mundo te llamó cariño en ese entonces también. Pero recuerdo que tu nombre era largo. ¡Ah! ¡Sí! A tu padre le encantó tu nombre. Ahora lo recuerdo". Baby podía sentirse temblando.

"No". La palabra saltó sin ser a sus labios.

La sonrisa de Jennifer se convirtió en algo depredador. "Tu nombre era de origen italiano, ¿verdad? Recuerdo que eras junior. ¿Dónde le pusiste el nombre de tu padre? ¿O un abuelo? Estoy seguro de que los Argents lo sabrán. Tal vez debería preguntarles. Tengo uno a mano".

"¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate!" Baby gritó. Se lanzó, el pánico lo volvió loco. Jennifer esquivó los dos primeros de sus columpios. Pero en el tercero, tuvo suerte. Él pateó mientras se volteó hacia atrás sobre su cabeza, atrapándola en el costado de su cabeza antes de aterrizar. Ella jadeó por respirar mientras lo miraba fijamente. Un corte en la frente comienza a sangrar.

"Es una pena que no tenga más agua bendita, mocoso tenaz", juró mientras se frotaba la sangre de los ojos.

Baby gruñó y se lanzó de nuevo. Esta vez no tuvo tanta suerte. Ella le metió la mano en el pecho y la magia explosiva lo hizo volar de vuelta a las paredes de hormigón. El impacto que les saca el aliento de sus pulmones. Se deslizó al suelo, con la cabeza girando de la fuerza. A lo lejos, escuchó a Lydia gritar su nombre en alarma. "¡Baby!"

Jennifer se volvió hacia la chica pelirroja. "¿Qué quieres de mí? Lydia lloriqueó.

"Quiero que hagas lo que mejor haces, Lydia. Quiero que grites". Su cara cambió, volviéndose calva y con cicatrices. Baby parpadeó desde donde estaba acostado. Sus ojos tenían problemas para concentrarse cuando su cuerpo comenzó a curar su conmoción cerebral. A lo lejos, como a través de una pared, escuchó a Lydia gritar.