𝗕𝗔𝗕𝗬 - 𝘚𝘵𝘪𝘭𝘦𝘴 𝘚𝘵𝘪𝘭𝘪𝘯𝘴𝘬𝘪

62

La siguiente vez que Baby se despertó, estaba solo en el pasillo subterráneo. Miró a su alrededor mientras esperaba que su mirada se centrara. El agua seguía goteando, pero no podía oír a nadie respirar. Cuando su mirada dejó de nublarse, miró a su alrededor. Estaba realmente solo. Stiles, vacío, se había ido. Su cuello le escocía y se lo presionó con una mano temblorosa. La apartó todavía pegajosa por la sangre y gimió. La herida de la mordedura que había dejado Void se estaba curando, pero lentamente. Algunas partes estaban apretadas con costras, pero otras todavía estaban húmedas. Le dolía todo el cuerpo. Su estómago gruñía y el frío lo hacía temblar.

Baby se incorporó. Había estado recostado en el suelo contra la pared. Una sudadera con capucha familiar cubría su cuerpo acurrucado. Se aferró a ella desesperadamente, levantando la tela para olerla. Todavía olía levemente a stiles. No a vacío, sino al aroma que Stiles tenía naturalmente antes de que el nogitsune lo corrompiera. Se envolvió con la tela desgastada y se estremeció. A juzgar por la luz que entraba, era de día otra vez. No tenía idea de cuánto tiempo había estado prisionero allí. Más verbena y muérdago flotaban en el aire. Sus efectos lo mantenían aturdido y débil.

Pasaron varios minutos antes de que comenzara a moverse. Buscó su teléfono en sus bolsillos. La pantalla no mostraba señal y la batería estaba baja. No fue de ayuda. Su billetera todavía estaba allí, así como sus llaves, pero no le sirvieron de nada. Se maldijo a sí mismo por no vestirse con ropa más abrigada cuando había llevado a Malia a la casa de Scott ese día. Debería haber tenido sus bolsas de sangre diarias. Al pensarlo, su estómago rugió y se lo presionó con una mano. Tenía frío, se sentía como la mierda y tenía hambre. Se llevó las rodillas al pecho y apoyó la cabeza sobre ellas con un gemido, escondiendo la cara detrás de los brazos. Era sagrado y estaba solo y su ex novio estaba poseído por un espíritu de zorro malvado que estaba obsesionado con él. Quería llorar.

——

La siguiente vez que se despertó, unas manos lo sacudieron. "¡Bebé! ¡Bebé, por favor, despierta! ¡Bebé!". Gimió y parpadeó para abrir los ojos. El rostro de Lydia se enfocó en él. Levantó la cabeza y la miró con el ceño fruncido.

-Lydia, ¿qué haces aquí?

—El nogitsune me ha cogido —murmuró. Luego su voz se suavizó—. ¿Estás bien? ¿Estás herido? Te ves terrible.

—Gracias —Baby intentó sonreír, pero era débil—. Me hizo algo. ¿Veneno, tal vez? Pero hay verbena y muérdago en el aire. —Tosió y más sustancia negra salpicó su mano. Lydia palideció al verlo. Se sentó a su lado y dejó que se apoyara en ella.

"Eres como el hielo", suspiró mientras le ponía la sudadera con capucha sobre los hombros. "¿Qué te hizo? Estás sangrando". Baby siseó de dolor mientras intentaba ver la herida de la mordedura. Abrió mucho los ojos. "Oh, Dios mío, ¿te mordió?"

"Dijo que necesitaba mi sangre", murmuró.

"Esto es una locura. Tenemos que llevarte a Deaton".

—Las puertas están cerradas con cadenas —dijo Baby arrastrando las palabras—. Apenas puedo moverme, así que, a menos que sepas abrir cerraduras, estamos atascados. Lydia resopló. Cerró los ojos por un segundo, con la expresión arrugada por el dolor antes de volver a abrirlos. —¿Qué pasó? —preguntó Baby. —¿Cuánto tiempo he estado aquí?

"Casi veinticuatro horas", respondió. Continuó explicando cómo encontró a Stiles en el estacionamiento y cómo lo habían llevado de regreso a Scott. Aparentemente, habían logrado entrar en su mente y hacer algo que hizo que se formara otro Stiles. Lydia no había visto mucho más antes de que el nogitsune la secuestrara.

—Entonces, ¿hay dos montantes dando vueltas en este momento? —preguntó Baby—. ¿Crees que el otro es el montante real?

—No lo sé —dijo con voz temblorosa. Cerró los ojos de nuevo y su expresión se tornó tensa.