3: Reencuentro

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Cinco años después...

Ririka miro a su alrededor con duda: su hermana gemela la había impulsado a estar aquí: vestida así. En principio, si era cierto que con esta ropa: escote color rosa oscuro brillante, falda rosa pastel y tacones blancos, se sentía bastante bien y como solía decirle Kirari "hermosa" pero por otra parte, también se sentía un poco incómoda llamando tanto la atención, pues de por sí ya lo hacía en su día a día por su "alarmante belleza", y ahora aún más. Kirari disfrutaba de todo eso, pero ella no.

—Vamos bien— susurró irónica. Entonces escucho una voz detrás suya.

—¡Ririka!— se giró, sorprendiéndose al encontrarse con Yumeko, al parecer trabaja aquí como camarera.

—Que sorpresa— dijo, realmente estaba sorprendida. La pelinegra no le traía buenos recuerdos, pero era lo suficientemente madura para tener una conversación educada.

—Lo mismo digo, pensé que no te gustaban las fiestas.

—Han pasado muchos años, las cosas cambian— mentira: aún no le gustaban las fiestas, pero no sentía que tuviera que darle explicaciones.

—Si, eso me parece. ¿Que fue de tu vida?

—Mi hermana heredó la empresa, yo soy su asistente.

—Ooh ya veo, parecido a cuando estabas en la academia.

—¿Y tú?

—Hago trabajos a medio tiempo, estoy de camarera hoy: pero también estuve de dj, por ejemplo.

Ririka no pudo evitar reírse un poco.

—Que interesante, Jabami.

El teléfono de la pelinegra sonó entonces.

—Uh, lo siento, ¿Querías algo?

—No, no te preocupes.

—¡Bueno, le responderé a Saotome!

Saotome...¿Esas dos aún mantenían el contacto? Bueno, eso no tenía que importarle, pero la verdad si le había impactado escuchar su apellido.

Busco a Kirari por el local, no estaba. Probablemente estuviera con cualquier chica, como siempre.

Entonces sería mejor que se fuera pronto, ya había notado varias miradas sobre ella.

Al llegar a su coche, se quedó unos segundos quieta sentada en el asiento del conductor. Mierda, ¿Por qué le impacto tanto volver a escuchar su apellido?

Negó intentando refrescar su cabeza y aceleró. Iba deprisa, escuchando la canción "story of my life" que sonaba en la radio. Sinceramente le gustaba mucho esa canción.

Pronto se dio cuenta de que había tomado el camino incorrecto. Ahora, no sabía regresar.

Se bajó y miro a su alrededor. Entonces pudo ver en la carretera a un gato dormido, camino hacia él rápidamente, el gato se asustó y trato de huir.

—¡Espera! ...— tenía miedo de que pudiera pillarlo un coche. Lo siguió poco a poco, hasta que el gato al fin se paró y se quedó mirándola cautelosamente. Ella extendió su mano hacia él, el gato se acercó poco a poco y olio su mano, luego, se restregó por sus piernas. Ririka se rió.

—Oh, ¿Estás diciendo que se te perdió Castel? — Yumeko impresionada casi derrama el vaso con hielo— no me digas eso...

—¡Es lo que te estoy diciendo! N-no sé dónde se metió, maldita sea...— Yumeko podía sentir como su voz se quebraba, Mary adoraba a ese gato.

—Bien, mantén la calma... Estoy trabajando, pero en cuanto pueda voy a tu casa.

—...

Mary colgó.

—¿cuál será tu nombre?— el gato estaba abrazado al cuello de la chica peliblanca, entro al coche y saco una botella de agua: luego abrió el tapón y se la acercó al gato, quién se bebió casi la mitad de la botella.
—¿Estabas sediento, eh? — Ririka lo acarició— tal vez también tengas hambre...

El gato maulló.

—Vale, parece que si tienes hambre... Umh...— Ririka se dio cuenta que había un almacén cerca, se alegraba pues este lugar parecía estar muy abandonado— ven aquí — lo cargo, él gato parecía obediente, seguramente tendría dueño. Lo llevo en sus brazos hasta el almacén, compro un poco de comida para gato y pregunto a la chica que la atendía si conocía al dueño del gato, pero no parecía saber nada. Saliendo del almacén le ofreció la comida al gato, pero el minino solo la miro con un poco de desprecio y meneo su cola como si estuviera indignado.

Ririka se sorprendió, luego sonrió.

—¿Es que no te gusta esta comida? Tu dueño debe comprarte comida de calidad, jaja... Pero no pude conseguir mucho más en un almacén, así que, ¿Podrías por favor comer?

El gato se negaba.

—Uh, Ririka que tonta eres...claro que el gato no te va a entender.

Eso pareció llamar la atención del minimo, que se acercó y comió finalmente. Ririka sonrió muy feliz y emocionada mientras lo veía comer, se sentía genial por su pequeño logro.

Espero a que terminara de comer pacientemente, y luego lo dejo descansar un par de minutos más antes de caminar por el lugar. Intentaba preguntar a la poca gente que había en este lugar tan deshabitado si alguien conocía al dueño, pero nadie parecía saber nada.

—Oye gatito...¿Puedes ayudarme a descubrir donde esta tu dueño?

El gato terminó de lamerse la pata, miro a Ririka unos segundos como si estuviera pensando en si sería buena idea o no, y luego empezó a caminar. Ririka solo lo siguió.

Y llego hasta una casa pequeña pero con buena presentación, los cristales brillaban y la terraza afuera estaba limpia.

El gato se paró enfrente.

—¿Es esta tu casa?

Maulló, parecía decir un "si."

Parece que el dueño escucho ese maullido pues la puerta se abrió abruptamente. Ririka se paralizó.

Mary Saotome delante de ella, acariciando y besando al gato...

¿Ella era su dueña?

Ririka tosió, desconcertada. Intento dar un paso atrás, tarde, Mary levantó la mirada y la vio.

Mary también se impactó lo suficiente como para guardar silencio y quedarse quieta en su sitio un par de segundos. El gato volvió a maullar y fue ahí cuando salió de su bola de cristal, o bueno, cuando las dos lo hicieron.

—... Tú encontraste al gato.

Esto parecía simplemente, una broma de la vida.

—Si...— Ririka miro al minino, parecía estar super feliz, como si hubiera cumplido su misión.

—Bueno, gracias.

Mary se acercó a ella. Ririka la observó, no estaba muy diferente, solo un poquito más alta y con el pelo suelto, antes nunca olvidaba hacerse sus dos coletas.

Ninguna parecía saber que decir.

—Ya me voy — dijo Ririka, pero entonces Mary la tomo fuertemente del brazo. Sus ojos se encontraron, se quedaron mirándose por leves segundos.

—Lo siento...— Mary se apartó y se cruzó de brazos— me gustaría hablar contigo, ya que nos encontramos después de tantos años... Estaría bien ponernos al día.

Ririka asintió y tragó saliva.

—... Claro.

Mary se hizo a un lado para que Ririka entrara.

"Lo siento" (Meariri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora