"Lo siento" (Meariri)

7: "Te siguen"

Las cosas estaban mal, al menos para Saotome. 
—¿Por qué me está molestando tanto esto? Ririka ya no me dará otra oportunidad... No debí seguir a Sayaka en un principio, ¿Por qué lo hice? Estaba tan desubicada...

Su teléfono sonó, era Yumeko.

—¿Si?

—Lo siento por lo que hice.

—Verdad, fuiste tú— Mary suspiro — no, está bien, lo hiciste bien, yo estaba haciendo esto mal.

Pero lo que la rubia no sabía es que Yumeko no lo hacía por amabilidad o algo así, lo hacía porque sabía que si decía su plan la separaría de Ririka.
Pero, ¿Quien podía juzgarla?

Llevaba cinco años enamorada de su amiga rubia y está no le daba ni la hora, cada vez que Yumeko hablaba de romance, incluso si estaba bromeando, Mary le decía que "Eso es una idiotez y que se borre la idea de la cabeza".

Muy diferente a lo nerviosa que solía ponerse con Ririka en la academia. Yumeko pensaba que tal vez esas dos eran algo más que amigas antes y no quería para nada que ellas volvieran.

—No deberías estar pensando en vengarte de alguien que no ves hace cinco años, Saotome. Sé que eres muy orgullosa y todo pero creo que es suficiente.

—Lo sé, fue idiota de mi parte pero Sayaka me da miedo, quiero decir, creo que ella no piensa detenerse. Está muy cambiada... Esa chica está obsesionada con Kirari a otro nivel.

—La ama a su manera.

—No creo que sea una manera de amar.

—Entiendo, pero también fue culpa de Kirari, la uso como quería y luego la tiro. Creo que si la ex presidenta le diera lo que desea, Sayaka se calmaría.

—No lo sé, pero creo que es obvio que Kirari no va a darle nada, como mucho se burlara de ella. A Kirari solo le importa Ririka.

—Eso es cierto, pareciera ser su única debilidad.

Por cierto, en la mansión Momobami con las gemelas...

Kirari rastreaba la dirección de Sayaka, mientras Ririka...

—¡Bajate de ahí, pequeño demonio! — La Momobami se llevó una mano a la frente, ¿Que hacía este pitufo colgada en la lámpara de su habitación?

—¡Ay, perdón Ririka, te quería visitar!— Ririka abrió los brazos.

—Salta— le dijo, pero estaba preocupada de no poder soportar el repentino peso y caerse.

Runa salto hacia sus brazos.

—¡Wuju!

Y como Ririka predecio, las dos acabaron en el suelo.

—Ririka eres mala socorriendo gente.

—Runa, ¿Como dices eso cuando la que golpeó su cabeza contra el suelo soy yo?

—Jeje, es cierto, que brazos más cálidos tienes Momobami.

Ririka se levantó a regañadientes y se dejó caer sobre la cama, pues se había pegado un buen golpe en la espalda/cabeza.

—Runa no me puedes saludar así, un día te matas o me mato o se mata alguien...

—¡Jejeje, tranquila, no lo hago más!

—Ya, eso dijiste la antigua vez cuando apareciste con un mono, ¿Runa de donde sacaste un mono? Ahora dirás qué lo secuestraste del zoológico.

Runa comenzó a reírse.

—Un mago nunca revela sus trucos. Lo siento ya que te cause dolor, pero es que tardabas mucho en llegar. Te compensaré — le tendió un chupete, Ririka negó.