Eres Luz de Estrellas

Capítulo 6 | Noche de juego

Capítulo 6 | Noche de juego

ALEX

Después de una semana ajetreada y llena de cosas por hacer, agradezco que al fin sea viernes.

Cuando le comenté a Eve acerca de mi empleo como Embajador de Admisión de Estudiantes, se alegro mucho por mí y me pidió que dejara de acompañarla de regreso a la residencia para evitar retardarme en mis obligaciones.

A pesar de compartir tres clases, en las tres que elegimos diferentes, nuestros horarios no coinciden en absoluto y afectan nuestra hora de salida, a excepción de dos días en los que salimos al mismo tiempo, de las mismas clases.

Los días restantes, he tenido que preguntarle su hora de salida para estar cerca de la Facultad de Arte y poder acompañarla a The Commons.

Quise decirle que no tenía ningún problema en seguir haciéndolo, pero tampoco quería parecer desesperado, así que termine por aceptar su petición y ahora me limitare a ir por ella a su habitación y acompañarla de regreso solo en los días que coincidimos en horarios.

Salgo del aula y camino por los pasillos de la facultad hasta salir del edificio, luego me encamino hacia The Commons para ir hacia mi habitación y vestirme con el uniforme de embajador.

Desde las vacaciones de verano, aplique para este empleo dentro del campus, cuando me aceptaron, tuve que tomar ciertas capacitaciones para aprender acerca de las actividades que se realizan y cómo hacerlas de la manera más eficiente posible.

En realidad, no tengo que hacer la gran cosa, respondo preguntas de posibles alumnos por correo electrónico o llamada telefónica e incluso programó citas para realizar recorridos por el campus junto a personas interesadas en inscribirse en NSU.

Son pocas obligaciones con excelentes ventajas, entre ellas, la carga horaria de veinte horas semanales, lo que me facilita dedicarme a otras cosas durante el resto de la tarde.

Cuando entro a la habitación, no se escucha un solo ruido en ninguno de los dormitorios, no me aventuro a averiguar si hay alguien.

En esta ocasión elegí que la asignación de mi habitación fuera al azar, no quería volver a compartirla con Gibran, Marco y Paul.

Ellos dos, son los mejores amigos de Gibran, nuestra amistad se había dado solo por pura costumbre, no consideraba que fuera algo real, y después de lo que pasó, no quería pasar más tiempo del necesario con ellos.

Mi decisión de alejarme, me llevo a compartir habitación con tres estudiantes de intercambio, todos de diferentes países: uno es de Canadá, tranquilo y amante de la biología marina; otro de España, disciplinado estudiante de psicología; y el último de México, fiestero a morir y futuro abogado.

Los tres se mudaron al campus una semana antes de comenzar las clases, solo hemos tenido poco tiempo de convivencia y aún no se ha presentado la oportunidad de forjar una amistad sólida, pero me siento mucho más cómodo con ellos.

Me encamino hacia mi habitación y tomo del closet la percha con mi uniforme planchado a la perfección; consiste en un pantalón beige, polo azul rey con las iniciales de la universidad y una gorra del mismo color y bordado.

Lo dejo sobre la cama y comienzo a desabotonarme la camisa, también me quito el pantalón de mezclilla e intercambio ambas prendas por las del uniforme, por último, me pongo la gorra y me dispongo a salir de la habitación para ir al trabajo.

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Pasó gran parte de la tarde resolviendo dudas y dando recorridos por todo el campus que terminan dejándome agotado.