Capítulo 18 | Fachadas perfectas

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Capítulo 18 | Fachadas perfectas


EVE

Estoy demasiado cansada cuando llego a Nueva York. Salgo del aeropuerto con la pequeña maleta que traje y tomo un taxi hacia la casa de mis padres.

No tardo mucho tiempo en llegar a la urbanización privada en donde residen, le pago al taxista y salgo del vehículo. La casa está rodeada por seguridad, en cuanto me acerco a la puerta, los encargados de vigilarla durante las veinticuatro horas, saben que estoy aquí.

— Buenos días, señorita Downer —me saluda un empleado de seguridad que no conozco, en cuanto se abre el enorme portón.

— Buenos días —le respondo con una sonrisa—, eres nuevo, ¿no? No te había visto antes. Por cierto, buenos días, Dan —saludo al hombre que se queda dentro de la cabina de seguridad aunque solo voltea a verme de reojo.

Espero no equivocarme con el chico, suelo venir muy poco a casa pero intento tratar a todos por su nombre.

— Sí, hmm...llevo dos semanas —me responde volteando a ver a Dan—, me llamo Mason.

Sé porque me mira con cautela y no deja de voltear hacia Dan, él lleva trabajando en la casa desde hace mucho tiempo y sabe a la perfección lo mucho que mi madre detesta que algún integrante de la familia converse con las personas del servicio sobre algo más que no abarque sus obligaciones laborales.

Estoy segura que cuando contrataron a Mason, fue la primera regla que le mencionaron.

— Es un placer, Mason —le digo—, bueno, no quiero interrumpirlos más, nos vemos luego y te deseo suerte.

Camino hacia la entrada principal y abro la puerta, todo en el lugar esta impecable, como siempre. Estoy a punto de subir a mi habitación para cambiarme cuando escucho la risa de mi abuelo provenir de la sala.

No dudo en ir hacia esa dirección para saludarlo a pesar de que nos vemos todos los días.

Pero mi sonrisa tambalea cuando veo a Hayden y a mi madre con él.

Solo esta él, seguramente Matt se quedo en Florida o está en otro lugar de la casa, a mamá no le gusta ver la relación tan estrecha que tiene con mi abuelo.

— Hola —anuncio mi llegada haciendo que todos se giren hacia mí.

— Eve, que bueno que ya llegaste —me sonríe la única persona que se alegra de verme.

Camino hacia él y me agacho para abrazarlo y darle un beso en la mejilla.

— ¿Por qué no llegaste ayer con tu abuelo? —me cuestiona mi madre mirándome con reproche.

Me aguanto las ganas de resoplar, llevo un minuto en esta casa y ya empezó a ver quejas en mí.

— Relájate, Emma —interviene mi abuelo, dando palmadas en el lugar a su lado para que me siente—. Eve tenía que terminar algunas tareas antes de venir, por eso prefirió tomar un vuelo para hoy. Quizá no lo sabes pero se acercan sus exámenes parciales y tiene muchos proyectos por hacer, ¿verdad, hija?

— Sí —respondo de inmediato, dirigiéndoles la mirada—. He tenido una semana muy ajetreada.

Lo que digo es verdad, entre las tareas y los entrenamientos de voleibol, no he tenido mucho tiempo libre.

Aunque, es obvio que no les contare que en realidad no llegue a Nueva York desde ayer porque estuve en la cena de cumpleaños de uno de los amigos de mi novio falso.

Eres Luz de EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora