Capítulo 20 | Cosas de pareja

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Capítulo 20 | Cosas de pareja


ALEX

Las dos primeras semanas de octubre fueron como un parpadeo, durante los primeros siete días pase por demasiado estrés por dejar todo para el último momento, sé perfectamente que debo organizarme mejor, pero no puedo hacerlo, mi cerebro no se concentra hasta que tiene un tiempo límite demasiado corto para concluir lo que tengo que hacer.

Eve noto que algo iba mal conmigo y me prestó sus notas para estudiar los temas que vendrían en el examen e incluso, estudio conmigo todas las tardes después de sus entrenamientos.

Cuando el viernes llegó y pude librarme de los exámenes y proyectos, sentí que me quitaban un peso de encima. Aún falta que me digan mis calificaciones y no sé con seguridad si aprobé todas las asignaturas, pero, al fin y al cabo, es una responsabilidad menos.

En cuanto a la relación falsa...estaba yendo demasiado bien, decidimos que las muestras de afecto aumentaran gradualmente para evitar algún tipo de sospecha: empezamos a pasar aún más tiempo uno al lado del otro, trataba de ir a casi todos sus entrenamientos y no he faltado a ningún partido, seguíamos teniendo nuestro plan de viernes de películas e incluso dábamos paseos por la playa porque sabíamos que Gibran se pasaba la mayor parte de la tarde allí.

También nos tomábamos de la mano cada que caminábamos juntos, pero la mayor parte del tiempo prefería pasar mi brazo por sus hombros.

El problema eran los besos.

Solo consistían en muestras fugaces que duraban algunos pocos segundos, completamente diferentes a los besos que ya hemos compartido, nada que significara la gran cosa. Pero, todo lo que estaba pasando entre nosotros comenzaba a confundir a mi mente. No importaba cuanto me esforzara en repetirme una y otra vez que lo nuestro no era real.

Y me asustaba no poder detener mis pensamientos.

Eve solo estaba ayudándome, habíamos hecho todo esto gracias a mi estupidez, cada muestra de afecto era falsa, planeada solo para mantener en pie una actuación.

Ella era mi mejor amiga, había estado para mí en los buenos y malos momentos, me apoyaba en todo, me escuchaba y aconsejaba cuando era necesario. Debería ser como una hermana para mí.

Y yo solo era un idiota que intentaba arruinar nuestra amistad.

Porque Eve solo me veía como un amigo.

Era obvio, me veía igual que como observaba a cualquier otra persona, con esa sonrisa que te brinda calidez y confianza para acercarte a ella porque sabes que te va a responder con amabilidad. No importa cuánto deseara que me mirara de otra manera, no era así.

Quería ser más que su mejor amigo.

Mis sentimientos por ella habían comenzado a cambiar desde hace meses, cuando la besé por primera vez. Al principio comenzó como una simple atracción física, algo pasajero que dejaría de sentir tarde o temprano.

Pero ahora estaba jodido.

Me gustaba, muchísimo.

Tanto que en este momento, estoy caminando hacia el Centro Deportivo, con un recipiente en mi mochila en el que llevo cupcakes que hice especialmente para ella.

Han pasado algunas semanas desde que le regale las galletas y a ella en verdad le gustaron, pensé en volver a hacerle otras de un sabor distinto, pero, termine cambiando de idea en el último momento.

En esta ocasión, me siento mucho más nervioso porque planeo contarle que yo he hecho los cupcakes, en lugar de ocultárselo como con las galletas. En esa ocasión le mentí, diciéndole que las había comprado antes de llegar a la escuela y por ese motivo llegue tarde a clase.

Eres Luz de EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora