Capítulo 8 | Tequila y vodka

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Capítulo 8 | Tequila y vodka 


EVE

— Mi amigo es un poco tímido —suelta Gibran con una carcajada.

Me giro hacia Alex y noto de inmediato el cambio en su mirada, se siente completamente ridiculizado.

No lo pienso y me alejo de Gibran junto a Alex.

Es definitivo, no vuelvo a asistir a ninguna de sus fiestas.

Estoy tentada en aprovecharme de su borrachera para cortar cada uno de sus mechones castaños hasta dejarlo calvo, incluso pienso en quitarle las cejas.

O tal vez sería mejor idea pedirle a Kat que me ayude a teñirle el cabello de verde limón.

Le encantaría la idea.

— Cada que creo que Gibran no podría ser más ridículo, siempre termina sorprendiéndome —Kat me entrega de vuelta mi vaso cuando llegamos a su lado.

— Gracias.

— Y bien... ¿quieres hacer algo divertido? ¿ir por Gibran y quitarle las cejas?

Suelto una risa por su comentario y la conexión con mis pensamientos.

— Sería increíble —respondo con una leve sonrisa—, por cierto, ¿dónde está Danya?

— Se fue a jugar beer pong.

— Vuelvo en un momento —me susurra Alex en el oído, asiento y suelta mi mano para perderse entre el gentío.

— Bueno —Kat alarga la última sílaba y bebe el contenido restante de su vaso para poder dejarlo a un lado—, ¿a qué se debió que presentaras a Alex como tu mejor amigo? Lo es pero, también es tu novio.

Sabía que no tardaría en querer respuestas. Tomo un sorbo de mi vaso antes de responderle, a pesar de que no suelo beber mucho, pero necesito una excusa antes de enfrentar a Kat.

— Aún no he hablado con mi abuelo sobre eso.

— ¿Y por qué no? Ben es genial.

— Lo sé, pero...prefiero tomarlo con calma antes de que nos apresuremos a decirles a nuestras familias —miento.

— En eso tienes razón, las presentaciones a veces suelen salir mal —hace una mueca como si estuviera recordando algo—. Cambiando de tema, como Danya se está divirtiendo con sus otros amigos y Alex quien sabe donde esta, propongo que vayamos a divertirnos tú y yo.

Entrelaza su mano con la mía sin esperar respuesta y camina mientras baila de un lado a otro, apenas me da tiempo de dejar mi vaso sobre la mesa, antes de que me lleve hacia la multitud que baila en el jardín.

Nos adaptamos al ambiente con facilidad, a pesar de estar con personas que no conocemos. Pronto, un grupo de chicas se une a nosotras, nos dicen sus nombres pero por el fuerte sonido de la música no alcanzo a escuchar ninguno.

Siempre he tenido la capacidad de socializar rápidamente —a pesar de las constantes quejas de mis padres sobre mi ineptitud para quedarme callada un solo momento—, es algo que no puedo evitar, detesto la incomodidad que se genera en los largos silencios cuando conoces a alguien y no sabes bien qué decir.

Así que trato de evitarlos, al menos en su mayoría.

Una de ellas saca de su bolsa una botella de vodka, completamente cerrada, le quita el sello con una amplia sonrisa y bebe un buen sorbo desde el envase.

Eres Luz de EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora