Si el Mundo se Acaba Mañana - [YoonKook]

006: Lluvia de hamburguesas

Yoongi

La verdad, no me arrepiento de nada.

Ni supe porque lo hice. Me había arrastrado a Jungkook después de golpear a su amigo y lanzarles mi soda a esos imbeciles.

Malditos me deben un Sprite.

Fue por instituto, lo juro. Pero esos idiotas no debían meter al hermano de Jungkook en esa conversación, si estuviera en su lugar con gusto los agarro a golpes.

Había tomado de su muñeca y lo arrastré por las calles y callejones de Incheon sin rumbo alguno.

Y mientras corríamos me percaté del parque al que iba de niño. Al llegar, solté su muñeca para que pudiera respirar.

—Me debes una soda y un tiempo para dormir. —dije con la mano en el pecho.

Fue lo único que logré decirle para después volver a reír. Juro que hace mucho no reía de esta manera, solo sonreía y sentía felicidad estando con mis padres antes de lo sucedido. Pero esta vez era diferente, esta vez me sentía como un adolescente viviendo al extremo, y sin miedo a nada.

—¿Qué es eso de novio? —cuestioné disgustado.

—¿Novio?

—¿Hablaste de mi a ese idiota?

—Por su puesto que no.

—¿Y por que anda diciendo que somos novios?

—Solo está tonto, ya te dije. —noté como tenía ganas de reírse.

—Que no lo vuelva a hacer. —lo amenacé apuntándolo. No me causaba gracia alguna.

No pudo evitar soltar una carcajada. Me quedé observando cómo trataba de tomar aire.

Sonreí.

No había pensando en lo mucho que me hacía falta, por lo menos reírme de la misma manera.

—¿Por eso lo golpeaste?. —cuestionó.

—Mencionó a tu hermano donde no debía. —me callé por unos segundos. —Aunque no se ve que sea amable, fue muy descarado de su parte. Y si también por eso.

Fui sincero con él. Me molesto en cierta forma como insultaba a Jungkook, no era mucho de andar en peleas, y es imposible para mi no mantener la calma cuando me enojo.

Nos mantuvimos en un silencio, que para mi, no fue incómodo pero tampoco incómodo. Quería mantener un buen ambiente para los dos.

—Gracias.

Fue lo único que dijo, quise cambiar el tema. Pero se me adelantó.

—Es tarde, ¿qué horas serán?

Saqué de mis bolsillos mi celular. —Casi las ocho.

—¿Quieres una hamburguesa?

—¿Tienes dinero?

—Nop.