020: Las decisiones correctas duelen

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Nunca sabrás cuando será la última vez que verás a esa persona.


Yoongi

No estaba al cien como para hacer el juicio. Después de ese día, hablé con Jimin y con el señor Park, no fue de más de una hora la llamada con la que tuve con ellos, incitándome a que tenía que hacerlo, pero no hoy, ni mañana, no estaba bien como para querer hacerlo. Después de tanto lo aplazaron hasta que vuelva a decidir, pero a este paso no había nada mas que las llamadas y mensajes de mis tíos jodiendome más el día.

No tenía fuerzas como para levantarme de la cama, y a pesar de que Jungkook trataba de ayudarme, no lo conseguía. No me gustaba que él también pasando por lo mismo, es quien quiere que ambos no caigamos. Lo único que hacía para animarme era ver una película en la sala, a veces lo ayudaba a cocinar.

La señora Choi estuvo muy al pendiente de nosotros, como sabe, me vio en ese momento en el que vi las noticias.

Hablando de las noticias, el Sewol era lo que más resonaba por la televisión.

—...y finalmente en la corte se declaró al capitán, culpable por negligencia al abandonar a los pasajeros a bordo del barco y es sentenciado a 36 años de cárcel. El juez se abstuvo de declarar a Lee Joonseok como culpable de asesinato, con lo que solo se salvó de la pena máxima. Los fiscales habían pedido de muerte en caso de que fuera condenado por asesinato, situación que era apoyada por buena parte de los familiares de las víctimas...

—Ya quita eso. —expresé ante Jungkook, quien seguía sin saber que ver en la pantalla.

Yo me quedé en silencio, acostado en el sillón mientras sentía como me consumía a mi mismo, las voces constantes en mi cabeza que ni siquiera lograba captar que era lo que me decían. Tenía mi cabeza puesta en las piernas de Jungkook, sentí como comenzaba a hacerme caricias en mi cabello, eso comenzaba a tranquilizarme, pero seguía estando terrible.

No se como acabé en la oficina de mamá, la última vez que entré fue hace poco más de dos meses y buscaba información sobre la empresa.

Cuando me adentré, fui en busca de más papeles, revisé en los cajones del escritorio y en los estantes que había a los costados. Noté que habían cajas con más documentos que rondaban por la pequeña habitación, hasta que di con unos que llamaron por completo mi atención. No parecían papeles importantes, no estaban en carpetas de oficina ni en sobres. Eran un poco más coloridos y con ciertos adornos. Eran cartas y fotografías viejas.

Me senté en el suelo con la caja enfrente y me detuve a observar con mas detenimiento aquellas cartas. Llevé una de mis manos un pequeño cuaderno de color azul, parecía ser un diario y en él también había fotografías que me resultaban conocidas.

Gwangju, 10 de marzo 1987
Shin Damin.

Encontré un motivo para ir a la escuela, si es por el profesor de química que todas mis amigas aman, ni de chiste me acerco a él, dicen que es un pedofilo. Ilusas. Resulta que, de camino a casa en el autobús me topé al chico nuevo del taller de artes, nadie de mis amigas comprendía el porqué llamaba tanto mi atención, apenas e ingresó a mi escuela el día de ayer, y ya quería entrar al mismo club que yo. ¿No es emocionante?. Digo, a veces siento que por obra del destino que quiere que estemos juntos. Todavía no se su nombre. No va a mi clase. No fui el día que lo presentaron, que horror.

Si el Mundo se Acaba Mañana - [YoonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora