[Historia inspirada en "El Lazarillo de Tormes" y basada en el mito del caballo de Troya]
Pues sepa usted, Anquises, antes de nada, que me llamo Alexander, hijo de Darius y Aria, de aquí, de Troya. Mi nacimiento fue dentro de un molino, donde vivimos por un largo tiempo. Mi padre estaba a cargo de entregar los pedidos de comida que realizaban los habitantes de la ciudad, y de camino robaba parte de esa comida para poder alimentarnos los tres. Pero lo descubrieron por las quejas de los troyanos por la falta de alimentos que no llegaban a ellos, haciendo que lo encarcelaran. Así pues, me mudé con mi madre a una pequeña casa, en la que todavía vivimos.
Mi madre estaba ganando dinero vendiendo sus deliciosas comidas como de costumbre, mientras yo paseaba por la ciudad. Me alejé demasiado, tanto que llegué a las puertas de la muralla y escuché que tocaban la puerta, como si alguien quisiera pasar. Unos soldados me ordenaron apartarme de ahí para poder abrir la puerta. No veía nada de lo que había fuera. Un tiempo después entraron los soldados con un gigantesco caballo de madera, al que observé con la boca abierta. Un montón de gente comenzó a acercarse al caballo, asombrados, al igual que yo. Todos estaban haciéndose preguntas sobre la aparición del caballo, hasta que uno de los soldados decidió dar explicaciones:-Ciudadanos de Troya, ¡este gran caballo de madera es un regalo de los mismísimos dioses!
La gente gritaba ilusionada. Los soldados comenzaron a meterlo dentro de las murallas y al acabar cerraron el portón. Fui corriendo a casa, a contarle a mi querida madre todo lo que había ocurrido
-¡Madre! ¡Adivine qué apareció en las puertas de la muralla!
-¡Debe ser algo impresionante por tu ilusión!
-Los dioses nos han hecho un regalo, ¡es un caballo gigante de madera!
-Qué sorpresa, hijo. ¿Qué te parece si esta tarde vamos a verlo?
-¡Genial, madre!Y así, pasando el día hasta la tarde, fuimos a visitar al caballo, que lo habían estacionado cerca de las murallas. Estuvimos unos minutos observándolo hasta que volvimos a casa a cenar y descansar. Aquella noche no podía dormir, así que, decidí salir de casa para ir a observar de nuevo al gran caballo. Era muy tarde por lo que no se encontraría nadie por las calles. Cuando llegué a las murallas vi como salían del caballo unos cuantos soldados, cuyo origen no conocía. Al no entender qué estaba ocurriendo decidí volver a casa y avisar a mi madre, pero un fuerte ruido ni siquiera me dejó avisarla.
Me asomé a la ventana y vi como pequeños focos de luz comenzaban a acercarse cada vez más y, junto a esto, un olor a quemado inundaba mis fosas nasales. Me asusté y fui con mi madre que se encontraba durmiendo sin haberse enterado. La desperté para huir y escuchamos esta frase "¡Que arda Troya!". Ambos empezamos a ver cómo se quemaba nuestra pequeña casa por la parte de la cocina. No podremos disfrutar más de las comidas deliciosas de mamá, pensé.
Salimos por la puerta y corrimos fuera de la muralla, pero un grupo de soldados griegos, que al parecer eran los encargados del fuego y del gran caballo, nos empezó a perseguir para matarnos. Estos nos alcanzaron. Mi madre al ver que no llegaríamos muy lejos me soltó de la mano y me dijo que huyera. No quería dejarla sola, pero sabía que ella era fuerte y no le pasaría nada, tardé en reaccionar y salí corriendo. Poco tiempo después escuché un grito. Me di la vuelta y me encontré con una horrible imagen, los soldados habían matado a mi madre.
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𝔩𝔦𝔱𝔱𝔩𝔢 𝔰𝔱𝔬𝔯𝔦𝔢𝔰
Randomᴘᴇǫᴜᴇñᴀs ʜɪsᴛᴏʀɪᴀs sᴏʙʀᴇ ɪᴅᴇᴀs ǫᴜᴇ sᴜʀɢᴇɴ ᴇɴ ᴍɪ ᴄᴀʙᴇᴢᴀ ᴇᴍᴘᴇᴢᴀᴅᴀ: 14/11/21 ғɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴀ: ??/??/??