demasiado jóvenes para saberlo todo, para conocer el mundo, aunque ellos creían todo lo contrario.
se amaron, claro que lo hicieron, a veces en tiempos descoordinados, otras en sincronía.
a pesar de las peleas, mal entendidos, conflictos, siempre...
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cuando me avisaron por parte de la productora que las canciones para mi álbum debut habían sido aprobadas fue como una luz entre tanta tristeza que estaba sintiendo, a pesar de que me hayan intentado bajar de todas las formas era imposible, yo tenía una meta en mi cabeza y pensaba cumplirla sin importar lo que los demás me dijeran.
en el momento que terminé de grabar la última canción del track list no pude evitar llorar y agradecerles a todos los que habían hecho posible que pudiera cumplir mi gran sueño.
ese día volví al departamento de matias con un montón de sentimientos encontrados, después de muchísimo esfuerzo las cosas en mi vida se estaban dando y acomodandose.
al abrir la puerta me lo encontré sentado en la mesa ya almorzando, su mirada rápidamente se dirigió hacia mi con un semblante intrigante.
— ¿y? ¿cómo te fue hoy? — preguntó mientras se levantaba para tomar el plato que había preparado para mi y lo dejaba en la mesa
— adivina quién va a estrenar su álbum debut en exactamente un mes — dije con una gran sonrisa en mi rostro
los ojos de matias se agrandaron en sorpresa, él sabía que estabamos armando todo todavia pero jamás pensó que iba a ser tan rápido, yo menos.
— no me estas jodiendo ¿no? — cuestionó ya él también con una sonrisa en el rostro, al verme negar se acercó rápidamente para abrazarme y de la emoción levantarme un poco del suelo — vas a llegar muy lejos ya te veo llenando estadios todo
— primero hay que ver si lleno un cuartito chiquito pero bueno — dije separandome del abrazo aunque no alejandome de él
la distancia que manteniamos era escasa y sus manos aún estaban en mi cintura al igual que los mios en sus brazos. me gustaba que estemos de esta forma.
— estas sonando en todos lados nena, mira si no vas a llenar un cuartito
inevitablemente mientras hablaba mi mirada se posó en su boca generando que la mia se secara al instante, comprendi en ese momento que tenía unas ganas de besarlo impresionantes. sabía que él había notado mi actuar pero igualmente se quedó callado, todavía en su lugar permitiendo que la tensión aumentara.
cuando desvíe mi mirada otra vez hacia sus ojos y conectamos senti como si mi corazón diera un salto, estaba perdiendome completamente ante él.
mi cabeza estaba hecha un lío, no podia escuchar mis propios pensamientos, tan solo estaba conteniendo el gran impulso que sentía, que no tenía idea de donde provenía o por qué había surgido.
no podía besarlo, sería arruinar una de las pocas amistades genuinas que tenía y nunca me perdonaría por eso. tuve que aguantar las cosas, esconder aquello que en realidad ya era muy evidente.
me aparté de él sintiendo un vacio por varios segundos y me senté en la mesa, a su lado, para poder comenzar a comer. matias tardó un tiempo para volver a sentarse en su lugar, probablemente también pensando sobre la situación que acabábamos de protagonizar.
