CUATRO

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No recordaba nada, seguía preguntándose por qué estaba ahí, hasta que escuchó tres golpes seguidos en la puerta.

-- ¿Está despierto, señor Kim? -- Se escuchó del otro lado

-- S-Si, lo estoy

-- Voy a entrar, ¿Está bien?

Acto seguido la persona que seguramente lo había traído a este lugar entró a la habitación con una bandeja. Seungmin pudo visualizar un café con espuma, unas medicinas y su sándwich favorito, solo una persona sabía cuál era su sándwich favorito.

Lo miró a los ojos y pudo reconocerlo casi de inmediato, era su asistente, Chris. Entonces intentó sentarse pero se sentía muy mal y no lo logró, cosa que el Alfa logró ver y dejó la bandeja sobre la mesita de luz, se acercó al pequeño castaño y lo ayudó a sentarse.

-- Escuche, jefe... -- Habló el rubio

-- No estamos en el trabajo, llámame Seungmin, o Seung, como quieras -- Lo interrumpió el menor.

-- Seungmin, te traje a mi casa porque anoche me di cuenta de que había dejado mi teléfono en la oficina, entonces fui y la puerta principal del edificio estaba abierta, entré y fui a la oficina, vi algo en tu escritorio y eras tú. Intenté despertarte pero no despertabas y estabas enfermo, entonces te traje aquí

-- Oh, gracias, eso fue un acto muy amable.

El mayor solo sonrió y se sentó junto al omega, le tomó la temperatura y efectivamente aún tenía algo de fiebre, aunque había disminuido. Agarró el sándwich y se lo dio a Seungmin, quién con gusto lo tomó con ambas manos y comenzó a comer.

El castañito le agradeció al rubio y éste último asintió con una sonrisa, parecía que iba a decir algo pero alguien tocó la puerta, era Felix.

-- ¡Entra, Lixie! -- Habló el mayor.

La puerta se abrió lentamente y un chico muy tierno con unas lindas pecas asomó un poco la cabeza. Ambos se giraron para ver al pequeño Felix entrar con unos dulces, se los entregó a Seungmin y le dijo que era para que se sienta mejor, él le agradeció y el de pelo azul se fue luego de que estuvieron un rato charlando los cuatro y Chris le daba al castañito una charla sobre cerrar bien la puerta principal de la editorial y no dormirse en la oficina mucho menos estando enfermo, ya que era muy peligroso. También le explicó sobre las medicinas y cuando tenía que tomarlas, cuántas, cuales y para qué.

El pequeño Seung solo lo miraba y asentía cada cinco segundos porque en realidad no lo estaba escuchando, solo estaba perdido en ESE mechón de cabello que caía sobre los ojos del rubio, y éste lo quitaba pero volvía a caer y no sé quedaba en su lugar. Además de estar concentrado en ese mechoncito, tampoco le importaba esa actitud de alfa que tenía el mayor. Era tan notable que era alfa, y más en su forma de hablar y de dar órdenes como si se tratase de un rey y un sirviente, y eso realmente pero realmente le molestaba, por esa razón no permitía alfas en su editorial, también era por algo que le había pasado años atrás y aún no lo superaba pero no quería aceptar que esa era una razón.

El mayor solo siguió hablando y hablando durante media hora y Seungmin seguía concentrado en  ESE MECHÓN DE PELO.

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Por fin estaba en su casa después de dos días enfermo. Aún no se recuperaba del todo pero ya no se sentía tan mal y no quería seguir siendo un estorbo en la casa de su asistente, no quería seguir molestando a los pobres chicos que lo ayudaban sin quejarse.

Entró a su habitación y se sentó en la cama, se recostó y se quedó dormido, sí, Kim Seungmin era todo un bello durmiente, no tenía lugar ni horarios, solo sentía sueño y se quedaba dormido. ¿Preguntas dónde está su príncipe azul? La verdad ni él mismo lo sabe, pero tú y yo estamos seguros de que no es su príncipe azul, sino su príncipe rubio. Bueno, ya no interrumpo más, sigamos con la historia.

Felix se encontraba en una cita con Hyunjin, porque sí, estaban saliendo hacía tiempo, solo que Chan y Rosé aún no se enteraban de esto ya que querían hacerlo oficial y saber que no iban a romper en una semana, pero ya llevaban dos meses saliendo y estaban decididos a contarle a sus hermanos toda la verdad sobre ellos dos, y estaban planeando cómo decirles que estaban saliendo hacía tiempo pero era un secreto, probablemente los alfas se iban a enojar bien feo, así que subieron al auto y se dirigieron a la casa de Chris.

Los tortolitos estaban viendo una película en la sala y comiendo ramen, cuando el de pelo azul y el pelinegro entraron tomados de la mano. Dios, no contaron con que estuvieran en casa. Los cuatro se quedaron viendo entre ellos durante unos incómodos e interminables minutos en completo silencio, ni una palabra, un gesto, únicamente moviendo sus ojos para ver a los otros, solo se escuchaba el ruido del viento que había afuera de la casa, con las ramas de los árboles azotando las ventanas.

Finalmente Félix fue quien decidió romper todo ese incómodo silencio.

-- Hyunjin y yo estamos saliendo hace dos meses, no queríamos decírselo porque queríamos estar seguros -- Dijo el de pelo azul

El Alfa de pelo negro lo miró con una sonrisa y luego volteó a ver a su hermana, quién también se veía alegre y sorprendida, con unos ojos bien grandes. Bangchan, en cambio, se puso de pie y abrazó a su hermano menor, que se sorprendió por la reacción de su hermano mayor, porque él siempre se enojaba cuando alguien le ocultaba algo, pero esta vez había sido diferente ¿Cuál era la razón? Ninguna en específico, solo se le ocurrió hacer eso.

-- Lo hiciste bien, Lixie -- Dijo mientras aún abrazaba a su hermanito, luego se volteó a Hyunjin -- Te estaré vigilando -- Bromeó y todos comenzaron a reír.

Corregido

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EL ALFA DEL JEFE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora