En su momento, el cielo era confuso y con una sensación aterradora, de rechazo y desconfianza de parte de los demás arcángeles, todos siempre resignandose a creer que tendrían a un nuevo arcángel.
Pero había alguien que se sentía aún más nervioso, el nuevo arcángel Aziraphale miraba a todos pensando en si debía seguir con esto, su rostro no dejaba de mostrar una sonrisa, mientras que Metatron hablaba por él, duró unos días aprendiendo que era lo que tendría que hacer durante ese nuevo labor, pero era aterrador.
Hasta que un día simplemente descendió a lo más bajo del cielo, encontrándose así con una zona solitaria en dónde sintió que podía desahogar aquello que parecía simplemente esconderse dentro de si.
- ¿Por qué me tiemblan mis las manos? Siento que mis labios se derriten y no sé porque - sus pasos se hacían notar por la fuerza con la que los hacía, parecía huir de todos, apoyó su mano contra una pared pensativo - ¡Basta! ¡No! Escogiste bien... ¿Verdad? - una sonrisa nerviosa había salido de su rostro que pronto se desvaneció después de la pregunta.
- ¿Por qué dudas? - se escuchó una voz al otro lado de la pared, Aziraphale soltó un brinco y se alejó de la pared aturdido por haber oído aquella voz.
Se acercó y colocó su oído en la pared, esperando escuchar nuevamente la voz, para intentar reconocerla -...¿Hola? -.
- Hola -.
Se separó rápidamente y abrió los ojos asustado, miró hacia todos lados esperando que nadie más estuviera ahí para escucharlo o verlo, volvió a acercarse y se sentó en el suelo poco a poco - ¿Quién eres, cariño? - su tono era dulce y amigable.
- ¿Quién eres tú? - respondió aquella voz dudosa.
- ¡Oh! Bueno... Soy el nuevo arcángel - sonrió con un gesto vacío.
- ¿Nuevo arcángel? - la duda abundó dentro del otro lado de la pared - ¿Cómo te llamas? - se escuchó un ruido del otro lado podía describirse como alguien acomodándose para poder escuchar bien al otro lado de la pared.
- Aziraphale, querida - mencionó el arcángel con una sonrisa amable - ¿Cuál es el tuyo? - preguntó aún con aquella sonrisa. De alguna manera sentía que estaba hablando con alguien que lo escuchaba como él deseaba, y no como los demás lo hacían, buscando órdenes.
- Galadriel - indicó aquel ángel del otro lado, Aziraphale alzó las cejas y volteó hacia la pared.
- ¿Angel de las relaciones dañadas? - Galadriel del otro lado de la pared, asintió, más para ella que para él, luego solamente sonrió.
- Si - respondió a secas.
- Tenía mucho tiempo sin saber de ti ¿Qué haces aquí? - preguntó tranquilamente.
- ¿No lo sabes? -.
- Haz estado desaparecido durante siglos, creyeron que habías huido - aclaró mirando hacia abajo.
Del otro lado de la pared, solo se podía ver a un ángel con una expresión de incredulidad y rabia en sus ojos, apretó sus dientes y cerró sus ojos, tratando de no permitir que su verdadera forma saliera con tal de no romper más reglas.
- ¿Ocurre algo? - Aziraphale seguía ahí curioso.
- No - el ángel suspiró y tomó sus piernas, abrazándose a si misma.
Aziraphale se quedó callado, pensativo al respecto de todo lo que sucedía, no hacía nada aquel había subido al cielo decidido a hacer un cambio, pero algo lo atormentaba por más que disfrutara de la idea de ser un arcángel todo poderoso.
- Piensas en alguien - comentó Galadriel, sacando a Aziraphale de sus pensamientos.
- Oh no, claro que no, querida - sonrió Aziraphale tomando su mejilla y moviendo la mano para que solamente no importara - Solo pienso un poco en la tierra - dijo con un tono melancólico.
- Piensas en alguien - repitió afirmando lo dicho anteriormente, Aziraphale frunció el ceño, confundido y algo alterado por el tono del ángel.
- ¿Qué te hace decir eso? - miró hacia la pared esperando una respuesta de esta, estaba hablando con una pared al parecer.
- Soy Galadriel, sé de todo lo relacionado con los sentimientos, tú sientes tantas cosas que es difícil no notarlas en un lugar tan vacío como el cielo - soltó una risa al terminar de hablar, después de tanto por fin sentía algo y era una sensación triste.
- Bueno, yo no pienso en nadie - cruzo los brazos mirando hacia enfrente.
- Claro - asintió Galadriel sonriendo.
Ambos se quedaron en silencio.
- La verdad es que si pienso en alguien - soltó sus brazos e hizo una mueca, el ángel soltó una risa nasal y comenzó a escuchar al arcángel - Se llama Crowley, es un demonio que estuvo en la batalla contra Lucifer -.
Su tono era algo emocionante, los ojos de Galadriel brillaron levemente al sentir una sensación de nervios positivos, sentía como temblaba su estómago al percatarse de la reacción que emanaba Aziraphale al hablar de aquel Crowley.
- No le digas a nadie, pero durante mucho tiempo él y yo fuimos amigos - sonrió mientras susurraba - La verdad es que apesar de que era un demonio, es el demonio más dulce que alguna vez conocí, era muy amable aunque no lo admita - sonrió melancólico.
Pronto su sonrisa se borró y un aura oscura y negativa abordó todo el lugar, haciendo que el ángel se retorciera al sentirlo.
- Pero pasaron varias cosas, diferentes perspectivas... Diferentes mundos - en ese instante, Galadriel sintió un dolor en el pecho y un bloqueo que no le permitió distinguir el dolor, volteó hacia la pared y la tocó, algo impedía lograr todos esos sentimientos.
- ¿Lo extrañas? -.
- Lo necesitaba -.
Ambos volvieron a aquel silencio, tenso y solo como el inicio, Galadriel tragó saliva pensativa mientras entendía aquella sensación.
- Te escucho - recalcó el ángel, Aziraphale alzó una ceja confundido - Quieres ser escuchado, yo te escucho - aclaró a lo que el arcángel, miró hacia enfrente y sonrió levemente.
Al fin tendría con quién hablar después de todo.
Al menos ya no se sentía tan solo.
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Good Omens 3 - Fanfic
FanfictionDespués de haberse separado repentinamente, Aziraphale y Crowley tienen que vivir los siguientes días de su larga eternidad, cosa que termina cambiando por un cariño puro. (No me conformo con el final de la 2da temporada así que crearé mi realidad a...