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Escuchaba como alguien recorría la habitación. El ruido hizo que me volteara, aún tenía los ojos cerrados pero la luz del sol sobre ellos hizo que lentamente los abriera.


 - Buenos días señorita Annie.- vi a Julián recogiendo un par de cosas de la habitación. Volteé hacia el lado de Stephen pero no estaba.

 - Buenos días Julián ¿Has visto a Stephen?- le pregunte con un pequeño bostezo

 - El señor está en la terraza.

 - Dios. Siento como si hubiera dormido una eternidad.- dije mientras me levantaba de la cama. Escuche una risita de Julián.- ¿Qué pasa Julián?- le pregunte mientras me ponía la bata de mi pijama.

 - Señorita Annie, es que si durmió bastante. Ya pasa de la 1 de la tarde.

 - ¿Cómo crees Julián? ¿Por qué Stephen no me ha despertado?


Salí de la habitación bajando rápido las escaleras. Cuando llegue a  la terraza puede observar a Stephen de espaldas observando la ciudad. Llevaba unos vaqueros color gris con una camisa de mezclilla con las mangas arremangadas. Era extraño verlo así por lo general siempre vestía de traje.


 - Buenos días bonita.- me dijo cuando sintió mi abrazo. Se volteó.

 - ¿Buenos días?- le conteste y el solo sonrió un poco, Sus brazos abrazaron mis caderas.- ¿Por qué no me despertaste?

 - No lo quise hacer, te veías algo cansada.

 - Si estaba algo cansada.

 - Lo sé y también se por qué.

 - ¿Así y por qué?

 - Quizás.- me dio un beso.- Por todo.- me volvió a besar.- Lo que hicimos.- otro beso.- ayer.- me sonroje un poco al recordar todo lo que habíamos hecho la noche anterior en su recamara y cuando regresamos al pent-house. Me volteo y me abrazo por la espalda.

 - Este hermoso el día ¿Verdad?- le dije mientras contemplábamos la ciudad y Central Park desde la terraza.

 - ¿Qué te parece si pasamos lo que queda de este en Central Park?- me dijo, volteé mi cabeza hacia él y asentí con la cabeza.


Salimos del edificio. Stephen llevaba en la mano una canasta al parecer lo que nos esperaba en Central Park sería un picnic.


Después de una visita al zoológico, de forzar a Stephen a subirse conmigo en el carrusel y de caminar un poco por Central Park, encontramos el lugar perfecto para nuestro picnic. Teníamos el lago enfrente de nosotros y la sombra de un árbol nos cubría un poco del sol, me encantaba ver a Stephen con sus lentes tipo aviador.


Stephen se recargo en el tronco del árbol y me pidió que me sentara en medio de sus piernas. Podía ver sus manos enfrente de mi vientre, mi cabeza estaba recargada en su hombro. Todo parecía en calma, podíamos escuchar las aves, ver a algunas personas en canoas por el lago y otras pocas al igual que nosotros disfrutando su picnic. Si esto era un sueño no quería despertarme nunca.


La alerta de mi celular avisándome de un nuevo correo nos interrumpió. Lo mire.


De: Tabata Contreras.

Fecha: 18 de Agosto de 2013

Para: Ana Carmona

Quédate Conmigo (PRIMERA PARTE DE LA TRILOGÍA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora