𝐋𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐎𝐕𝐀 - Khan × Heli

CAPÍTULO I: El segundo.

Sooha tomaba la mano de aquel muchacho pálido, lo miraba con amor y abrazaba con un constante sonrojo en sus mejillas, parecía no desaparecer.

Hacía mucho que no la veía, desde aquella ocasión en el altar de la luna, el mismo donde el casi pierde la vida por salvar la de ella, donde la vio caer con el cabello blanco, señal de que había perdido su fuerza.

- ¡Cuánto tiempo, Khan! - gritó emocionada al verlo, dando una agradable sorpresa al hombre lobo que le sonrió genuinamente, le encantaba verla feliz aunque lamentaba que no fuera a su lado. - ¿Estaré más alta, o te encogiste? - Le encantaba el humor de la chica, como se expresaba de una forma tan única, tan Sooha.

- Claro que no, tal vez creciste un poco, felicidades. No seguirás pareciendo un gnomo de jardín. - Ambos soltaron una carcajada, eran buenos amigos, Sooha nunca notó los sentimientos de Khan, pensó simplemente que aquel dicho: "un hombre lobo se enamorará de la primera persona que vea bajo el eclipse lunar" era solo un invento más.

No sabía cuánto daño le hizo a aquel chico sin querer, cuántas noches colapsó pensando en ella, rogando al cielo porque le dieran la oportunidad de tenerla a su lado, pero esa dicha ahora era de Heli... Quién había notado sus sentimientos por ella y al ser su novio no le gustaba para nada.

- ¿Qué haces aquí, no se supone que ustedes van en otra academia? - Heli era algo posesivo ante su presencia y verlo convivir con Sooha le desagradaba, en general sentía que su presencia le desagradaba y bueno... Extrañamente le dolía un poco ese rechazo.

Khan solo quería ver a aquella chica feliz, aunque no fuese a su lado, su más difícil decisión fue dejarla ir ya que sí seguía a su lado no lo sería genuinamente, no quería una sonrisa falsa, quería un amor verdadero y su condena era que jamás lo encontraría.

- ¿No puedo pasar a saludar a una vieja amiga? - La tensión entre ellos dos era abrumadora, los pastizales temblaban ante la disputa de dos líderes de dos mundos diferentes, cuyo cruce estaba totalmente prohibido, una aberración despechada ante los ojos de sus semejantes, como sus antepasados se miraron con un odio abrasador disparado por los sentimientos que compartían por la chica que estaba tomando el brazo del más bajito de estatura, Khan aún no entendía que le vió a Heli, por mucho era más varonil y fuerte que el, tal ves hacia algo mal con su expresión o simplemente no era su tipo.

- Bien, ya que estamos. Deberíamos ir por un helado juntos los tres ¿Les parece? - Propuso la chica, a lo que ninguno pudo negarse pero la tensión seguía ahí.

- Estoy a tus órdenes princesa. - Buscando humillar al hombre lobo, el pelinegro tomó el rostro de su novia y beso sus labios con suavidad. Khan por dentro podía imaginar el sabor de aquellos labios pálidos sobre los suyos, estaba celoso y por un momento se asustó al percatarse de que la imagen de Heli tomando su mentón, a punto de robarle su primer beso apareció en su cabeza. ¿¡Qué mierda?!

Porque entre todos con él, quiso creer que solo fue un pensamiento intrusivo, no era la primera vez que le sucedía pero solo era un pensamiento tonto ¿Quién no había imaginado eso? Seguro era una forma extraña de comparar que sería un mejor besador que Heli sí se le hubiera dado la oportunidad.

- Si tienen sabor a ciruela, le entro. - La expresión animada de Khan dejó al vampiro impresionado ¿Realmente había borrado sus sentimientos por Sooha? Vaya... De todas maneras no confiaba en el, tenía un presentimiento extraño desde aquella noche de eclipse que lo vio hablando con Sooha como sí nada, según los libros de su biblioteca eso podía significar que pudo enamorarse de ella.

- ¿Ciruela? Que clase de sabor es ese, Sooha y yo solemos pedir un helado para compartir. - Volvió a atacar ¿Cuál era la necesitas de hacer sentir tan miserable a Khan? No tenía idea, pero ver su expresión destrozada le causaba una extraña sensación en el cuerpo que no comprendía, como si le gustará verlo tan indefenso, al borde de las lágrimas... Seguro era su ego de novio celoso.

- Bueno, no perdamos el tiempo chicos ¡Vamos! - gritó la pelinegro antes de tomar las muñecas de ambos y llevarlos en dirección a su heladería favorita.