||Kalopsia|| ✧Hyυnlιх✧

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<Cuando cierro los ojos estoy de nuevo roto, siendo consolado por ti. Tus brazos me rodean con fuerza y no caigo en ese abismo. Porque estas aquí conmigo. Todo es perfecto hasta que me miras a los ojos y siento que todo mi ser de estrenarse por ti. Me siento en las nubes cuando me sonríes y me llenas de tus feromonas,me siento completo cuando estas aquí a mi lado>

Félix abrió los ojos cuando sintió de nuevo las arcadas. Había salido del departamento hace apenas unos días y su malestar sólo empeorará con el paso de los días. No tenía que preguntar que le sucedia si omega lo terminaría matando cualquier día.

Cuando volvió a la habitación se hizo un olivo en la cama mientras sentía su marca palpitar dolorosamente. Sentía como su estomago se volvía a revolver y esas náuseas volvía pero no podía seguir en el baño. Tenía que recuperarse y salir a buscar un trabajo para poder pagar el siguiente mes de renta y su comida. Aunque sabía que sería difícil encontrar un trabajo por ser un omega pero por lo menos debía intentarlo porque ahora estaba el sólo.

Cerró los ojos con fuerza y las lágrimas se realizaron de nuevo por sus mejillas, parecía que estas nunca se detendrian. Lo amaba mucho y eso era lo que realmente dolia, que se hubiera enamorado como un tonto de Hyunjin. Dolía porque no sólo era eso, era que el apego de su omega hacia Hyunjin y sus propios sentimientos lo estaban matando muy lenta y dolorosamente por dentro. Cuando se miraba al espejo nisiquiera se reconocía porque no era el mimso Félix, ahora era diferente porque sabía toda la verdad.

Sus ojos lucían cansados, hinchados y tristes. No es como si no lo supiera. Se retorcio porque las puntadas en su marca aumentaban, era el llamado de su alfa. Sin embargo el no iba a volver, no podía verlo porque sabía que si lo hacía lo odiarla y no quería eso. Sólo quería olvidarlo, olvidarse de el de una vez por todas.

Sin embargo no podía. Cuando sintió el frío a sus espaldas no se inmutó, sólo quería dormir y ya no solar con Hyunjin quería arrancarselo del corazón con sus propias manos pero no podía y sólo dolía aún más.

Sus oídos dejaron de percibir el sonido de la lluvia y el alboroto de sus vecinos. Su mente estaba muy ocupada pensando en Hyunjin que nisiquiera se dio cuanta del estruendo de la puerta siendo abierta a la fuerza. Tampoco los gritos que sonaban tan lejos de el llamándolo. Su vista se ditorciono cuando percibió su aroma una vez más. Sólo una vez más.

Pero ahora era diferente, porque la calides de ese abrazo era más abrazadora, y se aferró a ello y lloro con fuerza, se sintió tan bien que sus sollozos aumentaron.

Sentía que los besos que eran dejados en su frente le enviaban esa corriente eléctrica de nuevo que se sintió vivo de nuevo. O hasta que perdió el conocimiento.