Hyunjin era un hombre que siempre tomaba lo que quería entre esas cosas estaba Félix que era su prisionero y más que eso. Era todo lo que necesitaba para estar completamente satisfecho. Sin embargo un dia todo se sale de sus manos cuando felix descu...
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—Creí que sería algo diferente pero no es asi— sonrío la imponente rubia con una expresión de estar más que que orgullosa de su hijo. —eres exactamente igual a mi, con los mismos gustos, hijo— su sonrisa se extendió por su rostro mientras Félix sentía sus piernas flaquar.
Hyunjin lo primero que hizo al notar la presencia de su madre fue mostrar la gran marca que había en su cuello, no le sorprendía que lo hiciera pues para los alfas era un símbolo de poder, posesión y propiedad. Pero en el estado en el que la madre de este los había encontrado no era la más adecuada.
Era humillante para Félix.
Aún sentía el nudo palpitar en su interior y el dolor de su cuerpo apenas era soportable. No habían pasado más de 6 horas desde que habían tenido sexo antes de que Félix perdiera el conocimiento.
Cuando Félix despertoya estaba sobre el regazo de Hyunjin con su espalda pegada al pecho del alfa y las piernas abiertas con la atenta mirada de su madre. Era algo repugnate, lo hacía sentirse sucio y utilizado.
Bajo la mirada hacia el suelo, era mejor mirar los finos y caros tacones de la mujer frente a el, sentía su rostro arder. Sin embargo Hyunjin lo agarró del cuello y lo hizo levantar la mirada.
—Ves, te dije que era hermoso— gruñio deslizando su lengua desde la mordida hasta su hombro. —¿Lo ves, mamá?—
La mujer le sonrío de manera cómplice mientras el menor sentía las lágrimas deslizarse por sus mejillas. Esa mujer era igual o peor que Hyunjin, sentía a cada momento como su lobo de movía inquieto en su interior.
—Lo es, me alegro de que hayas tomado en cuenta mi consejo. Es mejor.—
Félix ya no entendió el resto de la conversacion, y tampoco supo cuanto tiempo había pasado porque cuando volvió en si ya estaba nuevamente en la cama con Hyunjin rodeandolo con sus brazos, inmovilizandolo.
Y es que por más que intentará dar una solución, no había ninguna.
Sólo la muerte, Sólo la muerte lo libraria de las garras de Hyunjin. Prefería eso que seguir y en ese infierno, porque Hyunjin ahora era Su más grande temor.
Sin embargo temia fallar, sin embargo algo estaba roto dentro de el. Porque dolía, era aún más doloroso porque lo amaba demasiado.
Y uno de sus primeros errores fue enamorarse de Hwang Hyunjin.
