Capítulo XX

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Baile de máscaras

Al terminar de bailar con Michael, se acercó a Lord Harry Dankworth para bailar con él tal cual lo prometió

- gracias por aceptar bailar conmigo, señorita Featherington - dijo mientras se colocaban en la pista uno frente al otro

- Es un placer, Lord Dankworth - Penelope se sentía un tanto apenada por la situación de los caballeros interrumpiéndolo cuando la invitaba a bailar - hubiera accedido a bailar con usted antes, pero... - Lord Dankworth la interrumpió

- no hace falta que explique nada, señorita Featherington, como le he dicho anteriormente, yo estoy consciente de que una señorita tan hermosa e inteligente como usted habría capturado el interés de otros caballeros, no me molesta, de hecho me gusta - dijo él sorprendiéndola

- ¿le gusta? - preguntó ella con curiosidad

- claro que sí, si yo logro ganar su afecto, sabré que fue por mí, porque usted me eligió y vio algo en mí que no encontró en el resto - Penelope siempre había pensado que ella debía esforzarse por ser elegida y vista, nunca había pensado o sido consciente de que ella podría ser quien tuviera el poder de elegir

Penelope le sonrió con agrado - es usted un caballero único - le dijo con honestidad, después el baile concluyó haciendo que se separaran, ella se dirigió hacia Lord Fife que la esperaba con impaciencia a la orilla de la pista

- Lord Fife, estoy un poco cansada ¿podríamos mejor tomar algo y conversar? - preguntó ella envalentonada por este nuevo poder revelado por Harry y por las palabra de Michael.

- Claro que sí, como usted guste - dijo él complaciente

Una vez en la barra de bebidas, para sorpresa de ambos, ella tomó el control de la conversación - ¿qué era eso de lo que quería seguir hablando? - indagó viéndolo fijamente

- Realmente quería explicar que, si bien, yo sé que no suelo elegir bien mis palabras llegando a ser terriblemente incómodo para algunas personas, hay algo que sí soy... yo soy sincero, tanto para bien como para mal, lamento lo que dije respecto al color de sus vestidos, no porque no sea cierto, sino porque no quería hacerla sentir mal y tampoco quiero perder la oportunidad de estar cerca de usted - él hablaba de manera firme y pausada a la vez, Penelope sentía que era honesto

- creo que es difícil cambiar la idea que tengo de usted después de tanto tiempo de burlas, sin embargo, le creo y para su tranquilidad, no hay rencores, estamos bien - dijo ella sonriendo y haciéndolo sonreír a la vez, a lo lejos divisó a Eloise mirando en todas direcciones, tras compartir algunas palabras más con Lord Fife se despidió para ir a buscar a su amiga, pero ella se había perdido entre la gente y no podía encontrarla

- como odio los bailes de máscaras - pensó Penelope

- Pen - escuchó esa voz aterciopelada que tanto amaba a sus espaldas, por lo que se giró para encontrarse con Colin

- Hola, Colin - Dijo ella - Estaba buscando a Eloise, pero imposible encontrarla entre tanta gente con máscaras - se quejó ella

- yo te encontré a ti - dijo él y ella agradeció que la luz fuera tan tenue pues sintió que sus mejillas se teñían de rosa - ¿señorita Featherington, me concedería el siguiente baile? - preguntó él inclinándose, ellos habían bailado muchas veces, pero nunca lo habían hecho formalmente, él nunca había escrito su nombre en su tarjeta de baile y tampoco había hecho una reverencia tan galantemente antes de conducirla a la pista, Penelope sentía aleteos en su estómago y mirándolo fijamente aceptó bailar con él

Penelope estaba tan nerviosa que no sabía qué decir o qué hacer, él puso su mano sobre su espalda y la acercó a él, haciendo que sus cuerpos se unieran y la miraba con tanta intensidad que ella comenzó a sentir temor de que pudiera leer sus pensamientos, que pudiera darse cuenta de lo enamorada que ella estaba de él, porque lo estaba, a pesar de que en las últimas semanas había querido esconder esos sentimientos, bastaba con tenerlo cerca para que resurgieran con fuerza apedreando su pecho

Colin había intentado pensar en algo que decirle, pero la realidad es que no se le había ocurrido nada, solo quería tenerla cerca, alegrarse de que al menos por ese momento ella estaba con él y él con ella, sin tener que explicar o cuestionarse nada, se sentía en calma sosteniéndola entre sus brazos y compartiendo el silencio, no quería arruinarlo, no quería discutir, ni ponerle nombre, solo quería estar ahí hasta que la música terminara y tuviera que entregársela a algún Stirling o Dankworth

Al terminar de bailar Colin y Penelope fueron abordados por Eloise y Benedict, sin tener oportunidad siquiera de salir de la pista o decirse palabra alguna

- ¿la viste? - preguntó Benedict con urgencia a su hermano

- no, no la vi, hermano ¿seguro que era real? - Colin realmente tenía dudas de la fantasiosa historia que su hermano contaba

- Sí, claro que sí - explotó Benedict - ¿qué voy a hacer? - Benedict se apretaba la cabeza y en su rostro se visualizaba tanta angustia que los demás creyeron se pondría a llorar

- quizá en otro baile o evento la encuentres de nuevo, hermano - le dijo Eloise intentando reconfortarlo

- ¿de quién hablan? - preguntó Penelope totalmente desconcertada

- de una señorita con vestido plateado y cabello castaño que mi hermano cree es el amor de su vida - le explicó Colin

- no lo creo, lo sé, el amor me golpeó como un rayo en cuanto la vi - sus ojos se iluminaron al decir esto - y ahora se ha ido - dijo por último totalmente afligido

Colin no creía que el amor funcionara de esa forma, no después de lo ocurrido con Marina, donde indiscutiblemente se había dejado llevar por su belleza y las ideas que él se hizo de ella, él ahora sabía que no se podía sentir amor por alguien a quien no se conoce, y eso hacía que su hermano pareciera ante sus ojos un poco loco.

Casa Featherington

Penelope estaba sentada sobre su cama aún con su vestido puesto, se sentía totalmente agotada, nunca había bailado tanto, cerró sus ojos y se recostó un momento, de pronto sintió a alguien a su lado, abrió los ojos de golpe y encontró a Colin sentado sobre la cama junto a ella

- lo siento - dijo él - no quería asustarte - después se recostó dejando sus manos sobre su pecho - ¿Estás cansada? -

- sí, mucho - ella respondió casi sin aire en sus pulmones, se sentía muy nerviosa y sabía que lo que Colin estaba haciendo estaba mal en mil formas diferentes, por su mente pasaron los besos que habían compartido, la realidad era que se le dificultaba mucho ser racional, actuar como la sociedad dictaba cuando lo tenía a su lado era un lujo que no podía darse, al fin y al cabo, ella nunca lo tendría y esos pequeños momentos de dicha que podía tener los aprovecharía al máximo - ¿Tú estás cansado? - preguntó de vuelta, cerrando sus ojos de nuevo

- también lo estoy - dijo él

A Segunda VistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora