Capítulo XXXVII

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Aubrey Hall

Penelope estaba de pie a la par de Harry en el jardín, muchos charlaban y otros terminaban sus desayunos, esa noche sería el baile y al día siguiente regresarían a Londres

- Después de llegar a Londres y hablar con su madre solicitaré la audiencia con la reina - decía Harry - sé que es pronto, pero debo saber ¿desea que nos casemos apenas se corran las amonestaciones o prefiere que disfrutemos de un compromiso más largo? - Penelope miraba ajena a Colin que hablaba con sus hermanos

Harry siguió la mirada de Penelope al notar lo absorta que parecía - Lord Dankworth, los caballeros jugaremos al mallo ¿desea unirse? - preguntó John que se había acercado junto a Anthony

Harry asintió y juntos caminaron al sitio donde los caballeros elegían mazo y las señoritas tomaban asiento en torno a unas mesitas que habían preparado bajo la sombra para que observaran el juego

- es una alegría que las Cowper no hayan venido - dijo Eloise sentando a su lado junto a Francesca

Edwina y Laina que compartían mesa con la pelirroja asintieron - ¿La propuesta de Lord Dankworth fue romántica, Penelope? - preguntó Edwina con ilusión

- sí, lo fue - dijo con una ligera sonrisa en el rostro - Harry es un caballero encantador - aunque Laina no la miraba con dureza Penelope pudo identificar en su mirada la sombra de la sospecha

Todas sonrieron, incluso Eloise muy a su pesar - Pronto ustedes también encontrarán el amor - dijo Francesca mirando a Edwina y Laina

- yo hasta ahora no he encontrado un caballero que me agrade lo suficiente - dijo Edwina

Francesca notó que Laina miraba a Colin - ¿y a ti Laina? - la pelinegra se sonrojó un poco - ¿te gusta Colin? - preguntó en voz baja

Laina enarcó su perfecta ceja derecha y sonrió - es muy guapo - confesó ante las chicas que la escuchaban atentas - además es muy gentil e inteligente, pero me temo que su corazón ya le pertenece a otra señorita - Penelope que hasta el momento se había mantenido serena comenzó a ahogarse con su bebida

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Penelope aún turbada por lo que Laina había dicho salió a caminar con rumbo a las arboledas que bordeaban los jardines de la casona, aprovechando que todos estaban en las habitaciones preparándose para el baile de esa noche. Deseaba estar sola y pensar, cada segundo se sentía menos convencida de estar haciendo lo correcto, cada vez que había hecho contacto visual con Colin, pese a toda lógica, él le había sonreído, y aquel simple gesto le había parecido tan familiar, tan conocido, le recordaba a ella misma, cuando a pesar de sentir tanto dolor por el anuncio de su compromiso con Marina o por su gran amor no correspondido, aún le sonreía, lo escuchaba y lo acompañaba, porque prefería tenerlo como un amigo que perderlo por completo - ¿Qué se supone que debo hacer? - se preguntó en voz alta

- dejar de complicarlo todo - dijo Michael sorprendiéndola mientras se echaba a reír por la cara que puso ella - no deberías estar aquí - él estaba sentado en una banca bajo un gran árbol - ¿qué sucede? -

Ella lo miró con aflicción - Colín dice que me ama - hubo silencio por parte de ambos, hasta que él le hizo una seña con la mano invitándola a continuar - ¿pero qué pasa si solo está confundido? ¿Qué cambió? ¿Tú crees qu... -

Él la interrumpió - Penélope, no tiene sentido que me preguntes a mí, y si me lo permites, no creo que nada de eso importe realmente - se puso de pie acercándose a ella - no creo que él haya tenido jamás la intención de herirte, creo que realmente no lo sabía o simplemente antes no lo hacía y ahora lo hace... porque así es el amor - pareció reflexionar antes de añadir - no elegimos cuándo, ni cómo, ni a quién... y si tuvieramos algún tipo de poder sobre él, seguramente no estaríamos aquí melancólicos entre los árboles, al menos yo no lo estaría, creeme... hubiera arrancado ese amor de mi pecho apenas lo sentí - sonrió con tristeza - yo apenas conozcó a tu Bridgerton, pero sé que es honesto... tú lo conoces de siempre ¿no lo ves? - ella no dijo nada y él se fue del lugar dejándola sola

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