Capítulo XXXV

2.9K 217 30
                                    

Aubrey Hall

- mi madre estará de vuelta la próxima semana - dijo Penelope - no me gustaría que se corriera la voz antes de hablar con ella -

Harry asintió - claro, lo anunciaremos a nuestro regreso - ella le agradeció - solo le diré a mi hermana, estará tan feliz - Penelope lo veía sonreír como si lo hubieran nombrado el rey de Inglaterra y una parte de ella se sentía contenta y afortunada de que un hombre como él la amara - y debemos decirle también a los Bridgerton, finalmente ellos son como su familia y están a cargo de usted - Penelope sonrió brevemente aceptando la idea

----------

Colin que estaba a la par de Laina y Benedict no podía escuchar nada de lo que Penelope y Dankworth hablaban, cuando entraron a la casa de nuevo para dirigirse a sus habitaciones, vio a Dankworth acercarse a su hermana y hablar con ella por unos minutos, luego Laina lo abrazó aparentemente feliz

-----------

A la mañana siguiente todos se reunieron para desayunar en los jardines, el cielo estaba despejado y el sol brillaba casi en lo alto sin llegar a ser bochornoso, Lady Danbury se había unido a ellos muy temprano esa mañana y el resto de los invitados llegaría por la tarde

Harry aprovechando que el grupo aún no tomaba asiento habló en voz alta intentando llamar la atención de todos - apreciable familia Bridgerton y amigos - miró a Penelope que había dejado de respirar a su lado - me complace informarles que he propuesto matrimonio a la señorita Featherington y ella me ha hecho el hombre más feliz del mundo al aceptar - la cara de los Bridgerton fue de sorpresa, no sabían qué decir y solo atinaban a mirarse unos a otros - hemos decidido aguardar a que su madre vuelva para hacerlo público, pero ustedes son como una familia para mi querida Penelope y no queríamos esperar para hacerlos participes de nuestra alegría -

Lady Danbury fue quien cortó el silencio - Muchas felicidades - dijo mirando con severidad a Anthony mientras se acercaba a abrazarlos, seguida por Lady Sharma y Edwina

Kate tomó del brazo a Anthony y comenzaron a acercarse - ¡felicidades! - dijo con una sonrisa de lo más impropia en él - creo que nos han tomado por sorpresa, es decir, las actividades ni siquiera han iniciado -

- lo que él quiere decir es que pensábamos que esto ocurriría quizá en el baile del fin de semana - dijo Kate intentando excusar a su esposo

A la par que eso ocurría, Benedict miraba a Colin que parecía a punto de echarse a correr, mientras Hyacint lo abrazaba con fuerza, su madre que se había percatado de lo mismo dijo - adelante, hijos, por favor - tomó del hombro a la menor de sus hijas, obligándola a que soltase a su hermano - felicitemos a nuestra pequeña Pen y a Lord Dankworth, Hyacint - todos comenzaron a acercarse a la pareja, todos menos Colin que permaneció de pie mirando a Penelope

Penelope era felicitada por Francesca cuando se atrevió a ver en dirección a Colin, pero se arrepintió de inmediato, él parecía estar sintiendo tanto dolor que ella no podía resistirlo, sabía que si lo veía un segundo más caminaría hacia él e intentaría consolarlo

-----------

Colin no supo cuánto tiempo pasó ni cómo llegó ahí, pero ya estaba en su habitación, se sentía embotado, sentía que habían abierto un orificio en su pecho y lo habían puesto a sangrar, quería tirar la casa o que la casa se derrumbara con él adentro, lo que fuera con tal de dejar de sentir ese dolor tan grande, que aunque amenazaba con matarlo no lo hacía

- ¡Colin! - dijo Eloise cuando entró al cuarto y lo vio tendido en el suelo con los ojos cerrados - ayúdame Benedict - pidió ella arrodillandose a su lado

- no, déjame aquí, necesito estar aquí - ella saltó del susto pues había creído que estaba desmayado

- hermano - dijo Eloise - ¿qué necesitas? ¿Qué podemos hacer por ti? -

Colin negó abriendo los ojos y sentándose de frente a ellos - quizá ella tenga razón, perdí mi oportunidad y ahora soy un idiota egoísta que no lo quiere enfrentar - el escondió su cabeza entre sus manos - Dankworth siempre ha tenido claridad en sus intenciones, es un primer hijo, esto era lo que ella quería y yo no tengo derecho a quitárselo -

- ¿eres tonto? - preguntó Eloise molesta - estoy segura que ella no lo quiere de esa forma -

Benedict caminó por la habitación evaluando los destrozos hechos por Colin - Eloise tiene razón, aunque poco importa porque ya aceptó casarse con Dankworth -

- ¿¡y eso qué!? Edwina dejó a Anthony en el altar - expusó ella poniéndose de pie - solo necesitas decirle lo que sientes -

- es que ya lo hice - Colin se levantó también - pero no le importa, no basta para ella con que yo la ame -

-----------

Para Penelope el día había pasado en un parpadeo y ahora daba vueltas en la cama incapaz de dormir - ¿qué he hecho? - se preguntaba - no, esto es lo correcto - se decía una y otra vez intentando convencerse - Harry es un buen hombre, te quiere y junto a él serás feliz - una lágrima rodó por su mejilla - esto es lo que querías - salió de entre las sábanas y se sentó al filo de la cama, fue entonces que lo vio entrar

- ¿qué crees que haces, Colín? - preguntó acercándose a él - no puedes estar aquí, debes dejar de hacer esto -

- me iré pronto - le respondió él entrándose aún más en la habitación - solo escúchame - ella intentó tirar de él para sacarlo, pero él era más fuerte - escúchame, por favor - suplicó tomando con ambas manos su rostro, ella se quedó inmóvil ante la calidez de su tacto y su cercanía - sé que fui un tonto, que cometí error tras error y te lastimé - él la soltó, aunque ninguno hizo el intento de alejarse - pero no comencé a verte cuando los demás lo hicieron, yo siempre lo hice, desde aquella vez que nos conocimos y me hiciste caer al barro - él rozó con su dedo pulgar el labio que ella ni siquiera se había percatado que mordía con fuerza - siempre buscaba estar cerca, para que Prudence no te hiciera llorar, regalándote tulipanes para que sonrieras - acarició con la punta de su dedo índice el contorno de su rostro

- Colin - dijo Penelope en un susurro - no hagas esto - ella colocó sus manos empuñadas sobre el pecho del castaño intentando evitar que él avanzara

- sé que te perdí, lo acepto, pero no me iré sin que las cosas queden claras, yo nunca dejé de verte realmente - Penelope sentía que su voluntad se estaba quebrando - recuerdo cada baile que compartimos, cada una de tus atinadas criticas sobre poesía, las mariposas que adornaban tu vestido en el primer baile al que asististe, lo hermosa y feliz que lucías durante la celebración en Vauxhall, tu delicioso cuello adornado por esas piedras falsas de tu primo - dijo llevando sus labios suaves hacia el punto en que latía el pulso de la pelirroja en su cuello

- para - dijo ella con la respiración entrecortada - para o voy a gritar -

- grita - dijo él en su oído - quizá así mi suerte cambie y termines siendo mía, mi esposa... mi mujer - ella se estremeció ante la voz ronca que él usó - sé que tardé en darle el nombre correcto a mis sentimientos, pero también sé que aunque digas que has pasado de mí sientes lo mismo que yo - ella negó haciéndose para atrás chocando con el dosel de su cama, lo que lo hizó sonreír - no puedes negarlo, todo te delata - dijo atrapándola entre sus brazos - tus ojos, tu piel que se eriza ante mi tacto, tus piernas que tiemblan con mi cercanía, tus labios que se ofrecen para ser besados por mí -

___________________

Según yo esperaría al fin de semana para publicar, pero es que soy una impaciente, espero que les guste, gracias por leer

A Segunda VistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora