Capítulo 5

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Tal como dijo Todoroki, Uraraka volvió a la ciudad. Trae consigo algunas maletas con regalos para todos, ya que donde vive ahora suelen hacer ferias. Así que compra lo mayor posible para sus amigos y familia. Bakugo ahora parecía un acosador detrás de la castaña, que ahora está disfrutando la tarde con Todoroki, Iida, Tsuyu y Fumikage. Recuerda cuando en ese círculo también estaba el pecoso, quien los iluminaba con su sola presencia. Era divertido cuando lo iba a secuestrar, las caras molestas de sus amigos por acaparar todo el tiempo del muchacho se le hacía gracioso, y siempre se justificaba con que debía ir a altamar pronto y no tendrían tiempo juntos. Recordar esos tiempos le hizo mostrar una pequeña sonrisa que tan pronto como llegó, se desvaneció.

Aquel grupo parecía estar susurrando algo, ya que se acercaron unos a otros para escucharse mejor. Después, mientras mira a los lados en un intento fallido por no dejar que los vean, saca algo de su bolso y se lo pasa; eso solo hizo que la curiosidad del muchacho aumentara. Logra divisar un sobre desgastado de papel que parecía tener algo brillante, ya que al estar un poco roto, la luz choca con este.

Inmediatamente Shoto lo toma y lo guarda mientras los demás regañan a la castaña. Ese objeto era algo muy valioso o sospechoso para que la estén reprendiendo de ese modo.

Después de eso, siguieron hablando, sacando otros regalos para todos. En esta oportunidad, decidió acercarse más al grupo para escuchar lo que decían.

—Tomen, esto se los mandan el hermano Bakugo y Deku — toman lo que parece ser algún tipo de postre. Pero eso no importa; ahora otra montaña de preguntas le caen como una avalancha. ¿Por qué Leader está con su Izuku? ¿Acaso eso tiene algo que ver con lo que dijo el bastardo mitad y mitad sobre mantener la calma? ¿O es que su hermano y su novio lo han traicionado?

No, eso último no puede ser, espera, no, no se va a permitir dudar de su prometido sin saber la verdad, aunque ¿a quién le estaba mintiendo? Muy en el fondo de su corazón estaba dudando de su pareja, y si realmente algo pasó entre ellos tendría sentido el por qué prefirieron mentirle a hacerle saber una verdad tan dolorosa.

Gracias a una camarera que llegó a hablarle, salió de sus pensamientos y por estar en eso, casi se le pierde de vista la castaña que fue la primera en abandonar la reunión. Al seguirla se da cuenta de que va a la residencia de los Midoriya. Ahí dura un par de horas y al final sale con una maleta. Era indiscutible que era la que le dio en uno de sus cumpleaños junto con un viaje vacacional al que fueron juntos. No entiende por qué la tiene que llevar la cara redonda, pero ahora es seguro que es la clave para reencontrarse con él.

Luego de eso continuó con una aburrida rutina la cual terminó en la casa de ella. Gracias a una conversación que tuvo con una vecina, ahora sabe que la chica piensa volver a su otra casa mañana a las 6 de la mañana. No pierde más tiempo y se va a su hogar a preparar todo para seguirla. Cada vez está más cerca del reencuentro.

Tal y como dijo, a las 6 de la mañana fue recogida por Todoroki en su hogar, al parecer sería él quien la llevaría. Apenas el auto arrancó, él hizo lo mismo, siendo detenido por cierta ranita que se puso enfrente.

— ¡Muévete o muere! — dice mientras saca una de sus manos con las que crea unas chispas en advertencia. — Sé que irás a verlo, pero si vas en ese auto te descubrirán — se acerca a la ventana del conductor mientras llega otro auto que tiene a Fumikage por conductor — yo me quedaré para cubrirte, ve con él.

No entiende nada de lo que está pasando, pero sabe que de no hacerles caso no lo dejarán continuar, así que se baja junto con sus cosas para ir al auto del cuervo. A partir de ahí dividieron sus caminos, Tsuyu volviendo con su auto, y él avanzando para seguir a los otros chicos, aunque es algo que no necesita hacer de cerca porque ya conoce el camino.

— Así que todos ustedes saben de Izuku — Tokoyami solo asiente mientras mantiene la mirada al frente, mirando de vez en cuando el retrovisor y los otros espejos. — Y me imagino que tampoco vas a abrir la boca — repite la acción, pero a diferencia de la anterior, en esta oportunidad decidió responderle.

— Lo sabrás todo cuando llegue su tiempo, por ahora deberías dormir, el viaje es largo — dicho esto, la conversación terminó, pero la ansiedad de volverlo a ver no hacía más que crecer. Intentó dormir como se lo sugirió, pero a su mente le llegaban diferentes escenarios, uno cada vez peor que el anterior.

...

Con un leve golpecito en su hombro y un "ya llegamos", Bakugo es despertado. Hace un intento por estirarse en el incómodo automóvil mientras intenta reincorporarse de la pesadilla que tuvo y que era referente a su Izuku. Una vez siente que ya está despabilado, mira a su alrededor en busca de conocer el nuevo territorio en el que se encuentra, aunque no ve nada más que paredes y pilares, pertenecientes a un estacionamiento.

— Ten, ve al cuarto piso e instálate — le menciona el cuervo, quien le acercó una tarjeta que tenía amarrada una llave y una capucha. En ella tenía el número de un piso, y no necesitó ser un adivino para entender qué era. Luego continuó hablando: — No dejes que nadie te vea en esa habitación y no toques más de lo innecesario. — Lo miró por primera vez en todo este tiempo con una expresión seria y atemorizante, y gracias a su emplumado rostro le dio peso al punto de verse terrorífica, produciendo un escalofrío que le corrió por su espalda. — Y sea lo que sea que vayas a hacer, no explotes a nadie. — Una vez terminó, se quedó mirando por los retrovisores del auto con su codo asomándose por la ventana. Sin más, el capitán hizo caso y salió del auto después de ponerse la capucha, alejándose de ese sombrío tipo.

Una vez ingresó a la habitación, entendió por qué el recelo de Tokoyami en tocar más de lo necesario. La habitación es de la ranita que se había llevado su auto. Tal como pidió el muchacho, no tocó más de lo necesario, solo dejó la maleta a un lado de la cama y salió de ahí para buscar dónde alimentarse. Debe tener energías si piensa buscar a la cara redonda más tarde. Por primera vez, sale de ese complejo de apartamentos, topándose con un clima nublado que le hacía compañía a su estado de ánimo.

Decide dar una vuelta para hacer reconocimiento del sitio en el que se encuentra y nota que no es una ciudad muy grande, de hecho, no se parece a una ciudad, más bien es un pueblo. Uno donde evidentemente no habría ningún tipo de escuela de renombre o algo parecido. Esto lo hizo tener un extraño presentimiento que no podía definir si era bueno o malo, pero lo que sí sabe es que este problema va más allá de una mentira y una ausencia injustificada.

Siente como poco a poco se va hundiendo en un pozo que lo ahoga con dudas y confusión, y en donde la luz parece ser cada vez más escasa con cada intento por salir y descubrir la verdad.

En una mañana de abril (Bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora