En una mañana de abril (Bakudeku)

Capítulo 29

—¡Mis niños! — por fin pudo volver a ver a sus pequeños mellizos después de tanto tiempo lejos. Los abraza con fuerza, aprisionándolos contra su pecho como si fueran a desaparecer, poco después se une Bakugo con quien se sienten completamente seguros, ahora son una familia completa.
—Un encuentro muy conmovedor, pero ya debemos irnos, la señora Midoriya y nuestros padres los esperan — entre Leader y Yoichi se encargaron de las pertenencias que ya habían recogido Bakugo e Izuku para volver a Musutafu.

Después de que sentenciaron a los tres jefes del Frente, Endeavor pidió disculpas públicas a Izuku y levantó el exilio, además de darle una considerable cantidad de dinero en compensación por lo que causó su hijo y por haberlo acusado sin ninguna razón. También se supo por mano de Hitoshi Shinso que él junto con Himiko Toga, Kemy Utsushimi y Toya Todoroki fueron los que falsificaron papeles y sabotearon los tratos de la empresa de Bakugo con otros países para obligarlo a salir, así como hacerse pasar por él y por sus compañeros para encubrir todo rastro de su manipulación, haciendo que el capitán olvidara el origen del viaje con el don evolucionado de Shinso, logrando no solo el lavado de cerebro, sino también la hipnosis que utilizó como sugestión contra los Bakugo también, fue declaración suficiente para terminar de hundirse con el resto, fue difícil, pero lograron obligarlo a retirar su don de los padres de Katsuki.

Por fin Izuku ya puede volver a casa, con la frente en alto y con su reputación restaurada, ya había perdido esa esperanza al tercer año de su destierro y ya se había acostumbrado a una vida lejos de toda civilización, pintando cuadros en el estudio de la cabaña para que sus amigos las vendieran y así mantenerse él y los niños en lo que evitaban que los sicarios los atacaran.

Ahora puede caminar por esas calles que tienen impresos los recuerdos de su niñez, puede volver a comer en los restaurantes que solía visitar junto con Bakugo y los chicos. Puede andar por las calles repletas de gente sin sentir el temor de que lo ataquen o de que lo miren mal por sus dones gracias a que Aizawa y Yagi decidieron hacer público que AFO está vivo y encerrado, además de justificar los dones múltiples de Izuku con que pudo haber sido sometido a un experimento por parte de este villano. Entre más se pasea por las avenidas hacia su casa, más siente que el sol lo está acompañando, como si le diera una bienvenida y lo acompañara en su paseo.

– Mami, ¿entonces aquí es donde naciste? – pregunta Ryuki que va de la mano de Izuku.
– Sí, es hermoso, ¿cierto? – la pequeña no duda en asentir al ver la brillante sonrisa de su madre, es cierto que él siempre les muestra una maternal y bonita, pero la de ahora parece ser más realista, auténtica y sin una pisca de tristeza.
- ¿Falta mucho para llegar? – ahora es Mikumo quien habla, él va de la mano de Katsuki.
– No falta mucho, tranquilo – desde que los niños se enteraron de que van a conocer a sus abuelos de los que tanto les contaba Izuku han estado muy emocionados por llegar, pero al peliverde se le ocurrió bajar unos dos kilómetros del auto de Leader para irse caminando.

En palabras de Midoriya, está cansado de andar por su tierra escondido en un auto, así que quiere sentir el aire en el rostro, y como Katsuki no se quería separar de él y los pequeños tampoco, se bajaron todos.
- ¡No podemos perder más tiempo! ¡Vamos, vamos! – los pequeños están muy nerviosos por llegar.
– Ya casi llegamos, miren, es esa – Izuku señala la gran residencia, la gran impresión que se llevaron cuando se posicionaron frente a la casa fue tan graciosa que ambos padres desearon tener una cámara para guardar ese momento, Izuku también está algo nervioso, hacía mucho que no entraba a la mansión y ya había olvidado lo grande que es.

- ¡Sorpresa! – cuando por fin terminó su paseo por el largo trayecto del portón principal a la casa, entraron y se toparon con una gran fiesta donde están todos sus amigos, sus suegros y por enfrente de todos, su madre. Había perdido la cantidad de veces que soñó con volver a sentir su calor maternal, con aferrarse a ella como si aún tuviera 10 años, por fin sus rezos fueron escuchados.