Capítulo 31

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– Es hora – son interrumpidos por Uraraka que llegó a avisarles que ya la ceremonia va a comenzar.
– Muchas gracias, señorita, vamos – Yagi es quien responde y el primero en separarse del abrazo para irse con la castaña a tomar sus puestos.
– Es tu hora mi pequeño, vamos – y así se van juntos a tomar también su puesto.

Katsuki estaba tan centrado en no mostrarse enfermo que no había asimilado que está a punto de casarse, así que cuando se vio en el altar comenzó a ponerse nervioso haciéndose miles de preguntas, “¿Y si se dio cuenta de mi borrachera?”, “¿Y si se enoja?”, “¿Y si me deja plantado?” y otras más que fueron opacadas cuando la música comenzó y vio entrar a su amado Izuku con su madre. Fue ahí donde todo quedó claro para él, está a punto de formalizar por fin esta unión que tanto han apreciado y no es momento para dudar. Izuku mira con anhelo a su amado Katsuki, que porta un bonito traje negro con detalles amarillos y verdes, así como los suyos, y su sonrisa, esa sonrisa tan hermosa y deslumbrante que solo brilla para él.

Todos los presentes pueden sentir en el aire el amor que se profesa la pareja, y como crece en intensidad con cada paso que se acerca el uno al otro. El camino y toda la iglesia están adornados con flores amarillas y cintas de diferentes tonalidades de verde. En cada fila de bancas hay un arreglo floral en las que se refracta la luz que entra por los ventanales, los cuales al chocar con el peliverde le hacen parecer como si emanara su propia luz. Cuando por fin llegan Inko le acerca la mano de su hijo a Katsuki, y antes de soltarlos le dice: – te estoy entregando lo más preciado en mi vida, así que cuídalo bien y nunca lo hagas llorar.

– Le juro que así será – es lo que alcanza a decirle antes de que abandone a la pareja y se siente al lado de Yagi. Izuku le toma fuertemente la mano a Katsuki, como si necesitara comprobar que es real, ante esto le devuelve el gesto para que sepa que no está soñando, y ahora sí comienza la ceremonia la cual se llevó a cabo sin ninguna interrupción.

Al final, cerraron la ceremonia con un dulce beso y los aplausos no se hicieron esperar. La pareja se separó poco después y se tomaron de las manos para salir juntos de la iglesia, entrando a la limusina que los espera para llevarlos a la fiesta.
– Tus labios saben a cereza – le dijo divertido Izuku que logró sentir el sabor del brillo labial que las chicas le pusieron a Bakugo como “regalo” de bodas, suelta unas risillas al imaginarse que realmente pudieran acercarse a su ahora esposo para ponérselo, sin saber que realmente se dejó cuando le dijeron que a Izuku le iba a gustar y con eso no sospecharía de la borrachera.

– ¿Ah si, y te gustó? – Katsuki se acerca peligrosamente a la cara de Izuku quien se quedó en blanco por unos segundos debido a la rapidez con la que cambió el ambiente dentro del auto.
– Me encantó querido esposo – eso hizo que fuera ahora Katsuki quien se quedara en blanco, hace mucho que quería escuchar esas palabras de su lindo nerd.
– ¿Podríamos repetirlo no crees? Izuku Bakugo – eso último se lo dijo en el oído, haciendo que el peliverde se mordiera el labio.
- ¡Oigan ustedes dos! Dejen esas cosas para la luna de miel – la pareja no notó cuando el auto paró por estar tan ensimismados en el otro, así que, para cuando Shoto abrió la puerta del auto, Katsuki estaba encima de Izuku quien tiene el saco y parte de la camisa abierta.

– ¡Bastardo! – fue lo que le alcanzó a decir antes de que Shoto cerrara la puerta e hiciera como que no pasó nada, pero claro, no olvidará las caras llenas de confusión y sus mejillas muy sonrojadas cuando lo vieron abrir la puerta.

Unos minutos más tarde se terminaron de arreglar y entraron a la fiesta, donde todos los estaban esperando y los recibieron con aplausos. Después todo marchó de manera increíble, comenzaron con el vals de la pareja, fue una escena tan hermosa que hizo a algunos llorar, y no por lo bien o mal que bailaran, sino por las miradas que se mostraban, eran tan intensas y cargadas de amor que parecía que el mundo no existía alrededor, la burbuja que crearon demostraba lo mucho que deseaban formalizar su relación y ya nada ni nadie podría romperla ni por accidente.

En una mañana de abril (Bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora