Capítulo 28

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— Este regalo es una jeringa con una droga creada dentro del Frente y quien la mandó a fabricar fue Hisashi — es entonces donde ambos regresan a ese día.

—¿Papá? ¿Por qué? — Midoriya no podía creerlo, el benefactor era su propio padre, lo que significa que todo este tiempo ha sufrido por su culpa. Su enojo fue tanto que sin dudarlo se lanzó hacia él para tomarlo de su fino saco negro, pero el mayor no se inmutó. — Creí que me habías traicionado por ser el lamebotas del alcalde, yo confié en que cambiarías de parecer y harías lo posible por traerme de vuelta. ¡Traidor! ¡Mamá y yo confiamos en ti! — con cada palabra dicha su enojo era mayor, al punto en que ciertas chispas comenzaron a emanar de su cuerpo, su don es tan poderoso que las pesas comienzan a ceder al punto de que empezaron a agrietarse.

Al ver esto Hisashi le hace una señal a los guardias para que se lo quiten a encima y saca una caja negra, en ella hay dos jeringas. Toma una de ellas y se la facilita a un tercer guarda que se acerca por detrás y se la administra en su cuello, Izuku siente el piquete y después un gran dolor comenzó a invadirlo al punto de no poder moverse, antes de que su lengua se entumeciera le dijo traidor un par de veces mientras algunas lágrimas alcanzaron a salir antes de quedar totalmente paralítico.

—¡Vaya! Entonces mis cálculos fueron certeros —con un chasquido hace que lo pongan en una silla al lado de ellos y lo amarren para que no se caiga de esta.
— Maestro, ¿qué fue lo que le hizo? — Shigaraki intentó deleitarse con su dolor, pero tus quejidos y sus ojos hinchados fueron más como dagas que se clavan en él sin cesar.
—Lo que hice, Tomura, fue administrarle una droga que intentamos recrear en el laboratorio— y ahí comenzó a explicar con detalle lo que hace la droga.

Mencionó que la base de esta es un don que provoca cambios en el sistema nervioso del afectado, el que lo tenía lo utilizaba para obligar a sus víctimas a decir la verdad. Esto le parecía un uso inútil a Hisashi, quien pensó que controlar el sistema nervioso de las personas podía ser mucho más interesante que un simple detector de mentiras. —Intentamos utilizarlo en personas comunes, pero todas terminaron muertas porque sus cerebros explotaron o su sistema nervioso se quemó. Detuvimos toda la investigación, pero me quedé con dos dosis para hacer un experimento — Ambos voltean a ver a Izuku quien parece que siempre ha sido paralítico — ya que Izuku es un niño que tuvo que adaptar su cuerpo para manejar varios dones, quería descubrir qué pasaba con él y fue tal como había predicho. Su cerebro y su sistema nervioso está en constante cambio, por lo que su inmunidad a estímulos externos suele ser mayor, ya lo ves, no murió con una dosis completa cuando una persona normal ya hubiera tenido un derrame cerebral con la mitad — se acerca para tomarlo del mentón y obligarlo a que lo mire — qué patético te ves, mi creación más defectuosa — lo suelta de golpe, haciendo que su cabeza rebote en su pecho. —No te preocupes por él Tomura, cuando termine esta reunión debería recuperarse nuevamente y podrás jugar con él cuanto quieras.

Es entonces cuando ambos se callan, Shigaraki no quiere seguir recordando aquello después de ver cómo Izuku está intentando continuar con su tarea a pesar de que sus manos tiemblan. — ¿Qué fue lo que dijo después? — se detiene para mirarlo a los ojos, quiere terminar de hablar de esa mala experiencia cuanto antes.

—Me dio la caja con la segunda dosis y me dijo que podía ponértela cuando quisiera matarte, porque tu sistema no lo aguantaría por más fuerte que seas. ¿Recuerdas cuándo te di esta caja? — y es que ¿cómo olvidarlo?
— Fue en el primer mes de haberme secuestrado, me dijiste que con ella me dabas el poder de matarte cuando
quisiera, y que de hacerlo ya le habías dado la orden a tus esbirros de dejarme ir o si quería podía quedarme con todo lo que tenías.

—Cierto, ahí fue donde te di mi vida y todo mi ser, y no me importaba si moría, mientras fuera en tus brazos era más que suficiente —niega con su cabeza al escucharlo, siempre le ha molestado esa actitud suicida y cómo le importa demasiado poco lo que le pase.
—Ya está, ya terminé, toma — pone el cuaderno de dibujo en la mesa y deja que admire su trabajo en lo que guarda todas las evidencias en la caja otra vez.
—Así que así soy frente a tus ojos, eso me hace muy feliz querido Izuku, gracias.

—No es nada, igual es la última vez que nos veremos — se levantó de su asiento, recordar ese día no le hizo sentir para nada bien, que el aire le falta y que caerá por el estrés acumulado.
— Espero que no sea así, te esperaré todos los días, recuerda que mi vida te pertenece y eres el único que puede acabar con ella y ya que en esta vida no se pudo rezaré porque en la siguiente seas mío Izuku Midoriya — y sin responder abandonó esa sala, le dio la caja a uno de los policías y se dejó caer mientras comienza a llorar, pero antes de que tocara el suelo es atrapado por Bakugo, a quien soltaron después de ver que Midoriya salió.

En una mañana de abril (Bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora